sábado, enero 13, 2007

El chico de Melilla se apellidaba Nowitzki

Ya se ha estrenado mi nuevo periodo en Berlin, el primero del 2007. Llegué el jueves por la noche, cansado y resfriado como consecuencia de mis andanzas por la piel del Toro, con bastantes ganas de volver a esta ciudad de frios inviernos y sobre todo con mucho optimismo.
Es, yo creo, la primera vez que me pasa en estos mas de 2 anyos que llevo por aqui. Esta vez no he traido nostalgia en la mochila, ni ese deseo casi triste de poder estar en dos lugares a la vez para apenarme por lo dejado atras. Desde que he llegado he visto el mes pasado lejos como algo bonito y tonificante, una bebida enérgetica para mis nuevas andanzas.
Sin embargo estaba muy cansado al llegar. Hice un par de colegas madrilenyos en el S-Bahn, vecinos de barrio y parada de metro, y que me invitaron a birra y a salir con ellos. Rechaze su invitación por lo cansado que estaba. El hambre era el motivo de mi prisa, que me deslizó hasta el Kebab de enfrente de mi casa. Cayó el primero del 2007. Al rato caí yo de nuevo en la cama como un cadaver, después de haber saludado a Stefan y probado una de sus famosas sopas picantes tailandesas.

El viernes seguí el plan establecido y viajé al Oeste, a las aulas, cargado con el portatil y los apuntes. Mientras ponia al dia todo lo (poco) realizado en las vacaciones me iba reencontrando con mis colegas de la Uni: J.P. del D.F. Leonardo fiel a su puesto, Volkan y Akif revoloteando, algun profesor y Shiva muy simpático y molestando como siempre sin darse cuenta. Fui a comer con Leo y la pandilla PEESE, otra vez dos besos al pescado con mayonesa de los viernes en la Mensa, y mas saludos con Dani y los demas. Se negoció un intento de cena mexicana para 13 personas que fracasó, y regresé a introducir numeros y anotaciones en el ordenador. Volvi a casa casi a las 7, previo paso por el banco y el supermercado y me encontre a mis chicas viendo la tele con Stefan. Ya resaludado toda mi vivienda vi un ratillo la tele con ellos. Esta vez un programa alemán donde los participantes son escogidos al azar al subir a un taxi, donde se les somete a una especie de 50x15 en equipo y sobre ruedas. Despues del rato de caja tonta recoloqué finalmente mi equipaje en mi habitación, y la adecué para que estuviese de acuerdo a mis ideas. Leia un rato y chateaba, esperando la llamada de los companyeros para salir. Como la llamada no llega, comienzo con la cena y la primera de las birras. Se me pasa el tiempo en conversaciones chorras, y llamo ya pasada la medianoche, Salgo para juntarme con los que estaban cenando, pero me avisan de que mejor cambie de destino si quiero salir un rato esta noche: en mi destino incial se tomaban las ultimas uvas. Asi que de nuevo y de sorpresa me vi reunido en Eberswelderstrasse con la delegación venezolana, que ya me saluda como un pana mas. Nos tomamos una Sternburg mas en el Morgen Rot antes de encaminarnos al Zapata. Hacia siglos que no entraba dentro (aunque si habia estado hace no demasiado en otros lugares del Tacheles) y para variar con mis costumbres de finales del anyo pasado, termine en una fiesta latina. Al menos esta vez no hubo Salsa, sino casi exclusivamente Rock y Ska. Ah bueno, y algun momento desagradable de Reaggeton que la cerveza me llevo a Bailar. No podia hacer otra cosa: el bar estaba lleno de chicas bonitas y bailarinas. Completaban el paisaje grupos de latinoamericanos y espanyoles rastudos, algun guiri despistado y una panda de turcos de mafioso aspecto. Me reconocieron como espanyol de nuevo, aunque me confundieran casi simultaneamente con Dirk Nowitzki y con un tipo de Melilla. Mi timidez me dejo como siempre bailando cerca de las chicas pero no con ellas, mientras los venezolanos atacaban constantemente y sin tregua. A las 4 y media quedaba ya poca gente y tenia ya pocas energias, y volvi a casa a dormir.
Al despertar entre las sabanas de mi Resaca resonaba por la habitacion la voz ronca del Lichis. Como casi todos los dias de resaca, mi libido estaba por las nubes. Aunque despierto me agarre un rato mas a la cama, entre suenyos humedos y acordes de guitarras. Tras la pausa del desayuno, continuo en la cama, que me proporciona un placer que nunca me daran el soma la heroina o el prozac. Con los ojos abiertos intermitentemente y sin salir de las sabanas sigo una serie americana de medicos por la tele. Finalmente levanto las 4 todavia oliendo al optimismo del que me impregno mi estancia en Espanya. Sigue tras la ducha, y arreglo la bicicleta finalmente, parada con una rueda pinchada desde el verano. Avido de hacer cosas subo y comienzo a escribr estas lineas. Mientras tanto cientos de ideas recorren mi mente.

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