miércoles, febrero 01, 2006

2006_1

Uno de mis propositos para este recien nacido 2006 era postear con mas frecuencia. Evidentemente no lo he logrado, y aqui me encuentro, mas de dos semanas despues de la fecha programada tratando de plasmar como ha sido esta vez la vuelta.
Para empezar todo fue un poco extranyo, como viene siendo habitual en los regresos: volvi y me encontre con una puerta de entrada a mi casa rota, la casa semivacia y a Dianna contandome que lo habia dejado con su novio el pendejo. Cuando me levante al dia siguiente, ya estaban de nuevo todas en casa y yo tuve un dia como de resaca a pesar de solo haber bebido un par de birras la noche anterior. No consegui ni siquiera deshacer la maleta o quitar algo de la decoracion navidenya que todavia colgaba por las paredes y techo de mi habitacion.
Al dia siguiente comence a poner lentamente en marcha la maquinaria de mi vida habitual, comenzando por un paseo por un gelido Tiergarten hasta la embajada espanyola para renovar mi pasaporte. Despues de esto tuve un par de clases mas y fui al Mediamarkt para autoregalarme el reproductor de mp3 que tanto necesitaba para que la música siguiese acompayandome en mis viajes. Desde Charlottenburg regrese a casa, para comenzar a escribir mis solicitudes de practicas y mi curriculum actualizado con la ayuda de mis gentiles companyeras. Me acoste, me levante, continue escribiendo y fui a un par de clases mas.
Reencuentros, saludos, ninguna sorpresa y vuelta a casa de nuevo ligeramente bajo cero.
Con las cartas casi concluidas comenzo el primer miercoles del anyo, donde seguimos aburriendonos en los ejercicios de optimizacion ecologica-economica de la empresa y me reuni despues un tiempo con la gente del Biogas, que parece que continua sin producir gas para nuestros amigos de la comuna de Kesselberg. Vuelta a casa y afeitado: completamente vendido a la necesidad me afeite todo excepto las patillas para la foto del curriculum. Aqui en Alemania, las solicitudes son algo muy estandarizado, y tienen un formato especifico para las fotos que las acompanyan. Asi que tuve pagar 15 euros por salir 4 veces retratado sobre un fondo azul claro difuminado con una sonrisa dedicada a la seccion de recursos humanos. Al menos las fotos no salieron mal del todo y casi habia acabado con todo lo necesario para poder pedir unas practicas. Quede con Roberto, recien llegado de Vitoria para cenar en un italiano barato y tomarme unas birras para descongestionar la vuelta al cole y expresarme un poco de forma mas natural con la ayuda de mi lengua natal.
Al dia siguiente, y coincidiendo casi con mis momentos de adaptacion de vuelta a casa, llego mi hermano Javi a pasar unos dias. La llegada fue en un buen momento, pues vino a distraerme de mis eternos dilemas, preguntas y busquedas inquietanteangustiadas de algo que no se bien lo que es que empezaban a rebrotar en algunos momentos de retiro en mi casa.
Cuando llego hacia un dia bastante bueno y el frio apenas dolia en la cara. Aunque hubiese sido un pco mas severo tampoco creo que Javi lo hubiese notado mucho, pues cada vez que salio a la calle en la semana que estuvo por aqui, salio con al menos seis capas de ropa sobre su cuerpo, bufanda, guantes y gorro: parecia, como el mismo dijo, una version agrandada de los ninyos alemanes a los que apenas se le ven los ojos. Los suyos debian estar cansados del viaje y del inhabitual madrugon, asi que despues de comer rapidamente algo de la comida que trajo de casa, le deje durmiendo en mi cuarto mientras iba a clase.
Cuando volvi seguia en la misma posicion horizontal y en el mismo lugar sobre el que le deje, aunque la escasa luz que antes entraba por la ventana se habia convertido en una oscuridad negroazulesca moteada de faroles dispersas. Con tranquilidad salimos de la casa y dimos una vuelta por el centro de Berlin y nos tomamos una pizza en la calle donde las putas esperan clientes frente a la sinagoga, uno de los pocos lugares que conozco donde alemanes (en este caso alemanas) te paran en la calle y te saludan.
El viernes por la manyana deje solo a mi hermano pues tenia que ir a la empresa donde hago los ejercicos para una asignatura, aunque me reuni con el y con mi hermano para comer en la MENSA (comedor universitario, nada que ver con la asociacion de superdotados espanyoles que se reunen para jugar al ajedrez). Nos separamos de nuevo y cuando me junte con ellos otra vez estaban con Amdreas, nuestro amigo hispanoaleman de la infancia con el que pasamos el resto de la tarde noche. A las 8 ya habiamos comenzado con las cervezas, asi que continuamos con una noche hispanoalemana (tortilla, jamon y bier) que se prolongo hasta las 3 o las 4 de la manyana por los bares que aun quedaban abiertos y donde podiamos entrar de mi barrio. Ese dia el alcohol no nos llevo a la danza, y ademas, al dia siguiente tocaba turismo. La ruta fue la que siempre hago con las visitas, salvando ligeras variaciones para no morir de aburrimiento. Entramos tambien en el monumento “oficial” a las vicitmas del holocausto judio (Berlin esta lleno de memoriales de compungion por lo que hicieron) y cerca de Postdamer Platz compramos la cena y la bebida de la noche. La botella de ron no duro mucho en manos de Roberto, Javi y mias, sin descontar la pequenya ayuda de Diana, la unica de mis companyeras que seguia en casa. Las otras dos estaban en Leipzig, en el cumpleanyos de Felix al que no puede ir, porque Javier prefirio, con toda logica, seguir en Berlin a ir a una ciudad cuyo nombre oia por primera vez a un cumpleanyos-concierto de tabla.
Poco a poco nos fuimos animando y subimos a la fiesta de los vecinos del tercero, que resulto bastante decepcionante sobre todo para Javi, que conocio la fiesta alemana estandar con gente ocupando todos los rincones de la casa, durmiendo, tocando la guitarra, o por lo general, hablando entre ellos sentados en el suelo. Cuando escapamos de tal panorama eran las cuatro, y en vista del frio que hacia en la calle y que el alcohol empeza a dejar de notarse, Roberto deserto. Mi hermano y yo seguimos caminando con la cara doliente hasta el club donde pensaba llevarle y en cuya puerta nos negaron la entrada por no estar en la lista de invitados. Algo frustrante para mi porque queria llevar a mi hermano a algun club berlines, pero en vista de las horas, las distancias y la temperatura, la ecuacion de estado resultante nos llevo al unico sitio que conozco en el que la posibilidad de entrada esta asegurada asi como la borrachera y la posibilidad de hacer lo que te apetezca. 2 esperas y dos metros despues estabamos bailando los jits de las pistas rusas en otra sesion mas de Russendisko en el KaffeBurguer. Hasta mas de las ocho prolongamos nuestro delirio etilico mi hermano perdido en un lado de la pista, yo dejandome llevar por otro y encontrandonos una y otra vez con las corrientes de la noche.
La manyana paso y no despertamos, asi que mi hermano se quedo sin ver alguno de los multiples mercadillos de la ciudad, que no le serian del todo extranyos pues algunos ya habia visto cuando estuvo viviendo en Londres. Otro domingo, este de verdadera resaca, que paso a escondidas: Buffet indio, cafe y una pelicual de DVD en mi habitacion.
Con la semana nueva continuamos con el turismo: juntos vimos el museo historico, y despues de dejer a mi hermano un rato en la biblioteca lo recogi para ver lo aun no habiamos visto del centro-este y tomarnos unas salchichas con curry y patatas fritas. Paseamos por Kreuzberg, y nos tomamos unos dulces turcos y chocolate caliente. Con el estomago bien cargado nos despedimos por un dia mas de Roberto. En casa tratamos de ver Kill Bill.
El miercoles se fue Roberto a Espanya a hacer examenes, pero la noche anterior subio con nosotros a la cupula del Reichstag, donde para desgracia de mi hermano no se pudo ver gran cosa debido a la nieve que habia caido y cubria parte de la superficie de la cupula. Por la manyana, sin embargo, habia brillado el sol, y solo habia patinadores deslizandose en el lago del palacio de Charlottenburg .Volvimos a casa a traves de una ciudad nevada pero no pudimos ver la segunda parte de Kill Bill porque tuve que ordenar la habitacion y quitar la decoracion a reganyadientes, pues al dia siguiente nos visitaba la empresa que controlaba las mediciones de la calefaccion. Despedida extranya de Roberto. Con Roberto ya fuera Javier visito solo un blanco estadio Olimpico y subio a la columna de la Victoria mientras yo seguia con mis clases. Trate de convencerle de ir a algun otro sitio o fiesta, pero mi hermano se dio por satisfecho con lo visto y vivido, asi que volvimos a casa. Yo dormi menos de una hora por asuntos de estudio, y le acompanye hasta el aeropuerto donde le despedi, y aunque el cansancio me lo impedia, creo que queria senter algo entre la pena y la alegria.
Tres horas mas de cama y otra dia algo estresante de universidad donde no salio lo que debia salir. Vuelta a casa, un rato de tele, internet y tratar de dormir, sin poder hacerlo al principio por las voces que salian del otro lado de la pared de mi cuarto.
Las voces siguieron oyendose por diversas razones algun tiempo mas, y me quitaron parte del suenyo de despierto tambien, instalandose en algun lugar de mi cabeza, en parte consentidoas en parte inflingiendo mis leyes. Sin otra opcion me levante otra vez a las 7 renegando de todo.
Y maldiciendo que a todo dormir le acompanye un despertar. Con el transcurso de la manyana la leche se fue poniendo buena y a la vuelta de las clases aunque algo zombie estaba de buen humor. Me eche la siesta retrasada a las 8 y me levante a cenar casi a las once Ni Diana ni Susana salian y Ulrike estaba de nuevo perdida en algun lugar, asi que con tranquilidad y conversacion me tome mis 3 cervezas y me acoste. Por primera vez en bastante tiempo, disfrute de un sabado sin resaca. Como consecuencia directa ordene el cuarto, desayune e incluso me fui por la tarde de compras, para preparar el disfraz de la noche. No, no era una fiesta de disfraces sino tematica a la que estaba invitado, pero negandome a ir “mortalmente chic” decidi ir simplemente mortal como asesino siciliano con bigtote, sombrero y camiseta interior. Tambien compre un parche para un ojo /que, por cierto, podeis encontrar en farmacias) pero lo deje olvidado en casa del venezolano en la ingesta de rones que importo mi recien llegado amigo y que a mi me sirvio como prefiesta.
La fiesta propiamente dicha no estuvo mal, fue bastante divertida con el pequenyo inconveniente de que solo una parte de la poblacion de la misma era realmente activa en l que podria denominarse festejar algo. Pese a ello, y otros inconveientes como companyera discutiendo con ex-novio y actual amante y otros, la fiesta transcurrio bastante bien hasta su final para mi sentado en un sofa y viendo peliculas de Russ Meyer.
La resaca continua en la que muto el dia anterior volvio a despertar todas mis histerias y recelos internos, y corria el riesgo de volver a desesperar en la nostalgia de lo nunca tenido y anyorado. Ademas tiraba botellas de coca-cola y se me caia la sarten con el aceite. Al final me salvo una pelicula y la musica de Stravinsky. De pronto a punto de naufragar en el temporal emocional de la desesperacion la ultima ola me lanzo hasta acabar colgando de un pajaro que me llevo hasta la isla donde vi todo el panorama con mas lucidez.
Ayer parece que seguia en la isla, y pese a pasar mas horas de las aconsejables al lado del Zoo, consegui no perder la perspectiva, sonreir y pensar en el manyana. O mejor dicho, en el pasado manyana, cuando salimos hacia Budapest. Antes queda la presentacion de esta tarde, los ejercicios por hacer y otros deberes y sorpresas. Lo acontecido hasta ahora, al menos, ha quedado escrito.

escuchando-> Clap Your Hands and Say Yeah
leyendo-> Immer noch, Rayuela