lunes, noviembre 15, 2004

No tan breve resumen del comiezo (II)

El segundo dia de mi estancia en Alemania, despues de haber pateado por la manyana lo que pude de mi universidad, el mercadillo que ponen enfrente (donde ya localize posibles regalos para mi familia de cara a la navidad y algunas cosas intersantes para mi). Comi para ser originalo otro döner, pero esta vez griego para ser original y servido en plato, en un griego-rapido (que mal suena eso, eh) enfrente de la iglesia-memorial por la paz que esta gente conserva en ruinas, y despues continue caminando (ya serian 5 o 6 horas) por la zona de las embajadas al sur de Tiergarten (ahora puedo situarla pero aquel dia daria mas de una vuelta) hasta llegar a PostdamerPlatz. Por el camino encontre una tienda de colchones con precios muy rebajados donde, un mes despues acabe comprando mi edredon y mi almohada. (El primer mes lo pase durmiendo con mi saco de dormir como edredon y una chaqueta envuelta en una camistea como almohada como consecuencia de mi vagancia, mi falta de tiempo y la busqueda de un buen precio). En P. Platz despues de un rato con torticolis causada por la contemplacion prolongada de la cupula y la arquitectura de los alrededores, trate en vano de conectarme a internet en una especie de tienda demostracion de ambiente aseptico y futurista mientras ninyos de 5 anyos esperaban a que el gigante barbudo de la bolsa vieja les dejase su sitio en el sillon en el que encorvado trataba de escribir. Despues de este ratito de calor subi por Friedrihstrasse a encontrarme con mi amigo Andreas, mientras un par de coches se estrellaban a mi lado.
Andreas me recogio en coche y fuimos a su casa a dejar el corsa en el garaje. Andreas es el amigo con el que especulaba ir a vivir, pero a los 10 minutos de estar con el me quedo claro que en caso de mudarme no es a su casa. Su casa es una especie de apartohotel que la empresa para la que trabaja utiliza para alojar a los currantes de otras partes que vienen a trabajar a Berlin. El edificio era muy nuevo, al lado del centro ( 2 paradas de metro) y con posibildades, pero su apartamento estaba pensado para una sola persona. Ni siquera tiene un sofa para que los colegas duerman la monya!! Al final con una preocupacion menos en la cabeza cogimos el metro y fuimos a buscar un sitio donde tomar una copa. Descubri que los billetes de metres hay que validarlos antes de subir, que llevaba 2 dias viajando sin pagar y que podia reutilizar los billetes.
Despues de dar unas vueltas por Mitte ( el centro del este) sin econtrar nada que convenciese a Andreas, al final entramos en una tipica cervezeria alemana, donde tomamos como no, 2 tipicas cervezas de trigo. Al principio me encontraba raro, aunque conozca a Andreas de toda la vida. La sensacion de haber quedado por compromiso, aunque conozca a Andreas desde que solo era algo mas bajo que yo, se juntaba con mi estado semigriposo y mi percepcion de estos primeros dias como parte de un viaje.
La cerveza me devolvio a un estado mas normal y natural, y al final pasamos una noche bastante buena hablando de los topicos: comparacion Espanya-Alemania, los viejos tiempos en la playa de San Juan, la familia, las fiestas... Con esta tematica se hizo obligada una llamada a mi hermano Javier, con lo qu nos reimos aun mas y tuvimos aun mas cosas de las que seguir hablando. Por estar alli con Andreas, no me quedo otro remedio que pedir de cenar en el mismo sitio del centro, con el resultado de la cena mas cara hasta el momento pagada por mi en Alemania: 6 euros por una salchicha tamnyo de baviera y sauerkraut, que aunque crei saber lo que era no me di cuenta de mi error hasta que quedo abandonada en mi plato. Tras las cervezas la salchicha, decidimos continuar la noche alemana. Aun embriagados por la cebada fermentada, cogimos un taxi hacia un lugar donde le habian dicho a Andreas que encontrariamos algun sitio para salir. Ninguno de los clubs-bares de la Kulturbrauerei (cerveceria de la cultura en una muy burda traduccion) convencio a mi guia, asi que continuamos buscando por los alrededores. Acabamos perdidos cuando la noche empezaba a regalarnos mas frio por KastanienAlle (paseo de los/las castanyas), y decidimos volver al principio de nuestra ruta.
Al final a las 2:00 aproximadamente desistimos de nuestra intento y volvimos hacia nuestras respectivas moradas. Henchido de valor y confianza, asegure saber llegar hasta mi casa. En el primer transbordo hacia mis casa, descubri que el S-Bahn que debia tomar no volvia a pasar hasta una hora y media mas tarde (unos dias despues descubri que la ruta que queria hacer era mas largar y peor, y que podia llegar facilmente hasta mi casa) Ignorando el parentesisi anterior busque la parada mas cercana que creia poder tomar, y baje en NoldnorPlatz, aparentemente una o dos paradas antes de la mia. Media hora de camino que recorria por primera vez, por una parte de la ciudad que no conocia, y en la que me acojone un poco. Algo. Bueno, dejemoslo en un poco, pero solo porque 2 borrachos que parecian cabezas rapadas a 50 metros de distancia, eran los unicos que me acompanyaban por la desierta avenida. Una vez superada la prueba, Pepitoelmiedoso Corrales se acosto en su primer sabado en Berlin a las 3:30 o 4:00 de la manyana. Al dia siguiente desperte tarde, o mas o menos a la hora habitual de lo que se consideraria un domingo estandar en mi vida. (vease el blog que no se puede ver). No recuerdo lo que comi, pero aquel dia debi prepararme algo en mi casa, seguramente un par de sandwich.
Despues, y aun en el estado de aventurero febril y con fiebre, di una vuelta alrededor de mi barrio, donde descubri que en el zoo postcomunista que hay enfrente del McDonalds sale a veces a saludar un Oso de Canada. Tambien me quedo claro que la ciudad estaba a principios de octubre empapelada con publicidad de Easyjet (viaje a Barcelonita, a Riguita o a Madridito) y de carteles que recordaban la mala educacion de Almodovar (Die Schlächte Erziehung), aunque no
sus alegatos antiguerra o sus tiempos de cantante junto a Macnamara.
Cuando volvi a casa descubri que mi companyero de Barcelona no pasaba mucho tiempo en ella, entre nostalgico y envidioso de mi pasado erasmus y que mi companyero marroqui habla mucho, en aleman, muy deprisa y con muchos gallos. Antes de acostarme, repase la documentacion que necesitaba al dia siguiente, cene algo y continue leyendo los miserables.
Al dia siguiente, alrededor de las 10 me dirigi a la universidad para matricularme y hablar con el cordinador del master.