miércoles, noviembre 29, 2006

La Lavadora

El lunes hacia de nuevo mi camino diario, envuelto de los pensamientos que siempre vienen con el comienzo de la semana. En el vagón del metro, aunque rodeado de alemanes escuchaba voces cantarinas y tambores en espanyol. En el departamento reaparece Leonardo: desgraciadamente no muy animado pues un familiar suyo habia fallecido en Italia. Tambien estan Da Wei y Shiva. Trato de avanzar ahora de nuevo con la torre de Refrigeración. Comemos y a la vuelta estoy un poco de tiempo mas en la uni. De vuelta a casa casi sin tiempo para merendar y salir rumbo mas al este subido en tranvia. Es el momento de nuestro tercer partido y segundo en el que yo participo. Partido de nuevo igualado y de nuevo lleno de disputas con los arbitros. En el otro equipo un turcoaleman gigantesco pero que solo juega por fuera nos cose a tiros la zona. A pesar de nuestra reacción final y de tener una opción para empatar el partido, cosechamos la tercera derrota. En casa cansado, cena, tele y cama.
Martes: Antes de encaminarme hacia Charlottenburg trabajo un poco en casa. Al salir finalmente lo hago para ir a la MENSA donde me reencuentro con Dani y demas PEEStudiantes. Como con ellos y les informo de que no voy a ir a la cena cumpleanyos de Myrto. La razón: STOMP, el espectaculo ritmico-teatral para cuya funcion del martes 14 a la noche ya tengo entradas. Un par de simulaciones tras la comida y el cafe que la acompanya y otra vez estoy en F´Hain. Por poco tiempo otra vez . Ahora el tren que circula por sobre los coches y entre edificios me deja en la Friedrichstrasse, en el centro de Berlin. Alli me encuentro con Elisa, con Teresa y con Steffan amigo de la ultima. Entro, al fin, tras dos anyos de estancia, por fin en un teatro. Estamos en lo mas alto del teatro, que es, a diferencia de lo que parezca indicar la frase, tambien lo mas barato. Aunque los actores se vean mas pequenyos nos podemos hacer una mejor idea de las dimensiones del escenario. Y por oir no tenemos que preocuparnos; los actores-bailarines producen sus sonidos/ruidos lo suficientemente alto como para que todos lo oigamos. Y los sigamos, y nos entusiasmemos y riamos, y al final contribuyamos al show. Muy entretenido e impactante ademas. El ritmo parece que se ha colado ultimamente en mi vida ultimamente. Cuando acaba la funcion todos nos vamos tratando de imitar a los actuantes y golpeamos cualquier cosa saliendo del teatro. Nos golpea el hambre y nos refugiamos debajo de las vias para tomar algo. Las chicas infusiones y cafes, Stefan pasta y yo pruebo el Flammenkuchen, una especie de pizza de esa region de Francia que una vez fue alemana. Aunque estemos justo a mitad de Noviembre, la noche es extranyamente agradable, y nos quedamos un rato con ella paseando hasta Alexander Platz. En un abrir y cerrar de puertas de metro se bajan las persianas de mis ojos.
Si me levanto mas tarde de lo normal estos dias, puede ocurrir como el miercoles. El miercoles no me levante tarde, bueno, no mas tarde de lo normal, pero habia otra vez sesion de charlas, y al salir de ellas me encontre a Shiva en mi lugar de trabajo. Aproveche para pedirle a Leonardo que me ayudase a ayudar a mi hermana traduciendole una carta al italiano. Despues trabaje un rato sin ordenador. Fui a comer a la Mensa otra vez. En el cafe aparecio un Omar resacoso de la fiesta cumpleanyos de Myrto que acabo en el Burguer. Acabamos el cafe y vuelvo a casa, no quiero quedarme otra vez sin ordenador. Al final no vamos a cambiar la lavadora con Stefan, asi que me quedo sentado en el sofa hinchable escribiendo mis horas en lineas. Salgo de casa y voy a la academia ruidosa: tras una discusion muy amistosa con el duenyo, firmo un contrato. Al dia siguiente comienzan mis clases pagadas. Por lo que tambien pague es por las clases de folclore balcánico. Este dia, sin embargo, es en el que mas me aburro de todos. Vuelvo a casa y mientras ceno me llama mi padre. Cuelgo y me llama Amir. Mientras hablo con el llega Ulrike y tambien hablo con ella. Con la lengua fatigada de tanta conversacion vuelvo horizontal mi posición.
Aunque he quedado a las 10 me hago el remolon. Stefan no aparece, y puedo dormir un poco mas. Aunque al final llegue, precedido de su hermano Christian. Enfrente de casa, una furgoneta volkswagen blanca como la que siempre habia querido tener. Cruzamos la Frankfuerter Alle, recogemos una lavadora. Volvemos a casa, y la cambiamos por la nuestra que ya no funciona. El dia esta lleno de sol, y sin abrigo no se tiene aun frio. Desde la calle los hermanos Sayer piensan que tal vez pueda funcionar pese a todo la vieja lavavadora. Es graciso verles darles vueltas a la rudecilla de la lavadora vieja, subida ahora a la furgoneta y alimentada con un cable tirado desde la habitacion de Stefan y que como cable de tension cuelga en la calle. Finalmente se desiste de salvarla, y acaba sus dias en el chatarrero del barrio. Seguimos recorriendo con la furgoneta Berlin, y cruzamos el muro para ver mas lavavajillas. Nos perdemos en Moabit, y la suerte nos lleva hasta un restaurante schwabo. Como schwabo tambien es Stefan nos sentamos los dos a comer algo tipico de su tierra: Spatzle, una especie de gruesos spaguetis alemanes, con bacon cebolla y lentejas. Aunque suene a combinacion extranya saben bien y ademas sacian muy bien el apetito. Con el estomago lleno la furgoneta nos lleva al lugar que buscabamos. Alli nos indican otro lugar donde finalmente encontramos, comparamos, compramos y nos llevamos el lavavajillas. Para cuando todo esto concluye el sol ya se ha escondido, y cuando pasamos con la furgoneta frente al angel dorado este ya no refleja como lo hacia en verano. Lo rodeamos y cruzamos otra vez la linea hacia nuestro lado de la ciudad.

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