jueves, marzo 06, 2008

Mi vida en ecuaciones

Hasta el dia de ayer todo lo que conocía de Bielefeld es que era una ciudad de 330.000 habitantes, la decima en Alemania en población, y que en ella se celebraba del 2 al 3 de marzo del 2008 la séptima conferencia internacional sobre el lenguaje informático que utilizo para mi trabajo.
El tamanyo de la ciudad lo supe buscando hotel e información de la ciudad en la página web creada para el congreso, dato recalcado por los organizadores del evento junto con los clásicos calificativos de ciudad dinámica y de gran actividad
cultural que encuentras en todo panfleto turístico. Todo lo que sabía era eso: casi nada. En mayo y después de contactar con ellos en una feria de empleo, una empresa de aquella ciudad me envión una carta pidiéndole que les enviara mis datos. Cuando traté de informarme por medio de mis companyeros de piso sobre la ciudad, no subieron situarla exactamente en el mapa, y me comentaron algo sobre cierta rumor inventado que circulaba por internet sobre que la ciudad no existía. Cuando la secretaria del instituto me preguntó a donde viajaba, con el tono de envidia sana habitual y escuchó el nombre de la ciudad, hizo un gesto de desilusión y desapareció su envidia de repente. Christian, que habia estado allí mas de una vez, no podía creerse que fuese mas grande que su querida Halle.

No eran unas expectativas especialmente halaguenyas. Aun asi, yo estaba bastante ilusionado con la posibilidad de ir a mi primer congreso al que acudir representando al departamento solo, y conocer una ciudad más del oeste de Alemania tan desconocido para mi. Todo cambió claro después del colapso postalcoholóco-sentimental-depresivo del domingo: como ya comentaba escribiendo en en viaje de ida, lo único que pensaba hace 3 días era en desaparecer, o en generar como Hiro Nakamura una alteración del espacio-tiempo y que me conciencia aterrizase en mi cuerpo después de un viaje por el limbo, recuperada y lista.No necesité afortunadamente de tantos efectos especiales, sino tan solo dejar al río del tiempo seguir su curso natural y a mi cuerpo recuperarse de los efectos agotadores del alcohol. El viaje de ida fue mas corto pero tambien mas incómodo de lo esperado, sentado frente a un militar alemán con su nombre bordado en el pecho sobre su traje de manchas verdes, que no cedió ni un milímetro de espacio bajo sus pies para permitirme desplegar al menos un poco las piernas. El tiempo fue el justo para telefonear dos veces y escribir un post lleno de nostalgia.

Y entonces la voz semisintética que sale del techo anunció Bielefeld, y yo bajé al andén de una estación de provincias un domingo con la noche, es decir, con casi todo cerrado. El MacDonalds permanecía tan solo abierto junto con los vendedores de alcohol y las puertas de los taxistas esperando clientes. Como en Hamburgo, casi todos los taxistas inmigrantes. Como en casi toda ciudad alemana, escasamente iluminada por las noches. Comencé a caminar en busca de un mapa cruzandome tan solo con grupos de ciudadanos alemanes de origen no europeo ruidosos y reunidos en grupos y caminando por calles con una suciedad muy superior a la del estándar aleman, incluso diria yo que del berlinés. Encontre el mapa y el camino a mi hotal, y lo recorrí entre edificios grises de mediana altura y grandes rotondas, y una noche tomada por los alemanes que hablan mal su idioma. Encontré el ayuntamiento antiguo con un pub irlandés en su esquina y continue la calle entre este edifiio y el parque de Ravensburg para encontrar mi hostal en la ultima esquina. La habitación era pequenya y la cama no era grande, pero era justo lo que me esperaba: un fiel reflejo de lo que internet me mostró, con la agradable sorpresa de un lavabo anyadido.

El lunes desperté, temprano, mucho para mis estándares. Reinicializaba asi el sistema de ecuaciones de mi vida colapsado el domingo. Los resultados parecian prometedores, desayune, conocí a un simpático tipo de Munich y viaje con el hasta la Universidad.
El dia transcurrió bien, anyadiendo lineas de ecuaciones a
mi vida que no son del interés del lector medio de este blog, si es que este existe. Me reencontré con un par de viejos conocidos y repartí algunas tarjetas de visita. Aprendí mucho y todo fue bien, excepto alguna complicacion anecdotica como el no poder usar el portatil para el tutorial por haberme dejado el cable de bateria en el hotel.
Y al hotel volví ya de noche y antes de la cena, con lo que el segundo no vi nada tampoco de la ciudad de los coches con matricula bi a la luz del sol. En la cena tuve suerte y cai con los comensales berlineses (pendientes, calvas y formas de estar tranquilas), un belga muy hablador, los suecos secos, dos japaneses, un suizo y un currante de s
u sucursal en Alemania.
Con los secos y el belga apenas hable, pero siguió confirmadose la impresión de que pese a sus pocas palabras y su aparente altivez, son una gente que me cae basta
nte bien. Los japos no se si llegaron a hablar entre ellos, asi que me pase hablando casi toda la noche con el suizo, los de Berlin y el bavaro que trabaja para los japoneses. La comida estaba buena, musica en vivo de fondo y el cocinero era un tocayo y paisano, asi que no se hizo duro llegar hasta las once. Y el suizo creo que no nos convenció a ninguno con su idea de que todos los paises deberian tener unos impuestos tan bajos como los de su pais.
El comienzo del dia de hoy parece remontarse a varios dias atras, aunque en realidad apenas hace 12 horas que estoy despierto. El sistema de ec
uaciones de mi vida emocional parece ser mas robusto y solucionable. Mi compilador interno ha superado la inicializacion y ya calcula como hacer volver a poner en movimiento mi vida. Hoy las variables sonrisa y relajación han tomado valores positivos y constantes, y parecen continuar asi hasta en el viaje de vuelta en tren. Comi mas de dos platos y 3 dulces, el traductor alemán-espanyol funcionó y se cruzaron sonrisas con chicas guapas. El resto fueron muchos sistemas de ecuaciones descrbiendo indicadores, temperaturas, presiones y senyales de control, que, como ayer, nada interesan al lector.
Quizá le interese mas saber algun dato subjetivo sobre la ciud
ad de 330.000 habitantes y decima de alemania. Algunas impresiones seran poco valiosas, porque a la luz de un dia de cielo azul gana toda ciudad. Dos horas no dan para mucho, aunque si para crearme una sensacion subjetiva y comparable a la de otras ciudades no muy lejanas y donde tampoco estuve mucho tiempo: Hannover y Btaunschsweig. Y Bielefeld, pese a no enamorarme, supera en mi ranking particular a la primera y segunda nombradas en la linea anterior. A la pequenya, por tener alguna esquina mas bonta, un bar de Tapas en el teatro de una plaza preciosa y vida, mucha mas vida. A la primera porque pese a ser bastante mas pequenya ofrece todo lo que pude encontrar en la ciudad de las ferias y que me interesa.

Vale que Hannover tenga algun que otro edificio vanguardista y un par mas de hace un par de siglos que la elevan a la categoria de gran ciudad, pero me desilusionó mucho cuando la vi. Igual de sucia que Bielefeld y con un centro histórico algo mas grande pero sin llegar a asombrar, Hannover me tiene que mostrar su cara mas bonita para hacerme cambiar de opinion. Porque tanto ella como Braunschweig, solo me dieron su lado gris y lluviso,
Bielefeld, la tercera en discordia no me parecio a un primer vistazo tener los habitantes que tiene si uno se fija solo en sus calles y centro histórico, por otro lado muy cuidado e incluso hermoso en algunas esquinas y casas de patricios. Pero cuando comienzas a ver metros y metros de calles peatonales que se continuan, llenas de gente comprando en tiendas de todo tipo, clase y precio, te das cuenta si piensas como yo de que Bielefeld tiene ritmo de ciudad grande y del oeste. Y si eres de los que como el menda, busca siempre comparaciones, encuentras aqui una diferencia con otras ciudades de su tamanyo en la que fue la otra alemania. Me fui hacia la estacion despues de haber subido al castillo y haberme hecho desde lo alto mi ultima idea de la ciudad: una ciudad industrial no bonita pero cuidada y con alguna esquina interesante, cargada de vida y movimiento, y sobre todo de comercio e industrial.
Y hace apenas dos horas reflexioando sobre estos temas me volvi a subir al ICE,
Sigue siendo igual de rapido, pero no ha mejorado demasiado en comodidad. Mi vida, parece, vuelve a poder ser compilada sin problemas.

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