sábado, febrero 20, 2010

Servicio invernal de emergencia

Regresé el domingo 24 a la estación de Lichtenberg, y el frio polar que pensaba dejar atrás en Varsovia se habia acomodado igualmente en Berlin: agradeci eternamente el servicio de los guantes de cuero comprados en la capital polaca.En casa solo estaba Juan al llegar, al que lleno de entusiasmo expliqué mis aventuras por la ciudad natal de Chopin y Marie Curie (con casa museo para cada uno de ellos) y de las que no relataré nada en esta entrada, ya que no es este el lugar donde contar mis viajes si no lo que ocurre entre ellos.
Volvia decia, entusiasmado una veza mas tras mi enesima excursión europa anhelando mi cama y una conexión a internet. Después de tomar un Döner Kebab estilo berlinés postrado con pasteles polacos, dediqué el resto de la jornada a quehaceres masculinos de domingo cansado: porno, futbol, cerveza y a dormir.
Polonia se quedó atras y tocaba volver al trabajo y la rutina. Como siempre motivado tras una nueva sesión de trabajo en el extanjero, rendí motivado mis ocho horas reglamentarias, tras las cuales volvi a casa de nuevo de noche, como siempre ocurre cuando llego tarde al trabajo. Por casa me pasé el rato hablando espanyol con Juan y otro tipo colombiano y otro espanyol. Cuando vienieron Susanne y Ben, hablamos en alemán, pero me sirvieron un ron antes de ir a acostar y termine el dia con sabor y pensamientos cubanos,durmiendo mientras veia alguna ficción sin ganas en la pantalla de mir ordenador.
Al dia siguiente se habian desvanecido mis ganas de trabajar, asi que en la Uni mientras buscaba motivación me ocupaba con tareas sencillas como recopilar y evaluar solicitudes de beca internacional, o escribir cartas para estudiantes de ingeniera alemanes que en Nueva Zelanda quieren formar parte de la expedición de un buque pesquero.
Seguia haciendo mucho frio y me reuní con J y Phil en Alex. Fuimos a PrenzlauerBerg a cenar y ver un concierto. Cenamos tailandés tomando cervezas y contandonos el fin de semana, y luego volví a entrar al Magnet un par de anyos después de la ultima vez que lo hice. Esta vez no iba de fiesta sino a ver un concierto. Fue durante el concierto y tras el cuando me di cuenta de que algo raro pasaba con mi ánimo. No se si se me precongeló en Varsovia y seguia frio en Berlin, pero nunca me habia emocionado tan poco un concierto de un grupo que me gusta. Y no fue porque lo hiciesen mal. Tocaron mas que bien, casi diria que muy bien, el escenario sencilla pero bien vestido para el evento y el público tránquilo y agradable. Pero yo, o mis emociones, no estaban con mi cuerpo frente al escenario, y aun hoy me pregunto donde estaban aquel dia. Volví de ver a Fanfarlo con el SBahn hacia mi casa,y, como si nada hubiera ocurrido, chatee rutinariamente y me acosté.
El miercoles sinceramente no recuerdo lo que hice en el trabajo, asi que no debio de ir mucho mas allá de escuchar presentaciones, recoger solicitudes, y hacer lo indispensable. Leo ahora que corregi notas junto con mis companyeros y que tomé un Gulasch. Nota totalmente prescindible.Luego regresé a casa y entonces me senti de nuevo bien. Un tipo americano estaba de visita y cenamos unos spaguettis con nata riquísimos. Luego me fui corriendo a la Sauna del rio, y me relajé y me sentí fantasticamente. Volvi a casa vi un capítulo de una las series que sigo y me acosté, con el cuerpo y la mente llenos de satisfacción.
Todo parecia ser perfecto hasta que me levanto el jueves y subo al SBahn. En algún lugar cruzando entre lo que fue Berlin Este y Oeste, sufro un asalto emocional de domingo de manyana. Mierda, no, porque de nuevo. A finales de enero, llamo de urgencia a la policia del Karma, al servicio de emergencia que solo trabaja cuando las calles esta llenas de nieve y, tras unos minutos de agonía,recupero mi equilibrio.
Todo iba bien pero por un momento me via caer del tren a la via. Todo iba bien, pero por mucho que me lo proponga, no consigo que la vida vuelva a la via tranquila, o no consigo hacerlo sin que me asalten por momentos mis estados alterados de conciencia. Asesinos dormidos de mi humor que despiertan de pronto en un momento de cansancio o debilidad, cuando veo como todo el mundo a mi alrededor conoce a chicos o chicas, follan, se pelean, se divierten y se vuelven a pelear. Y yo cuento los dias para cumplir los 30 anyos, y veo que todo sigue igual.
Sin embargo no hay que lanzar alarmas, al menos no hoy.Mi tropa especial, mis fuerzas especiales para la protección de mi Karma parecen estar bien entrenada, cada vez mejor, y logran desarticular los intentos desesperados del invierno y la soledad de bombardear mis sonrisas. El invierno, la soledad, el frio o la traición tendra que seguir intentándolo.


escuchando-> Fanfarlo
leyendo-> pasando de las ideas de Spinoza a las de Leibniz