miércoles, abril 11, 2007

Con dinero o sin dinero

Me quedé escribiendo en el post anterior el jueves por la noche. Y poco después, me llegaron los planes. Planes para salir a tomar algo con el resto de estudiantes del Master. Se quedó tan temprano que llegué con la comida en la boca. Fuimos al bar AL HAMRA, que suena pronunciado rapido como los palacios de Granada. Evidentemente tiene un rollo arabe combinado con el toque moderno que le permite sobrevivir en Prenzlauerberg. Nosotros pasamos la noche con cerveza. O lo que yo en un dia normal llamaría comienzo de la noche. Dejé a Omar reunirse con el ejército venezolano y encaminé con la sección tranquila el vagonizado regreso a casa.
El sábado seguí en casa y ahorrando. No recuerdo a que hora desperté, ni que mas hice. Es muy probable que perdiese el tiempo o hablase con alguien de Alicante, porque es lo mas activo que mi mente logra recordar. Esto y salir de casa a las !7 horas para aprovisionarme con un Kebab de a euro. Tanto encierro trajo su lado productivo, y conseguí finalmente terminar de escribir el informe de aquellas prácticas que fueron mi ocupación laboral formativa entre el abril y el junio del anyo 2006. Y cuando terminé. traté de ver una pelicula que me relajase un rato antes de dormir. 2046, bonito título y bonitas fotos, bonita historia y hermosas mujeres, bonita ficción de amor que me hizo dormir. La que llamaban los medios de este pais historia de amor definitiva no me lo pareció, y gustándome, acabó decepcionándome un poco. Puede que fuese el suenyo.
Y al dia siguiente, con Steffan por casa logro terminar la corrección de mi informe y dejarlo listo para entrega. Desayuno o como corriendo y sin tiempo para la ducha, pues la llamada de Teresa por teléfono me convence para ir al acontecimiento musical del mes: Nine Inch Nails en el Columbiahalle. Quedamos antes frente al aeropuerto del famoso puente aereo para tratar de buscar un revendedor. No nos cuenta encontrarlo y nos sobra tiempo aun para, junto con Elisa tambien de visita contarnos nuestras becas entre patata, ketchup y mayonesa.
Cerrada el hambre comienza la musica. Las hordas de gente vestidas de negro ya han comenzado a entrar como ratas avidas de sonido en la sala. Con mi camiseta verde de Luchalapida soy una mancha en el negro uniforme. Metaleros y tecnosiniestros esperan impacientes que los teloneros de las mantas en la cabeza dejen paso a los protagonistas de la noche. Y tras hacerse de rogar aparecen Reznor y su Crew. Esta vez todas mis espectativas creadas a partir de cronicas personales encuentran satisfacción, y el espectáculo de luz, sonido y vida que contemplo desde lo alto del graderio se gana muy merecidamente sus 40 euros. Con los oidos de vuelta a su fase pitidar, y con la cabeza tomada por las melodias al piano que la voz de Reznor mancha de hipnotismo regreso a casa. Y me acuesto debatiéndome entre otorgar el títitulo de concierto del anyo a Nine Inch Nails o a Wolfmother

escuchando-> Nine Inch Nails en vivo
leyendo-> Las primeras páginas sobre los Kneippen de Berlin