viernes, marzo 23, 2007

Finde fiestas

Editado: Sábado, 22 de abril del 2007.
Relatado: Del jueves 8 al lunes 11 de marzo.
Aquel jueves, me encontraba susceptible anímicamente. Mi discurso anímico victimista me estaba jodiendo la visita de mi amigo Amir, que siempre es un sinónimo de fiesta y buen rollo.
Parecía que después de las clases de batería la función anímica volvía a ser creciente.
Hasta que comenzamos a cenar, y volvieron Steffan y Uli. Y entonces, por algun impulso de mi subconsciente, puse sobre la mesa todos los temas que me incomodaban. Y la gente se lo tomó a broma. Y entonces me enfadé mas. Y ellos, riéndose de que me enfadase por algo así.
Ellos se fueron a dormir, y yo me quedé despierto con Amir y mi mosqueo. El pobre Amir se tuvo que tragar todos los pequenyos roces y malos rollos y piques en el piso, elevados por mi mosqueo a la enésima potencia. Eran ya las dos, pero aun así, y sin ganas, salí por acompanyar a mi invitado. Aunque durante todo el trayecto tuviese que aguantar que me sirviese con el como hombro llorandole todos mis desencuentros con Alemania.
Gracias a todo no tardamos todo lo que podríamos haber hecho en llegar al Cookies, y antes de las 3 entraba por primera vez en este pijo-club berlinés. Con la novedad las luces y la música se diluyó mi mosqueo como el hielo en nuestras copas. El sitio era muy bonito, y la gente que lo visitaba también. Casi demasiado, diria ya, encontrándome mas gente de pasarela de la que me esperaba. Sin embargo el ambiente me pareció divertido, porque junto con el cool se juntaba el pijo de toda la vida y algún otro nocturno incombustible. Y como dije antes, muchas chicas guapas. Hicimos un examen completo a todas las salas, de las que habria que destacar el karaoke romántico-ochentero y al final nos arrojamos a los brazos de la danza. Amir se quedo con ella y yo me agarré mas debilmente de lo normal, aun con la cabeza medio resbalada por los pensamientos diurnos y sin la necesaria cantidad de anestesia alcohólica para dejarme llevar del todo. La música tampoco acompanyaba en exceso. Con todo conseguimos acabar la fiesta cuando ya vuelven a funcionar los metros y hacer un par de amigos. Nos invitaron a beber al dia siguiente a un hotel de lujo. Pero antes, volvimos a casa a dormir.
Cuando desperté, Amir ya no estaba, se había vuelto a ir a visitar a alguien. Yo debería haber despertado y trabajado en casa desde antes del mediodia, pero cuando finalmente lo hice, la poca luz que nos habia acompanyado del día ya se iba. Con todo, logré ponerme en pie y reencontrarme con Amir que volvia algo cansado. Asi que nos quedamos en la habitación, pensando que hacer, escuchando música con el portatil. Luego, por cortesía de la familia Sayer todavia de visita por nuestro piso comimos un cocido de verduras muy bueno, y, de postre, una especie de bunyuelos alemanes. De nuevo volvimos a la habitacion a escuchar música. Entonces cuando estábamos ya medio dormidos, la senyorita Schneider llamó a Amir y nos dijo que salía de fiesta con su amiga la rubia grandota. Y entonces, el la convenció de que viniesen a recogernos.
Pasaron por la calle, y cuando bajamos, las dos teutonas y el amigo fotografo gay ya iban borrachos. Asi que las feminas ya estaban algo insoportables, pero bueno, la noche comenzaba y no nos la iban a chafar. Conduciendo llegamos al centro, y menos mal que aparcamos, porque comenzaban a destrozar un tema de Portishead cantandola a trio y a cappella con voces quebradas por tercera vez. Afuera llovia, y antes de entrar al club, fuimos a tomar algo mas. Amir y yo hablabamos, y las otras, cada vez mas insoportables. Menos mal que no estuvimos muchos. El amigo gay era en esos momentos, el mas simpático del trio. Y entramos entonces al nuevo club de moda en Berlin. La situación inmejorable, dentro del edificio de correos de primero de siglo por el que todas mis visitas me preguntan cuando vienen a comer. Dentro ya, el local era bastante agradable, no demasiada gente y un pijerio aguantable. De nuevo, mucha chica mona. Y el pincha, un espanyol pequenyita pinchando un revival pop ochentero. De lo mas divertido que recordaba en mis ultimos meses. Entonces, nos olvidamos de la gente con la que ibamos y nos pusimos a bailar, beber birras y pasarlo bien. Todo iba de puta madre. Amir seguia ligando queriendo y sin querer, casi como un ejercicio de poder, y las otras se perdian.
Acabamos porque tambien lo hacia el local, sentados en el centro de la sala en la que aun quedaban restos de la comida(en el local tambien te sirven, debe ser algo de lo mas ahora) y decidiendo seguir la fiesta en el local mas kitsch de Berlin, que la amiga rubia de la moda, nos queria mostrar. Aunque Amir y yo ya estuvimos alli anyo y pico atras.
Dejamos al fotógrafo en su casa y pretendimos continuar el camino. Pero entonces llegó el escándalo. Las hembras querían fumar, y Amir les dijo que no lo hicieran mientras el conducía. Riéndose borrachas, abrieron las ventanas y prendieron el cigarrillo. Amir se enfadó pero sin levantar la voz, aparcó el coche, se levantó y se dirigió a la parada del metro. Le seguí y hable brevemente con él. Volví y me ofrecí a llevarlas a sus casas, yo no había bebido tanto como hayas. Como respuesta, un montón de fakyus e insultos de la muy digna (aunque en estado lamentable) y gigantesca berlinesa platino, que se bajó con su vestido corto y sus tacones a pedir un taxi. Ulli no sabia donde meterse ni que hacer, y solo quería que todo parase, y alguien la llevase con su coche a casa. Evidentemente no habia a llevar a nadie así, me volví con Amir y así concluyó la segunda de nuestras noches por locales cools.
Volvimos a casa, y desayunamos con calma. Entonces, y solo entonces, fuimos a la cama con las primeras horas del dia. Cuando desperté me crucé con Uli, que no entendía lo que habia pasado y como se había llegado a todo esto. Amir, mosqueado no queria saber nada. El resto del día lo pasamos en casa, y luego convencí al amigo excéntrico de ir a ver un Madrid-Barsa. Como buen amigo, no puso pegas. Nos juntamos con Benito y toda la gente de Venezuela. Golazos de Messi, y un partido que acabó en empate. Por no irnos directamente, fuimos con el grupo un rato mas. Como no, a un lugar llamado Karakas. Alli dentro, aparte de flores en el techo (la decoración era realmente impresionante) esperaba un concierto de salsa. Todos amigos de los mios caribenyos. Tomamos un par de birras y comprobamos una vez mas la aficion de la femina alemana, joven o mayor por la salsa. Nosotros preferimos cosas más electricas, asi que nos despedimos de todos y fuimos para el White Trash.
Aqui pinchaba Steve, amiguete de Amir. Esto significa que entramos gratis y que aparte Amir logro aprovisionarme tambien de forma gratuita de algo de alcohol con cola. Y nos desquitamos de la salsa con una sesion cojonuda de rock and roll electrónico. O como quiera llamarse ese estilo. Pero acabamos sudados y contentos, bailando entre rockers y ninyas guapas. Ah, y con mi compaynero de Basket catalán, que apareció con unos amigos suyos.
Antes de que acabase la noche, Subimos a un taxi y en 10 minutos llegamos al Rio. Pinchaba el novio del amigo espanyol de los 80 de la noche anterior, o sea que otra vez entramos gratis. La musica aqui me gusto menos, y a esta hora quedaban menos modernos y otra gente cool de lo que suele habitual en aquellas estancias subterraneas. Eso si, el pincha novio del otro pincha compartia con el la actitud retro. Y antes de tirarme a dormir en un sofá, baile con mis ultimas fuerzas exitos dance de los noventa. Con el dia saliamos otra vez a la calle. Amir me propuso ir al Kit Kat club, pero mis fuerzas no me permitian mas esfuerzos físicos. Y volvimos a la Warschauertrasse cuando comenzaba a salir el sol.
Despertamos a medio dia, y nos encontramos con todo el clan sayer y con Uli que iban de excursion al mercadillo de Boxi. Un paseo matinal nunca viene mal, y aunque el dia no era aun calido, el sol brilaba timidamente. Dimos un par de vueltas, recuperando aire mientras hablaba con Uli y con Amir por separado, todavia enfadados el uno con el otro. Comimos los tres juntos, pero no hablaron de mucho mas que de las noches sin problemas y del sabor de los platos de pasta a 2,5 euros. Volvimos a casa, y descansamos un rato mas. Los tres dias de salir sin descanso nos pesaban tanto a Amir como a mi. Quizas algo mas a el, porque se habia pasado los dias recorriendo la ciudad mientras yo dormia.
Luego, llego Katja, otra amiga de Uli y nos propuesieron ir al teatro. Yo no podia decir que no, aun no habia ido a una cosa de estas desde que llegue a Berlin. Amir se quedo en casa dormido, y nosotros caminamos hasta la iglesia junto al cementerio de nuestro barrio. Me quede medio dormido, he de decirlo, aunque la obra era interesante. Tan interesante como incomprendible. No solo por el idioma, limitado en muchas veces a gritos. Mis amigos alemanes, tampoco entendieron gran cosa, y eso me tranquilizó.
Me bastó entender que los actores eran todos chavales en paro y que la obra estaba promovida de alguna forma por el equivalente al INEM aleman. Aunque no trascedió en mi vida, la obra me proporcionón un rato agradable. Y cualquier representación dramática en una pequenya iglesia de mas de 100 anyos de vida, luce mucho. Aunque no la entiendas y todo el publico beba cerveza.
Como narcotizada por ello volvi yo a casa. Cene algo y me puse a dormir casi de inmediato. A Amir y a Uli les deje discutiendo sobre el acontencimiento del viernes en las ultimas horas antes de que el extremenyo me dejase de nuevo.









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