lunes, noviembre 20, 2006

Bailando sobre el rio

Que la semana llegue de nuevo al viernes es equivalente a un nuevo despertar tardío, y a una nueva manyana de inactividad. O al menos, de una falta completa de actividad productiva, llevandole de nuevo la contraria al programa. Aunque esa manyana lo intenté, el resultado fue el mismo de siempre. Después de comer algo en casa y perder el tiempo de una manera tal que ni siquiera logro recordarla, sali por primera vez a la calle en la que brillaban las farolas desde las 4 de la tarde. Aunque no tanto como el dia anterior, seguia haciendo mucho frio.
Para poder ir a jugar al baloncesto hasta ahora en Berlin, siempre he tenido que viajar a lugares apartados del mundo: ahora juego los viernes en Wedding, el barrio turco del norte de Berlin al que llego tras viajar en dos metros. El segundo, en el del U8, debe ser con seguridad la linea de transporte suburbano en la que mas turco se habla fuera de Turquia. Cuando la dejo tengo que caminar 10 minutos mas para encontrar el colegio en el que jugamos. Como todos los colegios que he visto por aqui, también tiene pabellon cubierto. Conozco a Carles, un catalan de profesion traductora que tambien forma parte del equipo, y a otros dos turcos estudiantes de la zona que juegan con nosotros pero solamente en plan amateur. Despues de crecerme haciendo jugadas que no recordaba poder hacer, Carles me ahorro un rato de metro llevándome en su mercedes hasta una parada mas cercana. No todos los espanyoles van en bicicleta por Berlin. Pese al adelanto gracias al coche de Carlos, llegue a casa muy hambriento, pasada ya la hora de la cena.
Hable con los Peesaillos* y me confirmaron para salir, pero no esa noche como esperaba, sino al dia siguiente. Esta vez no queria que me pasase como el viernes anterior, y fui al videoclub antes de que cerrasen. Tambien pille patatas, una ciapatta en la esquina culinaria y algo para beber. Nochecita tranquila en casa, seguiamos solos S y yo. La que pensaba que era una peli alemana resultó ser una pelicula americana independiente (tu, yo y todos los demás) realmente bonita, con momentos superintensos, guinyos surrealistas y un visión humorítica de la vida muy acida pero igualmente bonita. Que pena que, aun con todos estos elementos, la pelicula se olvida cuando apagas el DVD. Casi olvidados ya los nombres de los protagonistas me acosté al final tarde por querer ver los extras que, casi, podria haberme ahorrado. El videoarte hay veces que me hastia realmente.
El sabado volvia la lluvia, pero se suavizaban las temperaturas. Yo salia de casa dispuesto a encontrar por fin el amplificador que conectar a los altavoces que Stefan encontro en el mercadillo. Subi a la bici que aun funciona de las 3 que tengo ahora, y me puse a recorrer Kreuzberg de arriba a abajo, y de izquierda a derecha, trazando una matriz con la bici alrededor de Görlitzer Park, pero no encontre mas que un par de tiendas de compra y venta de electrodomensticos usados, y ningun amplificador. Ya que estaba por alli de vuelta baje hasta Neukolln y subi luego de nuevo hasta la orilla del canal, donde vivia Amir. Tampoco pude comprar la entrada para el concierto que queria (me cerraron la tienda) aunque compré eso si muchos alimentos que necesitaba y alguno que no. Nada como los barrios turcos para encontrar fruta fresca. En casa de nuevo y algo mojado comi algo mas y perdi un par de campeonatos del mundo con espanya sin ni siquiera lllegar a cuartos. A casa llego mas tarde Uli, que se junto con Susanne que ya estaba por alli y se pusieron a beber y a contarse sus vidas. En ese momento me entere de que S se habia casado ese mismo martes, cuando solo ella y yo estábamos en casa. Siguio una discusion regada en cerveza sobre los roles masculino y femenino, el juego de la seduccion en el pasado y en el presente, en oriente y en occidente y sobre la injusticia en el mundo en general, que al final se encendio sin llegar a quemar, al no poder evitar yo el tomarme el tema de forma bastante personal. No llegó la sangre al río, mis macarrones si que llegaron a la mesa, y mientras los comíamos y seguámos bebiendo vinieron unos amigos de Uli que por un rato venian tambien a tomar algo. Se fueron y poco después, duchado aunque ya algo afectado por la cerveza y el Lambrusco lo hizo yo. Subi de nuevo a la bici y cruce otra vez el rio, pero nada mas hacerlo me fui al este. Junto al rio el viento soplaba a temperatura muy baja, y agradeci cuando vi a uno de los mexicanos que subia al barco del Hoppetose. Por fin visitaba tambien una de las famosas fiestas de los djs de La Regla, que se celebran si no estoy mal informado, como el periodo femenino una vez al mes. Me encontre con mexicanos y griegos.
La musica por ratos me gusto mucho, sobre todo cuando estuve pinchando la chica de barna, con muchas cosas que hacia tiempo que no oia: Muchachito, La Mala, Amparanoia... mucha fusion y buen rollismo, claro esto con un dominante componente latino. Publico no habia demasiado, asi que el calor infernal que suele reinar en el barco ni se notaba, ni tampoco bailaba la gente tan de acuerdo con ese calor. Una chica rubia y gordita me miraba mucho, aunque tampoco le di mayor importancia hasta que antes de irse se me acerco y me llamo por mi nombre. Resulto sur amiga del Richal y Mabel. Yo habia estado con todos ellos en una fiesta de disfraces en Ostbahnhof, en mi ultimo finde en Lichtenber y un dia antes de visitar por primera vez el 24 de Warschauerstrasse. Ese dia me emborrache hasta morir, vomitando las paredes de la habitacion. Habria tambien hecho antes en la fiesta para que la chica esta se acordase de mi nombre mas de anyo y medio despues de aquello? Por la noche no se quedo mas que una interrogracion en el aire, que no duro mucho en mi cabeza pues J.P. se empenyo en sacar cervezas mientras escuchabamos musica cubana y hablabamos de Mexico, Alicante y Berlin,
Volvi a casa empapado pues llovia y yo subi la cuesta y cruce el rio de nuevo en bici. Me acoste y dormi como hacia muchas noches que no lo hacia. El dia del senyor me quede en casa, aunque antes sali al mercadillo a tomar el aire y hacer una ultima busqueda dominical de amplificador. Una vez en la calle los pies volvieron a enamorarse del asfalto, y me perdi un rato mas por las calles de mi barrio, conociendo como cada vez que salgo algun local nuevo. Mis pies cambiaron de rumbo al caer de nuevo gotas de forma insistente. Paso tras paso y con el pelo mojado volvi a termnar el dia en casa. Otra noche precoz, de 4 de la tarde, comi un poco y chatee con alguien. Casi todo el dia lo pase, sin embargo, revisando mis dos anyos de estancia en Berlin, intrigado por la volatilidad de mi memoria y motivado por el encuentro de la noche anterior con aquella cara que habia olvidado por completo. Y, ya antes de acostarme, completamente absorto en mi propia vida como si fuese una novela que por primera vez leia, me di cuenta de la suerte que tengo de poder vivir como lo estoy haciendo. Aunque me falte lo que mas quiero.

**Estudiantes PEESE
escuchando-> Macaco
leyendo-> El tambor de hojalata en el UBahn