jueves, marzo 20, 2008

Marzo se viste de abril, mi semana de luz y colores

Esta manyana mientras pedaleaba camino a la una bajo un espléndido sol de invierno, no podía entneder por que razón había vuelto mi mente a llenarse tras otra fiesta y otro fin de semana de alcohol, de ideas obsesivas que hinchan mi cabeza hasta hacerla doler y que las tensiones sobre el craneo resuenen de tal forma que mi tinitus vuelva a aparecer.
De nuevo, mientras cruzaba la Frankurter Alle pedaleando feliz y exhalando vaho entre las hileras de gigantes edificios oficiales comunistas, me preguntaba por que mi naturaleza es asi, porque de nuevo volvia a cernirse sobre mi la sombra de la obsesión. Nuevamente, mientras cruzaba el centro de Berlin de este a oeste, trasnversalmente cortando Mitte por la Franzosische Strasse entre unos pocos coches y unos cuantos turistas mas, mientras cruzaba el centro de la ciudad dejando atras todos esos lugares que hace un par de anyos aun eran objeto de admiracion y sorpresa de berlines-turista, me daba cuenta de lo afortunado que soy. Como podia haber estado mi cabeza pensando en todo esto en una semana donde habia hecho tanto?
Vale que el lunes levanté aun dormido. Y seguramente, permanecí aun así casi todo el dia, entre dolores de cabeza y suenyo, sufriendo la prorroga de la resaca que comienza a evidenciar mi acercamiento a los treinta. Vale que el suenyo y el dolor de cabeza no incentiven precisamente los pensamientos positivos, y que los lunes sean duros sobre todo si el cielo es gris y de pronto justo antes de llegar a casa, en el puente de la calle Varsovia comienza una tormenta de nieve y viento que lanza pequenyas pelotas de agua congelada a todo viandante.
Pero es que después de esto vino el concierto de Tegan y Sara, esos dos pequenyos y dulces elfos femeninos y homosexuales que, junto con el par de cervezas volvieron a subir mi animo por las nubes, junto con sus guitarrazos indie, su humor, y sobre todo esas voces mellizas y afiladamente hermosas, desgarrando canciones de un amor distinto con potencia. Y luego la conversación trascendental con Mathias, y el schwarma junto a la plaza, y dormirme con la musica aun en mi cabeza..... pero ni por esas.
El martes volví a despertar y por mi cabeza solamente giraban ideas obsesivas. Dio igual tambien que por fin lograse solucionar casi de casualidad mi problema en el trabajo, y pasase toda la manyana relajadamente buscando alojamiento para un tal doctor nada que nos visita en verano. Como el doctor, nada, mi mente seguia, de nuevo en el S-Bahn y caminando a casa, pensando en sus obsesiones particualares. Estaba claro que necesitaba descansar y dormir, asi que llegue a casa, me tumbe en el sofa, y traté de relajarme, mientras tomaba naranjada y restos de ensalada de pasta que aun llenan la nevera en mi cuarto. Mi cabeza seguia medio embotada, pero entonces, pum, aparece Stefan y me dice que si quiero ir al cine.
Y de nuevo se vuelve a aparcar un momento la obsesion de mi cabeza, siguiendo las aventuras de tres locos hermanos en un chiflado viaje a la India en un mundo que el director de El mundo acuatico y los Tennenbaum vuelve a llenar de surrealismo, colores y mas colores y canciones alegres que te acompanyan hasta la cama.
Y apunto estaba de acostarme con mis ideas oscuras aparcadas cuando, canturreando el Champs Elysees, se me ocurrió entrar a Internet y ver las fotos de una amiga de una amiga fotografa, y acostarme tarde perdido en la maranya de Internet.
Y al despertarme el miercoles lo hice aun medio inmerso en los suenyos de la noche anterior, entre mujeres semidesnudas y viajes en tren a la India, con dolor de cabeza, suenyo y teniendo que escuchar 5 horas de conversaciones termodinamicas a partir de las 9 de la manyana.
Sobreviví como puede las charlas, eso si, sin enterarme de mucho, gracias sobre todo a los donuts rellenos de mermelada y los dulces iranies que trajeron los colegas. Me incorporé despues al trabajo con el ordenador, pero seguia sin enterarme de en que mundo vivia. El clima queria siguiendo saltar a abril pero con el frio de febrero, y despues de una manyana soleada volvia a nevar por media hora en Berlin.
Y yo me volvia a casa tratando de descansar por fin y planificar mis vacaciones. Y entonces, me encontré en el metro a Gitarre, aquel tipo de Moabit que encontrasemos Roberto y yo un par de anyos atras en un concuros de musicos callejeros, y que repetia el tema que escuchase entonces ahora junto a mi de pie junto a la puerta del SBahn. Y como si de una senyal se tratase, me animo a llegar a casa, planificar mis vacaciones, llamar a mis amigos, despedirme de todo e irme al liquiodrom para olvidarme del mundo escuchando musica bajo el agua salada y mirando al techo con dibujos laser. Y entre banyo y banyo, sauna y jacuzzi a la intemperie de cero grados.
Y si, otra vez si, la sauna, la musica y los colores eliminaron mis dolores de cabeza y me trajeron al mundo real. Y entonces, esta manyana, mientras sudaba en la bicicleta dejando atras la columna de la victoria, me daba cuenta de la suerte que tengo de vivir en la ciudad que quiero, trabajando en lo que me gusta y ganando mas dinero del que merezco.
Y que no, no estoy con la mujer con la que querria estar, ni tan solo unos momentos sudorosos con todas las que quisieras, pero que eso casi siempre ha sido asi en mi vida y no me ha impedido ser feliz.
Asi que hoy en el casi festivo dia de trabajo, aunque no he hecho todo lo que deberia, lo he hecho contento y entusiasmado, con ganas de hacerlo y tambien de terminarlo y volver a casa en bicicleta, cruzando de nuevo Berlin. Y de escribir este blog, cenar y salir de fiesta.
Y escuchar todas esos sonidos que me hacen feliz, en el trabajo, en mi piso, en el de otros, o en el club mas oscuro y sucio de esta fascinante ciudad.

escuchando-> Super 300, Lost Control
leyendo-> Poesia Indigena