miércoles, julio 15, 2009

Redención

Sabía que este dia tenia que llegar, antes o después. No solo en mis posts, que ahora no tengo ganas de buscar para citar, sino sobre todo en mis domingos de resacas y miedos, de dudas e inseguridad, sufría esperando el final, la amputación de mi dulce y dolorosa esperanza.
La madrugada del sábado al domingo llegó ese dia, esta pasión desplazada al calor de julio. Como en cualquier obra de final dramática, comenzó con un dia soleado, el cuerpo descansado, duchado y dispuesto a pasar un dia. Caminaba hasta no muy lejos de mi casa, para encontrarme con la comitiva del desfile revindicativo. Cómo en la visita del gobernador Pilatos, tambien en esta historia comenzaban los hechos finales con calles pisadas por rios de gente, rodeados de agentes armados. En esta ocasión los soldados no eran romanos y no vestían túnicas, sino alemanes y cubiertos de verde de piel a cabeza, con unos volumenes similares a los de quarterback de futbol americano.
En Boxi me encontraba con varios amigos, entre ellos la parte izquierda de Judas, la más dolorosa por ser la mas querida. Caminamos dejando atrás el barrio y las vias del tren, bajando hasta la vera del río, donde se acumulan los clubes y la cultura underground que pretendiamos defender, con música electrónica y cerveza, una vez que la policia nos dejo abrir las botellas y cada vez mas gente se unia a la marcha. Yo caminaba entre mi medio Judas y mis otros dos amigos, de pronto portando una pancarta que nunca pedí dejando a mi izquierda el muro real que nombra este blog, y a la derecha el palacio de cristal y metal con nombre de companyia de telefonia movil. Saboree mi comida junto a mis apostoles, casi parecia el preludio de la cena.
Entonces llegó la otra parte de Judas, ofreciendome vino y abrazos, juntandose con todos nosotros y continuando la marcha, hasta que llegamos al final, a la música y la caida del sol, a las charlas y la dispersión. Judas junto sus dos partes y yo intuí el desastre. Judás no besó mi mejilla, sino la suya propia, y ya lei en sus labios la promesa de mas besos que su otra parte no rechazó.
No subí a ningún monte Calvario, sino que baje al suelo y me quedé callado y triste. Ya veía de nuevo todos mis miedos, esta vez mas cerca que nunca del final.
Pasaron unas horas entre pesares y crecientes dolores de cabeza, Judas se sonreia y se abrazaba a si mismo. El mismo Judas y otro discípulo mas pidieron ir a cenar, me preguntaban como estaba o me abrazaban.
Quise evitarlo, y conseguí escabullirme de la cena, huyendo a mi cuarto a rezar por mi salud. Crei haberlo pasado, dejado atras los miedos y estar dispuesto a todo. Bajamos entonces a la calle, con más discípulos y tomamos y bebimos del mojito que prepara el cubano del número 25.
Conforme bajaba el alcohol, mas claro lo veia todo. Sabia que iba a terminar donde yo temia, en callejones donde evitar mirar de labios entrelazados, cuerpos deslizándose y fluidos intercambiados. Me acerqué y le dije al Judas mas cercano que estaba dispuesto para su traición. Le mentí a el y sobretodo me mentí a mi mismo. Con la otra parte de Judas evite siquera el contacto, esa parte por su lado evitaba el mirarme a los ojos. Llegamos a la fiesta solidaria con la marcha, eran mas de las tres de la manyana, muchos discípulos parecian cansados, y en las cavernosas estancias del club junto al muro resonaban ritmos caribenyos y caldosos, repetitivos y que poco invitaban al baile.
Ninguno de los discipulos bailaba ya. Se sentaban, caminaban o se perdian buscando la orilla del rio. Mi desesperación se ahogaba en una botella de Coca Cola, y comencé a buscar lo que quería ver para automutilar mi noche. Busqué a Judas solo, pero lo encontré acompanyado, no solo de si mismo, sino tambien de otro discípulo mas. Los dejé deseándolos las buenas noches y recibiendo abrazos tan leves y faltos de fuerza que transmitian cifradamente la traición.
Enfermo de celos, miedo y desesperacion me senté semitumbado en una silla larga, semioculto tras un quiosco que cerraba sus puertas mientras el cielo abria las suyas. Los discípulos se iban todos juntos, y por un momento pensé que todo terminaria solo en un susto más, una traición más de mis miedos a la realidad. Pero entonces, tras la pausa en el semáforo, el resto de discipulos dejo solo a Judas. Este camino un poco entrelazado consigomismo, y tras una pausa, se abalanzó sobre si mismo sin que su otro yo hiciese nada por evitarlo, sino que por el contrario le seguia en una estocada de saliva y encimas sexuales. La lengua que entraba en la boca entró en mi corazón como un sable que lo partía de un corte limpió, pero mis pies aun querian seguir viendo, sufriendo, dejando claro que era verdad.
Carcomido por la rabia, el dolor y los celos, me acerqué y carraspeé junto a Judas. Expresé sencillamente, dolida pero calmademente mi dolor, respondido con un indiferente: que podía yo hacer acaso? que terminó de configurar la traición mas dolorosa que jamas se ha instalado en algún rincón de la cabeza. Me retiré y me tumbé en un banco, entre el muro que separaba Este y Oeste de Berlin y el nuevo templo multinacinal del deporte del espectáculo, vendido y rendido frente a el, cerrando los ojos y maldiciendo de todas las formas que conocia.
Aun tuve fuerza para levantarme una vez mas y acercarme a ellos de nuevo, que se perdian en el bocado perpetrado por el capitalismo al largo resto inerte de muro, que en un hueco que se abre como muela caida frente al rio deja sitio al cartel anunciador de la diversión programada por equipos comerciales. Junto al cartel, veia como mi vano intento de despertar en Judas arrepentiemiento era sacudido como un mosquito por el egoismo, la pasión y los impulsos.
Cada vez mas apenado y furioso regresé caminando al 24 de la calle varsovia, subiendo la calle entre turistas rusos borrachos y ciclistas siseantes, deseando que alguien chocara conmigo para iniciar una pelea. Solo sentía dolor, y necesitaba extenderlo, desatarlo, exponer mi corazon desangrado a la calle.
En casa no pude dormir, solo gritar, patalear, golpear todo lo golpeable y caminar nerviosamente de un lado a otro. Asi llego el dia, tras un sendero interminable de minutos dolorosos, un paseo en pijama por el barrio y miles de cuchillas penetrando en mi corazón.
El dia llegó y con el las preguntas. Todo el mundo en mi casa lo supo, y, mayormente me dieron la razón y su apoyo. El judas mas cercano y querido llamó, se arrepintió con voz convencida y se insulto a si mismo, pero esto no hizo sino desatar mas aun mi rabia. Sabia que lo que hacia estaba mal y quebraba los restos de mi máquina de sitole-diastole, pero aun asi lo hizo. De la otra parte de Judas aun sigo esperando una explicación, o al menos una pequenya muestra de interés por mi estado de animo.
Mi proceso autodestructivo se prolongo todo el domingo, lunes y martes. Lo que los Bulldozers de mi mente dejaban en pie me encargaba yo mismo de machacarlo a mano: mi autoestima ahora es poco mas que un trapo usado y sucio, feo y maloliente que alguien trata de lavar con extrema dificultad. Me he preguntado millones de veces porque, maldecido e insultado en un dia mas que en la decada anterior y golpeado hasta hacerme parar por dolor. No queria verlo pero ha llegado.
Y hoy, despues del tercer intercambio de palabras y frases con Judas todo ha quedado claro: despierta con un golpe, con un impacto de tu ilusión.
Ha sido una traición, si, dolorosa y horrible, de la que no se cuanto tardaré en recuperarme completamente. Estoy seguro de que lo haré porque está en mi naturaleza, igualmente que mi tendencia al masoquismo y la autodestrucción. Con estas dos ultimas espero terminar pronto.
Pero hoy han quedado respondidas todas mis preguntas. Todos mis miedos confirmados, pero carentes de duda, ya no son miedos sino hechos. Y ahora toca afrontarlos. He vivido los ultimos cuatro anyos en una ilusión, una forma de protegerme y danyarme al mismo tiempo, pero que hoy a quedado desenmascarada de forma final. Quizás no hubiese sido necesario el golpe para hacerlo, pero asi ha sido, y no ha dejado piedra con piedra para que vuelva a reconstruirse.
Se acabó la ficción de un final sonyado, de este final sonyado inventado y creado por mi. Esta ficción de 4 anyos de anhelos y esperanzas, desenganyos y automentiras. Ha llegado el momento de girar la cabeza, y ver la luz fuera de la caverna.
De los diecieocho a los veintitres anyos vivi emocionalmente pendiente de un amor que terminó y no quise aceptar su muerte. De los venticinco a los veintinueve he vivido, gozado y sobretodo sufrido alimentando mi propia fabula de esperanza cimentada sobre lugares comunes de amistad y actitudes inconscientes. Se terminó. Comienza mi redención. Y me pregunto ahora, que me esperará mas allá de los veintinueve. Será posible curar mis magulladuras antes de los treinta?
Solo creo y espero que si, aunque para ello deba escuchar cada minuto del dia gritos y guitarras motivadoras.
Ahora debo curar mi corazón, atado por un pedazo de pellejo a mi caja torácica. Y saber como empezar a vivir sin Judas, sin el que mas quería y mas me hacia sufrir, y sin en el que crei haber encontrado mi mejor amigo en Berlin.
El cartel indicador del perdon senyala aun muchos quilómetros, necesarios para mi curación.

escuchando-> Foo Fighters, Best of You
leyendo-> cualquier cosa sin necesidad de recordar mas allá del último parrafo

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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