martes, febrero 20, 2007

Antes de que llegue el cerdo, el lobo te hará aullar

Erase el jueves 7 de febrero, la semana después de la pequenya conmoción de mi cerebro y yo, después de las clases de batería era una persona animada y con ganas de hacer más cosas.
Así que me subí a la bici aun sin luces, y crucé el río hasta el oeste de la ciudad decidido a pisar por fin el suelo de la Köpi y ver gratis una de las pelis que proyectan estos punkis. Si Berlin estaba de festival glamouroso yo iba al cine más barato y opuesto a brillo y fama que conozco: El Peliculoso.
No iba a ciegas, habia visto el programa por internet y sabia que me esperaba algo bueno: Wild at Heart", como uno de mis locales de Kreuzberg. Y dirigida por Lynch por supuesto. Una historia de amor sugerente, rockera y bizarra un par de días después de San Valentin. Pese al pitido y al frio volvía a casa con una sonrisa en los labios y escuchando a Cage cantando el Love me Tender subido encima de un coche. Viva el Rock and Roll, pensé!
Y eso, precisamente, es lo que me esperaba al dia siguiente RnRoll. Tenia que estar en forma para el concierto, así que desperté tarde, pero ni aun así evito las sorpresas: el mp3 perdido el día anterior, y la otorrino que me haya para postponerme la visita un dia mas tarde. No pierdo el equilibrio emocional, que endulzo con leche y cacao. Con este sabor aun en la boca me encamino a la Uni, para seguir comiendo. Y otra vez solo porque todos han acabado, aunque los encuentro en su puesto de siempre en nuestra sala. Antes de volver al este y comenzar realmente el fin de semana, realizo un par de gráficas. En casa, un par de salchichas. Y no hay tiempo para más porque el concierto empieza.
Llego a mitad de actuación de los teloneros, que lucen camisas de cuadros y franela, Se respira el ambiente de Rock and Roll. Y cuando los Australianos desconocidos terminan sus distorsiones y juegos psicodelicos, llegan los que esperábamos todos. Y desde el primer acorde, lo hacen arrasando. Lanzando olas musicales de impulso vital que alcanzan a todos los presentes y nos llevan a agitar las cabezas inconscientemente. Son 3, pero llenan el escenario con su presencia y el auditorio de un sonido demoledor: limpio, pero hipnótico e impactante. Eso es lo que quería, un concierto de verdad, con 3 tipos entregados y un repertorio que aunque de un solo disco engancha en cada una de sus canciones. Mis sonidos favoritos, los riffs y voces afiladas de los 70 con la contundencia de los RATM en las lineas de bajo que a veces también me recuerdan a mi nuevo genero favorito: el stoner. Así que disfruto como un ninyo, a veces incluso no resisto más y con The White Unicorn me quito los tapones pare que mis danyados oidos vibren libres por unos segundos. Danyados pero contentos. El público entregado y versión de Led Zeppelin de regalo. Será convencional, pero me encanta. Porque esto es Rock and Roll, energía, contundencia y lineas hipnóticas para combinar con sexo, drogas y alcohol. Vuelvo a casa lleno de esa energía que me prometí nunca no perder. Lo que pierdo es mi querido gorro amarillo andino, caido en algún momento del concierto. Danyos colaterales. En casa no necesito ni llamar para continuar la fiesta: Uli sale y me pego con ella. Vamos a su Stammkneipe*, recoge un par de amigas y vamos a una fiesta tecno. El sitio, playa en verano, es ahora un bunker sacado de una peli de Bond con agua que entra y vistas al Spree. Las música no esta mal y solo cuesta un euro, y mientras Uli habla con sus amigos me pierdo un rato bailando entre la gente. Hasta que la jefa dice de volver, y cansado y sin ganas de subir el Tourmalet solos, volvemos al otro lado del rio (el club está frente al Köpi, donde el dia anterior veia la peli).
Me duermo placidamente y al despertar Uli y Stefan ya deben estar cerca de la frontera checa. En casa quedamos Seelim y yo, Susanne trabaja. Miro el reloj y me doy cuenta de que en 10 minutos comienza el taller-despedida de baile balcánico, así que, resigando ante la perspectiva de quedar de nuevo mal con mi grupo, me quedo en la cama. Quedan un par de horas hasta nuestra fiesta de anyo nuevo chino, y las paso leyendo noticias sobre la NBA, la ACB y Wolfmother. Y sinceramente, me da igual que digan que copian los 70, porque estos me gustan y lo hacen con sentimiento y personalidad. Por mucho que Mike Patton se ría de ellos, yo seguiré pensando lo mismo. Y llegando tarde a los sitios, no lo puedo evitar.
Pese al retraso fui el primero en llegar a casa de DaWei. Luego llegaron los demas, y comenzamos a comer y comer. Cuando ya no podiamos más. felicitado el anyo del cerdo, comenzamos a beber. Y cuando la infección etilica es manifiesta, bajamos a bailar con el resto de estudiantes de la resi de Dawei. Tras unos pocos compases, Leo y pareja desaparecen junto con Kevin. Yo ya estoy perdido en medio de la pista, y la pareja china contempla desde la barrera. Pasada la medianoche, ocupo mi sitio de fin de semana, con mi cerveza en la mano y la musica llevandome. Esta vez Shiva es mi escudero. En algún momento, llegados ya personajes disfrazados a la fiesta (que nadie olvide que es carnaval) la pareja asiatica y amigo desaparecen. S y yo continuamos hasta que, primero el y luego yo, caemos victimas del cansancio. Nos retiramos juntos y bajo tierra nuestros caminos divergen: el viaja al oeste y yo encamino mi vuelta al Este.
El domingo se levanta esplendoroso: mi resaca es muy ligera, el tinitus soportable y el sol brilla detras de la ventana. Por la calle la gente pasea o se sienta en los bancos. y yo siento la necesidad de sentir este sol de invierno; así que llamo a Daniel y le convenzo para que me recoja y me llevé en el Golf hasta Prenzlauerberg. Viajamos con el techo solar abierto, Daniel incluso en manga corta. Compramos patatas y refrescos, y somos unos espectadores mas de la masa festivalera en su dia final. Elijo un documental de Wenders, Leon de Aranoa, Coixet y otros. La luz del día se torna oscuridad en el corazón viendo a los "Invisibles" del film, sobre todo a los de Africa. Es dificil contener las lagrimas viendo a los negros invisibles. Incluso comer patatas fritas o beber un refresco. Pero estamos en Europa, y por desgracia, todo se olvida al salir a la calle. No consigo tampoco que Daniel reconsidere sus ideas políticas, pero se intentó. Vuelvo a casa, ya no queda sol en la calle. Debería haber comenzado a escribir este post el domingo tarde, pero el cansancio y el alcohol de la noche anterior se hacen notar y, antes de acostarme, lo unico que logro es ver una convencional pelicula de psychokiller californiano. Dormir es más facil así.

*Stammkneipe: Pub habitual, al que uno vuelve y vuelve
*Shiva, companyero indio de departamente al que malprejuzgué al principio
escuchando-> Wolfmother, energía pura
leyendo-> La revista sobre la Berlinale