sábado, abril 15, 2006

Y al sexto dia descansé

Por fin llego mi primer fin de semana como estudiante en prácticas. Desde que me levante estaba ya pensando en acabar, oh, cuanto tiempo sin recordar esa sensacion del colegio e instituto. Asi que en el curro hice bastante menos que el dia anterior, y sobre todo, no tenia ningunas ganas de complicarme el dia: lei lo que me dijeson que leyese, investigue un poco por mi cuenta a veces infructuosamente y otras no, arreglé un par de hojas de Excel pero sobre todo, y esto es lo mas importante, sin preguntarle a Antje en ningun momento sobre lo que estaba haciendo. A la hora de la comida ya se notaban las ansias por salir del bonito agujero enmoquetado, asi que me fui con los otros 2 practicantes mas jóvenes (y con menos pelas) a comer un döner, y ver mientras tanto como los turquitos escolares de Kreuzberg de 8 anyos se peleaban como si tuviesen 14 o 15, formando banditas con las gorras de lado, mientras las madres y hermanas mayores con panyuelo reglamentario las separaban. Asi que nadie piense que los colegios e instituos en Espanya son la excepcion y verguenza de Europa: al final parece claro que en las zonas menos desarrolladas y con problemas de integracion, siempre va a aparecer la violencia, en Alicante, en Berlin o incluso en Suecia, como leia hoy en el periódico.(Lo de la globalizacion tambien consigue que pasarse palizas grabadas con el movil sea moda en toda Europa). Y en esta ciudad el tema esta mas candente que nunca, despues de cundir la alarma en todas los periodicos, sensacionalistas y no, a raiz del cierre de un instituto en Neukolln (donde la mayoria turca es mas abrumadora que en Kreuzberg) debido a la violencia imperante, y empezar a oirse ecos por toda la ciudad.
Pero en la oficina de aburguesados ingenieros donde hago las practicas se habla mas de viajes a Singapur que a Neukolln, asi que volvi al curro hasta acabar mi jornada y volver contento a casa. Una pequenya merienda, un rato tirado en la cama frente al televisor viendo como la gente preparaba cenas y despues pensaba comenzar la fiesta, pero dado que titotiro estaba ocupado, decidi que seria mejor ir a nadar un rato. Y como estabamos hablando del tema, no se me ocurrio otro sitio mejor que Neukolln, no para ver si me pegaba una paliza una pandilla del Kiez, sino porque alli hay unos banyos bastante baratos a la vez que antiguos, y mola mogollon banyarse en pelotas en una especie de templo romano, Ademas el banyo me sienta de puta madre, asi que llegue a casa despues de la cura en salud preparado para despellejar el findesemana.
Como no hay mas existencias volvi a quedar de nuevocon ambien con Fred el frances que esta un poco en nuestra situacion. Volviendo a encontrarme con uno de esos hilos de surrealidad que circulan por Berlin, me encontre en Alexanderplatz con uno de los chavales que me habia encontrado el findesemana anterior, y que viajaba hacia el mismo destino que yo. Mientras hablaba con el y esperabamos el metro, una chica pelirroja que tomaba una flauta con queso, nos ofrecio despues de quedarse mirandonos un rato. Estas cosas solo me ocurren justo despues de haber cenado, pero debido a su insistencia al final cedi. Sin saber como nos encontramos hablando con ella y otras dos amigas, germanorubia y germanooriental (no de la ddr, sino de ascendencia asiatica), a las que, despues de un rato identifique como conocidas del ilustre Kaffe Burguer, al que precisamente iban. Salimos y despues de encontrarnos con Titotiro y Fred, nos arrastraron a pagar 5 euros para entrar de nuevo en el cafe de las paredes tapizadas, a escuchar un grupo aleman que gritaba sinsentidos.
Nuestro sentido de la vista se sentia atraida por 2 bellas cimas que nacian del pecho de la chica que me ofrecio la flauta de queso, y Fred tambien sintio como la fuerza de gravedad que sus pechos ejercian le llevaban a bailar cerca de ella. Daniel mostraba verdadero desinteres, dado que no le parecian suficientemente hermosas para ser infiel, y yo mostrando mi estupidez habitual aparentaba desinteres dado que no sabia como tratar la situacion, a pesar de haber querido muy gustosamente acabar la noche saboreando las cimas dulces del exito. Todos estos condicionantes juntos hicieron que ellas se decidieran por dejarse invitar por otros clientes del bar, mientras que nosotros tomamos un par de birras mas antes de irnos no muy tarde.
El sabado por la manyana senti por primera vez que la primavera habia llegado a Berlin, con el sol brillando en el cielo y el cesped que habia tornado el marron invernal por un verde muy apetecible. Tan apetecible como era ayer montar en bicicleta por las calles, y descubrir de paso que vas al cajero todos los tipos de casas que te puedes encontrar unos cientos de peladas mas hacia el este y el norte de tu casa, donde entre bloques comunistas encuentras un parque a donde escapan los ancianos de sus residencias y en el que en un antiguo palacio hacen teatro de marionetas. Contento como en un anuncio de compresas continue mi viaje de manyana comprandome un par de libros a 1 euro cada uno y un poco de arroz y tofu en un supermercado asiarico con precios escandalosos. Como internet ultimamente no funcionaba en nuestra comunidad de convivencia, tuve que gastarme un euro mas en el cibercafe de enfrente de casa para poder buscar la receta de los cocteles que esperaban por la noche, entre otras cosas que no cumpli, al encontrar a la familia en internet. Con las recetas en la mochila, volvi a casa a disfrutar y perder el tiempo idiotizandome viendo la mtv. Tanto fue asi que cuando sali a comprar no logre encontrar todo lo que buscaba en mi calle, y tuve que volver a enbicicletarme para buscar sin exito otro supermercado. Ya casi la luz del dia se iba y aun no habia comido, asi que volvi a casa a cenar y a esperar a mis huespedes. El plan era sencillo: unas partidas de Risk en casa banyadas de ruso blanco lo suficientemente cargado de alcohol para obligar a moverse hasta a alguien tan acomodado a la vida casera como Titotiro o cualquier otro, y acabar la noche de verddera fiesta en algun club. No se puede negar que las perspectivas parecian prometerdoras, y por fin iba a volver a disfrutar de la noche berlinesa.
Poco a poco sin embargo, la realidad fue imponiendo su voluntad sobre mi plan. De las 5 o 6 personas que esperaba, al final solo Titotiro y Tuncpelolargo confirmarion su presencia. Yo cocinaba las albondigas de mi madre, que me parecieron sabrosas a pesar de su salsa gelatinosa. Diana salia de fiesta, Ulrike tambien y Tunc llegaba. Titotiro no llegaria hasta las once. Tunc trajo una pelicula turca que comenzamos a ver. La noche, aunque no se correspondia con el plan, se dejo vivir muy bien, pese a que perdiese al Risk y los rusos blancos no subiesen tanto como esperaban. La partida de Risk acabo a las 3, y yo no estaba tan borracho como pensaba estar. Los que si que estaban tan cansados como pense fueron los dos huespedes, que me dejaron mientras trataba de hacer una ultima llamada para intentar salir. No recibi respuesta y me deje cubrir en la cama con los ultimos coletazos de Ruso Blanco.
No se a que hora amaneci, pero todas las puertas de la casa seguian cerradas y la gente aun dormia. Al despertar me lei los comics de 100 balas que aun me quedaban sin abrir y desayune. Despues comence a sentir esa nostalgia alcoholica que se apodera de mi los domingos acompanyanda por un exceso de adrenalina por no haber bailado la noche anterior. La adrenalina pedia escapar a gritos y yo me puse a escuchar a QOTSA a todo volumen hasta que mis companyeras me hicieron bajarlo. Al menos mi humor cambio aunque la adrenalina seguia esperando dentro de mi como un torrente contenido por una presa. Cogi el balon de Basket y pense en aprovechar las horas de sol que restaba para tirar un rato a canasta. Esta estaba ocupada, y volvi a casa igual que me fui. Cerre la puerta e hice mas flexiones y abdominales en un dia que en muchos meses anteriores de mi vida. Medio mareado, pero liberado del exceso de adrenalina, me duche y me puse a ver la tele un rato con las chicas. Aprovechando un rato de programacion infumable, hice la cena y despues segui viendo un rato la caja boba hasta que el suenyo me vencio definitivamente. Fue un domingo de resaca pero sin ella.




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