martes, noviembre 21, 2006

Venezonacionalizándome


No se si existirán estudios acerca de como afectan los periodos de suenyo a los estados de animo de cada persona. Supongo que cada individuo presenta una sensibilidad disitinta al suenyo, como ocurre también con muchos otros fenómenos. No habiendo estudiado sociología y conociendo la psicología tan solo por la portada de los libros de mi hermano Javier, no puedo sino tratar de sacar conclusiones de las unicas observaciones que conozco: y por mas que observe, en esta caso los resultados no arrojan ninguna conclusión.
Igual me levanto lleno de angustia en ciertas manyanas, tras encamamientos llenos de calma, como despierto lleno de energía tras una noche llena de preocupaciones y desencanto existencial. Se que algunos estudios relacionan el estado al despertar con la fase del suenyo con la que esta coincide, aunque no creo que este sea el unico factor influyente.
Cuando tengo algo clavado tan en las raices de mi ser como el mosqueo que arrastraba el jueves no puedo despertar contento. O si, pero queda un resquemor, un mal sabor que aun arrastro de la vomitona de rabia del dia anterior. Y cuando noto ese sabor el momento se convierte en peligroso, porque no puedo ponerle el freno de mano a mis pensamientos. Menos mal que el viernes al despertar estaba Stefan y su hermano por casa, y asi no desayune solo. No hay mejor freno que el no conducir. En un ataque de actividad producido por el sabor que aun rondaba por mi boca fregué y aspiré el cuarto. Y entonces decidi que ya estaba bien de seguir con los muebles en la misma disposición que los encontre al llegar, con las cajas aun sin ubicar esperando, y con una distribución accidental y transitoria. Arrastre los armarios, movi la cama, la planta, las mesitas.. Solo el escritorio despues del ejercicio de combinatoria que es el interiorismo seguia en su sitio. Ahora tengo la cama junto a la ventana en lugar de frente a la puerta, la televisión mas cerca, junto a la Playstation con la que ahora si puedo jugar sentado y los armarios formando un bloque compacto. He ganado luz, algo impagable en los inviernos en las partes que se encuentran mas al norte del hemisferio idem, y me encuentro mas en mi lugar. Pase toda la manyana con los juegos de arrastre y combinatoria e hinchando el sillón de aire rojo que ahora gobierna la esquina donde estuvo mi cama, y que es ahora la esquina del ordenador y las maletas. Si juntas ademas el vaciar y llenar armarios, pegar posters y tirar deshechos reencontrados, llega la hora de ir a jugar al baloncesto los lunes, habiendose perdido de nuevo un lunes en el que todo el contacto con los apuntes fue solo para encontrarles tambien lugar a ellos. Esta vez eramos 10 en la pachanga de Wedding, pero volviamos de nuevo a casa pasada las 11. Muerto de hambre me hacia algo para comer y contacto con la fracción centroamericana. Estan el una fiesta en la otra punta de la ciudad, alli donde ellos se concentran. Con el estomago algo mas lleno, 2 cervezas recogidas a mi amigo y trantando de olvidar mis ganas de hostilidad, salgo a bordear el anillo y encontrarlos.
Llego pasadas las 12, y cuando segun sus propias expresiones, ya no quedaban mas culos por vender. En la fiesta todos los humanos de sexo varón eran de Venezuela. Las hembras, rusas, alemanas, escocesas y alguna sudamericana. Todos bailaban canciones que los hombres conocian, y que necesitan del contacto hombre-mujer para ser bailadas. Uno de mis amigos estaba muy lejos en sus pensamientos, buscando las respuestas que el queria de una mujer. El otro buscaba simplemente respuestas sin palabras de algunas otras que por alli quedaban. Pasaba sin embargo el tiempo y cada vez eran menos. Bebiamos los restos de Lambrusco de la semana anterior. Cuando ya todos daban la posibilidad de dormir junto al carmin por perdida, salimos del sotano a la superficie. Otro amigo suyo de la recien proclamada republica Bolivariana nos acompanyaba. Debido a que ellos llevaban al menos 2 horas mas que yo en la fiesta, presentaban indices de alcohol en sangre como para hacerles pensar aun mas de lo normal en dos cosas sobre todo (y nada mas): mujeres o incrementar esos niveles de alcohol. Deshechado ya lo primero, solo quedaba una opcion. Primero tiramos del recurso de emergencia, el vino blanco que sobro de cocinar el pollo a la pantoja el lunes. Luego siguio la cerveza en el turco, a la que seguiria alguna mas en casa de Omar. Yo desertaba del barco: mis niveles de alcohol aun eran de conductor legal, y tenia ganas de bailar y/o de ver a mas gente. Otra vez me cruce Berlin de Oeste a Oeste en Diagonal, cruzando dos veces el Spree. Merecio la pena al menos, pues esta vez encontre la fiesta donde Stefan aun seguia bailando. Y por fin volvi, de nuevo con Stefan, a una fiesta tecno de esas que son de mi gusto: en una casa abandonada, llena de gente pasandolo bien, drogas, algun que otro moderno de mas que de menos y muy buen rollo flotando en la sala. Sobrevivi a Stefan que perdio su chaqueta y a algun par de cervezas mas. Cuando mi cruce de miradas en el mar del baile se fue diluyendo para dejarme naufrago de la pista, sali despidiéndome de la gente con una sonrisa reciproca y saludando a los que entraban. Amanecía cuando subía la cuesta jodía, la que comienza a los pies de mi calle antes de cruzar el puente. Antes de acostarme tuve una conversacion absurda con una pareja hasta que un taxi me libro de ellos. El suenyo me libro del cansancio.
El sabado me libro del trabajo, pero las nubes seguian cubriendo Berlin. En mi calle los tranvias seguian sin funcionar y ya no los oia como cada vez que pasan, pero la vision de los autobuses de sustitucion es mucho mas sucia que los de los tranvias llenos de gente. Otra semana mas coincido con mis compis para el desayuno-comida, y perdia mis primeras horas despierto entre bollos, bollitos, cereales, miel y quesos. Tras el desayuno, luchaba contra mi mal humor y trataba de traducir un nuevo texto del aleman al espanyol. Otra vez sin saber como, llega la noche, y me vuelven a llamar. Allo Venezuela. Esta vez quedo antes con ellos, los chamos, apenas pasadas las 10. Esta vez es en el Kreuzberg lejano, por las calles donde pasa el carnaval de las culturas. Subimos a una WG de chicas, llena de mujeres que bailan salsa y una mezcla bastante equilibrada de alemanes y chicos del cono sur. Enseguida tomo posiciones con Omar en la esquina de la cerveza., luchando codo a codo por la Pole. El otro pana se dedica al baile, destacando entre un grupo de jovenes morenos y muchachas voluptuosas de estilo aprendido a base de clases que toman la pista. La noche pasa, vaciando una tras otras las botellas del cuarto de banyo. De vez en cuando nos toca bajar al portal por necesidad de los fumadores, donde debemos ser precavidos al bromear con la gente al no saber quien habla espanyol y quien no. Sea porque alguno nos tendio o porque la hora ya les llego, fueron yendose casi todos los hombres incapaces de hablar en espanyol. Tambien llego algun despistado adicional a la fiesta dejandolo solo unos momentos de haber llegado. En los estertores de la fiesta conoci tambien a unos cubanos casados con alemanas, que se habian hecho con la pista y la seleccion de musica. Se agradecio un parentesis de Manu Chao entre tanta Salsa, que aunque tambien liquida no conviene mezclar con la cerveza. La fiesta moria y nosotros lo haciamos con ella sentados en los sofas, y salimos de la casa. Antes de llegar a la cama paramos por el puesto de las salchichas con Curry, el 36, que abre 12 horas menos al dia que su nombre.
Otra noche que no volvio a oler mi almohada otro perfume que el de mi aliento cervezado. Al despertar decidi, esta vez si, hacer uso de mi inscripcion del curso de natacion por libre, contradiccion porque en realidad no es un curso, y sali despues de desayunar algo para echarme al agua detras de la Opera occidental. Iba de buen humor, con el tramtram de una semiresaca muy dulce y optimista. Muchos largos despues estaba aun mas contento. Cantaba en el vagon de vuelta con Macaco y los garrapateros de Jerez, alejandome del Turbonegro de principios de semana. En el puente sobre las vias salude a un espanyol erasmus irradiando contento. En casa hice que la musica recorriese la habitacion y termine finalmente con esa traduccion que me pedian. Comia con Estefan cuando aparecio Uli para poner una lavadora. Baje con ella al Waschsalon, porque nuestra lavadora seguia con el carnet de incapacidad, y subi otra vez a ver la tele un rato. Al volver a bajar la mujer encargada de limpiar los suelos del salon donde se limpia la ropa, nos hacia mas amena la recogida de las prendas humedas relatandonos los malos tratos que le dispenda la sociedad de hoy, cada dia mas inhumana con ella y en la que se encuentra desvalida de apoyo cuando los politicos solo hacen que las cosas sean cada vez mas caras. 3 euros nos costo cada una de las lavadoras que pusimos. De vuelta a la casa, y ya en tiempo de noche, mientras ceno escribo algun post. Como cada domingo despues de haber salido mi mente se llenaba de ideas obscenas. Para ocupar mi mente veia los resultados de la jornada en la ACB. De nuevo discuto con Uli, algo mas que irritable en una semana de mucho trabajo, que se enfada conmigo y sobre todo con mi toalla humeda que yacia sobre la banyera, y segun su criterio llenando el cuarto de banyo con su olor a humedad. Explota en un momento el mal humor que meti bajo la alfombra viernes y sabado, y tenemos una pequenya discusion, Despues de esta sin embargo, parece que con los gritos tambien se va, aunque sea solo una parte, un cachito de enfado. Entre enfadado y cansado concluyo otro domingo junto al Spree.

escuchando-> Macaco y Los Delinquentes
leyendo-> TRNSYS, manual de programación