sábado, octubre 05, 2013

Identidad, pais, color y dolores de barriga

La minisemana del comienzo de octubre estaba motivado a hacer cosas. Después de ver a tanta gente disfrutar del ejercicio físico no podia hacer menos que ir a la oficina en bicicleta. Pero espera, no el lunes no lo hice. Supongo que me pudo la dura cuesta arriba del comienzo de una nueva semana. Estaba eso si dispuesto a hacer nuevos planes, a comenzar un nuevo semestre de forma mas activa. En la universidad mis tareas como supervisor de un par de estudiantes y las obligaciones con el proyecto no me dieron tiempo a mucho. Debido a mi dejadez y mi falta de atención a las tareas cotidianas descubrí que a partir de octubre no contaba con abono para el transporte. Lo afronté de forma positiva y si ya no el lunes, si a partir del martes comencé a hacer viajes de ida y vuelta a la universidad en bicicleta. Aunque suelo fuese por dos dias.
El jueves  coincidia con el 3 de octubre, el dia de la unidad alemana. Así que el miercoles por la noche terminó mi semana laboral y comenzo un largo periodo sin obligaciones de 4 dias.
Tras dormitar un rato al llegar a casa me esperaba la fiesta de cumpleanyos en un bar no muy lejano, y alli me reencontre con unos cuantos amigos que hacia tiempo no veia y pasé unas cuantas horas comiendo, bebiendo, bailando y hablando en alemán. Entrada la madrugada y ya en mi modo semiautista habitual de final de fiesta, cuando mis objetivos visualizados se han ido a casa y ya llevo un par de horas sin hablar con nadie, regresé a pasar el comienzo del dia de la unidad alemana en posición horizontal.
Cuando desperté mi cabezá era golpeada por la deshidratación que acompanya a la ingestíón masiva de alcohol. No salí de casa el resto del dia. Vi alguna serie en mi lengua madre, y en algún momento comencé a reflexionar sobre el dia que se celebraba. Cómo ya habian cerrado el museo histórico, volví a recordar las reflexiones que se hacian hace 10 anyos sobre la tierra en la que nací, sobre la violencia que la tomaba y los actores que en ella tomaban parte. Me hizo pensar sobre mi, sobre lo que soy y lo que influye en ello de donde vengo. Luego me entró la nostalgia del viaje que habia terminado dos semanas atrás, y del que ya habia actualizado todas las fotos, y me acosté entre imagenes pixeladas y otras de mi memoria de las verdes montanyas cantábricas.
De algún modo me activé al dia siguiente, y tras ordenar mi habitación y hacer las tareas domésticas habituales logré encontrar un poco tiempo para avanzar con mis modelos, pero como siempre de forma discontinua. Aún con los papeles desperdigados sobre la mesa me recogió Pedro y cenamos juntos un buen steak de carne. Creo que en los dos meses siguientes no volví a probar la ternera. La noche la pasamos de rutinaria sesión de baloncesto virtual y cervezas entre amigos.
No se por qué razon tenia el estómago revuelto al dia siguiente, si era un eco lejano de la fiesta del miércoles o si la ternera me sentó mal, pero el sabado no tenia muy buen cuerpo. El sábado fue muy tranquilo, vi de nuevo ficciones televisivas, practiqué un poco el golpe de tambores y comí en familia con mis companyeros de piso. Luego sali con Fausta en bicicleta y nos acercamos hasta el cine Babylon para ver una película distribuida por unos amigos, un documental sobre  uno de los reclusos mas famosos del mundo, Mumia Abu Jamal. Como era la inaguración habia después cerveza gratis, pero aun continuaba con el estómago funcionando de forma anómala y no me encontraba especialmente social, asi que regresé a casa a descansar.
El domingo seguí reflexionando sobre orígenes: sobre como marcan, como afectan cómo se nos ve, sobre el color de la piel, sobre tantos prejuicios absurdos que se asocian con este, cómo sobre de donde venimos condiciona lo que somos. Lei un rato después un poco sobre las modernas teorias del conocimiento humano para agitar un poco más el colacao mental que traia, y luego dejé un rato a la cabeza descansar para dejar actuar mis brazos. Luego me preparé una pasta con atún y sali a relajar mi cuerpo.
Y terminó un periodo de descanso que de nuevo se me hizo corto.