viernes, octubre 18, 2013

Bicicleta mojada

Un rumrum, un rumiar de mi conciencia me perseguia.Aunque el alcohol y sus hijos tras visitarme la noche del sábado y quedarse a dormir conmigo el domingo habian apartado de mi mente preocupaciones laborales y las derivadas y desagradables sensaciones que la responsabilidad provocan en mi cuando no me siento seguro de estar asumiendo ésta correctamente, el lunes con el comienzo de la semana volvieron las preocupaciones a llamar a mi puerta.
Por fortuna vinieron acompanyadas de sol, y el viaje en bici a la Universidad se hizo agradable pese a que la temperatura es cada dia que pasa mas baja y la capa de hojas amarillas caidas sobre el suelo cada vez de un espesor mayor. Comencé a trabajar y sin saber bien como llegó la hora de la reunión y tras ella la comida, y la visita al laboratorio. Y se hizo de noche, y aunque algo cansado decidí cumplir por una vez mis propósitos y volar en bici hasta más alla del aeropuerto de Tegel. De camino ya me sentia bien, por volver a recorrer la calle africana, la del Tegel  viejo y unas cuantas mas donde nunca habia estado. Llegué y por un momento me asusté, pues de todos mis companyeros no vi a nadie, aunque finalmente me encontré con una y su novio. Junto a la que nos habia invitado a ir sumábamos tres, pero la biblioteca donde nos reunimos era cálida, y la que propuso el plan tenia dos amigos mas bastante majos. El resto, ninyos, alguna familia y muchas personas de pelo ya blanco, como los de la autora de los óleos por los cuales nos habiamos reunido allí. Ésta, también tia de la chica que nos invitó nos explicó amigablamente sus obras reflejando gentes anónimas en Londres, Nueva York y un Berlin siempre frio,mientras tomábamos un vino blanco ya terminado el tinto. Al rato terminó tambien nuestra visita y yo crucé la ciudad de Noroeste a Sudeste, al comienzo acompanyado por el chico recién conocido, que resultó ser un policia. Por suerte resultó ser un policia sin luz en la bici, con lo cual mi miedo a ser multado se disipó a rapidamente. Hicimos un trecho de la vuelta al este juntos, pero el se desvió a ver las luces que aun cubre la ciudad, y yo regresé a casa a cenar y dosificarme mi ficción histórica del lunes noche. No se cómo termine de otro modo, comprando componentes para rereparar mi bici, y dormí una vez mas tarde y sonyando con morcillas y otras especialidades burgalesas.
El martes debió comenzar lloviendo, aunque no pudiese ver el comienzo del dia por el cansancio. Asi que entre debil y febrilento aplacé el deporte colectivo del martes, y no preparé alforjas deportivas. Por no preparar no preparé alforjas ningunas, ya que decidi viajar en Metro aun pagando, por evitar mojarme y debilitarme más. En la uni trabajé y me reuní con estudiantes, evalué datos de nuevo y bajo un espontaneo aguacero recogí una pelicula en formato digital de mi amigo Tunc. No pude matricularme de doctorado aun pues  la longitud de la cola en la oficina de matriculación me asustó (el semestre habia comenzado el lunes) y regresé a casa de nuevo muy tarde, donde ni siquiera recuerdo de que ficción me imbui, y tan solo permanece en mi mente el haber fallado en mi propósito de escribir alguna linea sobre algún tema no científico. Creo que fue leyendo un comic esta vez por lo que me fui tarde a la cama, aunque eso no impidió que  el miércoles me despertase puntual.
El miércoles pasó veloz, y me di cuanta que también yo cada dia pedaleo mas velozmente el camino a la uni. Comí con Rupert y terminé como pude mis tareas pagadas, y luego me quede ya de noche en la universidad para ver con unos cuantos companyeros que producen miel (por si no lo habia escrito aun, tienen una colmena de abejas cerca de los laboratorios y se dedican a la apicultura como hobby) un film. La peli que ya habia visto antes trata sobre la miel y me gusta mucho, por eso no me importó verla de nuevo, sobre todo si sirve de escusa para verla con algunos companyeros de curro, con los que tan pocas cosas hago lejos de la plaza de Ernst Reuter. Seguramente esta haya sido la semana en cinco anyos que mas actividades extralaborales haya realizado con gente del departamento. Imbuidos por el espíritu de la colmena, aunque no Celano, regresamos juntos tambien en bici a nuestros barrios lejanos. En casa me encontré el pedido de piezas para la bici, y comencé a tratar de montarlos casi ya a las 12, asi que de nuevo me acosté tarde.
Ayer fui tarde a la uni, pero el peso de la mala conciencia se habia aligerado mucho, y fui tranquilo y con calma. Aunque de nuevo tuviese que cumplir con un par de asuntos ajenos a mi doctorado trabajé mas de lo habitual (y mucho mas que la semana anterior) en el mismo, y autoconfirmé el merecimiento de mi descanso termal a la salida del curro, no si antes pasar por el laboratorio y sustituir mi inoperante faro halógeno por una nueva lampara LED recién adquirida.
En las termas me relajé y pensé en muchas cosas que hacer, en que seguir trabajando una vez terminada mi etapa laboral, si seguir en este pais, en otro o en regresar más cerca de donde crecer, de por que aqui no me dejan votar sobre el futuro de la energia en esta ciudad, sobre lo que es mejor para este. Y a ratos, nadando tranquilamente. Y volvi a casa en bici y sin prisa. Cené un Falafel de mis amigos del Oasis y quise ver una pelicula mas. Aunque queria ver otra cosa, terminé imbuyendome un poco mas de germanismo actual y terminé viendo "Guerrera", una peli de los de aqui de hace un par de anyos sobre la escena neonazi en el este. Efectista llegó a hacerme sentir mal con la gente a momentos, asi que supongo que funcionó en ese sentido, aunque la historia se me olvidó al rato y me acosté escuchando música hasta que mi reproductor musical perdió las fuerzas y eso ya fue tarde.
Asi que hoy me he levantado muy tarde. Iba a desayunar comenzando el trabajo, pero el comienzo de este y las distracciones llegadas por email retrasaron que rompiese mi ayuno hasta pasadas las cuatro. Luego seguí trabajando, a ratos, intermitentemente y disfrutando de la comodidad casera hasta que el hambre me pudo, Y después ya ha llegado la noche, y al terminar de escribir estas lineas debo dejar el ordenador, pues en veinte minutos me esperan de nuevo.