lunes, febrero 26, 2007

Ni pitos ni flautas; Muffins


PERIODO NARRADO: 23-25 de febrero
ACTUALIZADO EL 6 de mayo

El 23 de febrero es el cumpleanyos de mi madre. En el anyo 2007, mi madre celebró su cumpleanyos un viernes. Yo, tenía ante mi un dia habitual, tratando aún de olvidarme de mis dolores de cabeza y de convencerme de que nada malo me iba a pasar.
Mientras tanto pasaba la manyana en uni, y parecía que a ésta se le podía calificar con el calificativo de productiva: todo iba bien, termino de hacer lo que queria frente al ordenador y las simulaciones que realizo con el parecen funcionar. La comida en la mensa transcurre rodeado de espanyoles, hay muy buen rollo y humor general. De vuelta al este, hago algo en casa, y llamo a mi madre para felicitarla un anyo más. Steffan y Uli se han ido a esquiar a la república checa, y me expando la habitación anexionándome la de Steffan para escuchar la música al volumen que se merece. Mientras tant escribo parte del informe de prácticas que debería haber terminado tanto tiempo atrás y siesteo sobre mis anyorados sofas de cuero. Al final no salgo, parece que el golpe en la cabeza me pide un poco de contención y recogimiento. Por la cabeza me ronda ultimamente el tema colonial, y no paro de darle vueltas a lo que paso en América siglos atrás, cuando un punyado de europeos querían ensenyarle a los nativos los que ellos pensaban que debía ser un hombre civilizado y de bien.
Aunque buscaba "La Misión", encontré "El nuevo mundo", como Colón buscando otra cosa. La pelicula, aunque de argumento limitado, alimentó mi mente de hermosas imágenes y lugares de ensuenyo con los que cerrar los ojos y pensar en ser un pionero, aunque esto en estos tiempos parece casi tan absurdo como las ideas de los colonizadores cristianos.
El sábado me ilumina la cara un rayo de sol que anuncia un buen dia, desayuno con calma, subo a la bici e inicio otra excursión al este. Esta vez me aventuro por el sur, paralelo al Spree, recorriendo una península nueva, moderna y joven, construida sobre unos antiguos cuarteles militares del régimen oriental, que me muestran una cara más del camaleónico Berlin. Dejo atrás centrales y fábricas, cruzo el río y me planto en una parte del Berlin oriental precomunista, llena de casitas entre árboles y jardines que vieron pasar la guerra y la caida del muro, pero que deja ver aun en sus calles y sus gentes el paso del aire del este. A esta zona de bienesar oriental, donde abundan los coches nuevos y grandes, parece que se va a vivir Ulrike despues de abandonarnos. Algo mas al norte, superando la herida que las vias del tren causan a esta parte de la ciudad, vuelvo a reencontrarme con el Zoo entre bloques, a aquellas calles donde pase mis primeros tres meses en Berlin y que tan solitarias y envejecidas me parecieron. Cansado de pedalear subo la bici al tren que se hunde bajo la tierra, y regreso sudando a mi barrio, que encuentro mas lleno de vida que nunca.
Al poco tiempo me llama Tunc. Sin darme tiempo a saber cuanto tiempo ha pasado lo encuentro en casa. Me alegro reencontrarme con el turco coletudo, me ensenya sus fotos, y me cuenta sus días por Friburgo. Mientras tanto, escuchamos algo de Rock Turco y a Paco de Lucía, compramos vino y preparamos unos Muffins. Como siempro que cocino, acaba mas tarde de lo planeado. Los muffins llegan sanos y salvos a Siegmudshof, donde es la cita para beber con el resto de PEESES. Estan casi todos, y casi todos terminan ebrios. Nos encaminamos al White Trash y alli seguimos bebiendo y bailando. Tunc fotografia el experimental concierto, y algunos se pierden entre escarceos. Antes de saber como terminan, yo y el otomano volvemos a casa, en un par de horas parte su tren.
Pese al alcohol ingerido, cuando despierto puedo desayunar sin que la cabeza me estallé mas aún de lo que lo hubiese hecho sin alcohol. El pitido regresa a mi oido. Chateo con un par de amigos y un sms me dice que Tunc ya esta en Friburgo. Desayuno, nado a 10 kilómetros de mi casa, golpeo la batería a menos de 100 metros de ella y a la vuelta Steffan y Uli me cuentan como les fue su viaje a la nieve cuando no había de esta. Salgo y trato de encontrarme con Omar y amigos en la vineria, pero no les encuentro. Asi que vuelvo y veo algo en la tele antes de dormir.

escuchando-> Phoenix de nuevo (mp3 encontrado)
leyendo-> Aventuras de Oskarcito (lo de siempre)

martes, febrero 20, 2007

Semana II tras el golpe

PERIODO NARRADO: 19 -22 de febrero
ACTUALIZADO EL 11 de Abril
Lunes-Levanto tarde, estoy aun muy casado Voy a la uni a tratar de avanzar y, oh sorpresa, no hay nadie, aun así intento olvidar mis molestias y trabajar. No recuerdo si lo logro o no, pero si que como con Paula, la companyera PEESE colombiana y Dani. De nuevo al dentista. Esta vez la intervención es mas larga que nunca, agujerandome una muela para rellenarmela despues de una pasta blanca, y rellenándome de color metálico otros dos instrumentos molares Vuelvo a casa y avanzo con el proyecto, y me recompenso juegando a la cosola, tratando de recuperar mi vida normal pese a los pitidos. Me preparo un arroz a la cubana, con receta extraida de internet, y una vez enganchado a la red actualizo el blog. De pronto aparece al otro lado de las corrientes de datos en htmol mi amigo Raul y chateo largo y tendido con el. Enganchado perdidamente del portatil, releo los primeros meses de este nuevo curso en mi blog, y luego trato de leer pero no lo logro. El dia ha sido productivo, pero me olvido de realizar mi terapia antitinitus con Luz infrarroja y musica relajante.
Martes, suena el despertador a las 9, pero tengo suenyos que no quiero interrumpir al final a las 10, salgo corriendo, y oh ley de murphy, el tren llega tarde. Llego yo tarde tambien a la consulta, de nuevo visita al dentista y de nuevo llego tarde. Nuevo empaste, mas rápido esta vez, y de nuevo con retraso a la uni. Todo avanza bien aqui, pero noto que mis sensaciones no son buenas, me vuelvo a marear y me encuentro en general peor esta vez que el dia anterior. Como algo en la mensa, hablo con el capi Cagatay, y con Fran en el chat. Acabo de currar a las 18:45 Hago la compra y después veo en la tele de nuevo mis programas de los martes:espanya, series sobre médicos...Voy a preparar la cena, cenarla y dormir. Sigo cansandome mas de lo habitual.
Miercoles...Llego como siempre tarde (casi a la hora) a la presentacion de Zeed, otro PEESE que termina (el primer jordano). Despues trabajo un rato, como con todos mis companyeros, pago al dentista vuelvo a la uni y voy a jugar al baloncesto. Nuevo grupo, tambien de la mano de Cagatay. Gente agradable, nivel no muy alto y en Kreuzberg, no a horas de mi casa. Por desgracia aunque al principio parece que todo va bien, termino mareado despues de un par de saltos y de esforzarme un poco. Vuelvo a casa y con la cena, los companyeros y la musica bajada de internet, me relajo un poco mas. Sin embargo, sigo sin encontrarme bien.
Llega el jueves y todo va bien, voy a la uni, llego sobre las once, escucho unas charlas de adrian, ing, industrial de valencia, interesantes, y vuelvo a llegar tarde a comer y sin haber trabajado por la manyana. En la mensa, eso si me encuentro con mi viejo amigo Tunc, ahora por Freiburg y que nos cuenta sus dias por alli. Parece que entre las nubes se asoma un sol que vaticina la primavera. Sigue el jueves su curso y llega la hora de la bateria, muy bien, comienzo a tocar canciones de coldplay finalmente tras meses diciendo de tocar algo real, asi que salgo motivado y contento otra vez, olvidando un poco mas el dolor de oido. Sin embargo sigo cansandome mas de lo normal, y perdiendo el tiempo mirando cosas en internet, por lo que postpongo el reencuentro con Tunc y Pipit. Al final termino de hacer la cena, que tomo mientras cuento a Amir mi golpe, mis dolores y mis lamentos. Descargado despues de hablar un rato en espanyol, cada vez mas cansado, me acuesto

escuchando-> Coldplay
leyendo-> Recuperando"El Tambor de Hojalata"

Antes de que llegue el cerdo, el lobo te hará aullar

Erase el jueves 7 de febrero, la semana después de la pequenya conmoción de mi cerebro y yo, después de las clases de batería era una persona animada y con ganas de hacer más cosas.
Así que me subí a la bici aun sin luces, y crucé el río hasta el oeste de la ciudad decidido a pisar por fin el suelo de la Köpi y ver gratis una de las pelis que proyectan estos punkis. Si Berlin estaba de festival glamouroso yo iba al cine más barato y opuesto a brillo y fama que conozco: El Peliculoso.
No iba a ciegas, habia visto el programa por internet y sabia que me esperaba algo bueno: Wild at Heart", como uno de mis locales de Kreuzberg. Y dirigida por Lynch por supuesto. Una historia de amor sugerente, rockera y bizarra un par de días después de San Valentin. Pese al pitido y al frio volvía a casa con una sonrisa en los labios y escuchando a Cage cantando el Love me Tender subido encima de un coche. Viva el Rock and Roll, pensé!
Y eso, precisamente, es lo que me esperaba al dia siguiente RnRoll. Tenia que estar en forma para el concierto, así que desperté tarde, pero ni aun así evito las sorpresas: el mp3 perdido el día anterior, y la otorrino que me haya para postponerme la visita un dia mas tarde. No pierdo el equilibrio emocional, que endulzo con leche y cacao. Con este sabor aun en la boca me encamino a la Uni, para seguir comiendo. Y otra vez solo porque todos han acabado, aunque los encuentro en su puesto de siempre en nuestra sala. Antes de volver al este y comenzar realmente el fin de semana, realizo un par de gráficas. En casa, un par de salchichas. Y no hay tiempo para más porque el concierto empieza.
Llego a mitad de actuación de los teloneros, que lucen camisas de cuadros y franela, Se respira el ambiente de Rock and Roll. Y cuando los Australianos desconocidos terminan sus distorsiones y juegos psicodelicos, llegan los que esperábamos todos. Y desde el primer acorde, lo hacen arrasando. Lanzando olas musicales de impulso vital que alcanzan a todos los presentes y nos llevan a agitar las cabezas inconscientemente. Son 3, pero llenan el escenario con su presencia y el auditorio de un sonido demoledor: limpio, pero hipnótico e impactante. Eso es lo que quería, un concierto de verdad, con 3 tipos entregados y un repertorio que aunque de un solo disco engancha en cada una de sus canciones. Mis sonidos favoritos, los riffs y voces afiladas de los 70 con la contundencia de los RATM en las lineas de bajo que a veces también me recuerdan a mi nuevo genero favorito: el stoner. Así que disfruto como un ninyo, a veces incluso no resisto más y con The White Unicorn me quito los tapones pare que mis danyados oidos vibren libres por unos segundos. Danyados pero contentos. El público entregado y versión de Led Zeppelin de regalo. Será convencional, pero me encanta. Porque esto es Rock and Roll, energía, contundencia y lineas hipnóticas para combinar con sexo, drogas y alcohol. Vuelvo a casa lleno de esa energía que me prometí nunca no perder. Lo que pierdo es mi querido gorro amarillo andino, caido en algún momento del concierto. Danyos colaterales. En casa no necesito ni llamar para continuar la fiesta: Uli sale y me pego con ella. Vamos a su Stammkneipe*, recoge un par de amigas y vamos a una fiesta tecno. El sitio, playa en verano, es ahora un bunker sacado de una peli de Bond con agua que entra y vistas al Spree. Las música no esta mal y solo cuesta un euro, y mientras Uli habla con sus amigos me pierdo un rato bailando entre la gente. Hasta que la jefa dice de volver, y cansado y sin ganas de subir el Tourmalet solos, volvemos al otro lado del rio (el club está frente al Köpi, donde el dia anterior veia la peli).
Me duermo placidamente y al despertar Uli y Stefan ya deben estar cerca de la frontera checa. En casa quedamos Seelim y yo, Susanne trabaja. Miro el reloj y me doy cuenta de que en 10 minutos comienza el taller-despedida de baile balcánico, así que, resigando ante la perspectiva de quedar de nuevo mal con mi grupo, me quedo en la cama. Quedan un par de horas hasta nuestra fiesta de anyo nuevo chino, y las paso leyendo noticias sobre la NBA, la ACB y Wolfmother. Y sinceramente, me da igual que digan que copian los 70, porque estos me gustan y lo hacen con sentimiento y personalidad. Por mucho que Mike Patton se ría de ellos, yo seguiré pensando lo mismo. Y llegando tarde a los sitios, no lo puedo evitar.
Pese al retraso fui el primero en llegar a casa de DaWei. Luego llegaron los demas, y comenzamos a comer y comer. Cuando ya no podiamos más. felicitado el anyo del cerdo, comenzamos a beber. Y cuando la infección etilica es manifiesta, bajamos a bailar con el resto de estudiantes de la resi de Dawei. Tras unos pocos compases, Leo y pareja desaparecen junto con Kevin. Yo ya estoy perdido en medio de la pista, y la pareja china contempla desde la barrera. Pasada la medianoche, ocupo mi sitio de fin de semana, con mi cerveza en la mano y la musica llevandome. Esta vez Shiva es mi escudero. En algún momento, llegados ya personajes disfrazados a la fiesta (que nadie olvide que es carnaval) la pareja asiatica y amigo desaparecen. S y yo continuamos hasta que, primero el y luego yo, caemos victimas del cansancio. Nos retiramos juntos y bajo tierra nuestros caminos divergen: el viaja al oeste y yo encamino mi vuelta al Este.
El domingo se levanta esplendoroso: mi resaca es muy ligera, el tinitus soportable y el sol brilla detras de la ventana. Por la calle la gente pasea o se sienta en los bancos. y yo siento la necesidad de sentir este sol de invierno; así que llamo a Daniel y le convenzo para que me recoja y me llevé en el Golf hasta Prenzlauerberg. Viajamos con el techo solar abierto, Daniel incluso en manga corta. Compramos patatas y refrescos, y somos unos espectadores mas de la masa festivalera en su dia final. Elijo un documental de Wenders, Leon de Aranoa, Coixet y otros. La luz del día se torna oscuridad en el corazón viendo a los "Invisibles" del film, sobre todo a los de Africa. Es dificil contener las lagrimas viendo a los negros invisibles. Incluso comer patatas fritas o beber un refresco. Pero estamos en Europa, y por desgracia, todo se olvida al salir a la calle. No consigo tampoco que Daniel reconsidere sus ideas políticas, pero se intentó. Vuelvo a casa, ya no queda sol en la calle. Debería haber comenzado a escribir este post el domingo tarde, pero el cansancio y el alcohol de la noche anterior se hacen notar y, antes de acostarme, lo unico que logro es ver una convencional pelicula de psychokiller californiano. Dormir es más facil así.

*Stammkneipe: Pub habitual, al que uno vuelve y vuelve
*Shiva, companyero indio de departamente al que malprejuzgué al principio
escuchando-> Wolfmother, energía pura
leyendo-> La revista sobre la Berlinale

jueves, febrero 15, 2007

Tinitusado

Después de un fin de semana lleno de precauciones y miedos, aunque concluido con un casi-happy ending, me veia en la obligación moral y psicológica de acudir el lunes a la universidad para a) Avanzar con la tesis que continuaba abandonada en el punto que comenzaba a avanzar y b) no volverme loco o crearme nuevas teorías sobre el origen de mi pitido en casa.
Lo que quedaba claro es que parecía que el pitido se cebaba casi exclusivamente con mi oido izquierdo, pese a que notaba cambios de presión en los organos auditivos contenidos en mis dos orejas. La tesis, o las simulaciones que comenzaba a realizar al menos, arrojaban resultados satisfactorios. Todo el mundo se preocupaba por mi estado de salud y preguntaba, y el grupo aumentado del departamento de Maquinas Energéticas comía unido y en buena hermandad. Después de aliviar el hambre, limpiarme los dientes (desde ya me llevo el cepillo todos los dias a la uni) y administrarme mi tratamiento farmacológico, el pitido se hacia mas intenso, pero aguantaba en la uni hasta las 18:30, ya que quería ver unas charlas sobre las Energías Renovables en Alemania (en concreto si es posible satisfacer toda la demanda energética germana con Renovables). Con la pregunta sin resolver volví a casa.
El martes tenía pendiente una sesión clínica que duraba casi toda la manyana. A las 10 tenía que aparecer por la consulta del médico de Charlottenburg, para que continuase con mi saneamiento bucal. 2 empastes más, que no me dolieron (en la parte cercana a donde me sacaron la muela la semana anterior) pero que fueron bastante conyazo: normalmente suelo quedarme con facilidad con la boca abierta, pero no por tanto tiempo. Vuelvo caminando hacia casa, aun bajo los efectos de la anestesia, y paso de camino por unos cines a pillar una revista de la Berlinale, que se celebra esos dias en la ciudad, pero que con mi golpe ocupa un lugar muy secundario en mi agenda de ocupaciones. Subo al U12, hago una parada en Kotti por dinero y bollos, y sigo sobre las vias hasta casa. Breve parada y al generalista. Me quitan los puntos y le comento lo del pitido. Me dice lo que ya sabia, que visite un otorrino. Preguntado por uno de su recomendación, me envía a la clinica de la Grunberger que ya habia mirado.
Y alli voy, esperando rodeado de mujeres, ya que la consulta de LA otorrino o HNO (Hals Nase Ohren) en alemán se encuentra en la misma planta de la de el o la (me inclino por el segundo caso) ginecologa. Definitivamente parece que este es un mundo de mujeres. Entro tras casi una hora de espera y me observa. Me examina, me pregunta y me dice poco. Que el golpe debió ser muy fuerte y que tengo un tintus. Me cita para la semana siguiente para realizar más pruebas y me receta unas pastillas, una terapia y me da una hojita que me dice que debo hacer y que no.
Salgo de casa por un lado tranqulizado, y por el otro preocupado: que conyo será esto del Tinitus? Pero la doctora y la hojilla dicen que no piense demasiado en ello y asi lo hago. Paso por la farmacia, el ChinaImbiss de la esquina (estaba muriendo de hambre). Me siento en casa, y cuando voy a leer la dichosa hojita con terapia y demás, esta no quiere aparecer. Reando mi camino bajo las putas gotas de lluvia, pero no enceuntro por el suelo mas que papeles mojados que no se corresponden con lo que busco. Incluso busco en la farmacia pero todo es infructuoso.
Da igual, me digo, tengo que ser positivo. Asi que como mas o menos tranquilamente, y me informo a mi mismo y a mi familia sobre el Tinitus. Pierdo el tiempo para relajarme, y me descargo música para la terapia. Porque esta consiste en nada más y nada menos que ponerme toallas mojadas en el cuello, una lampara de infrarrojos y escuchar música relajante (sonidos de la naturaleza y demás) durante 20 minutos dos horas al dia. Me pego una buena sesión de televisión protagonizada ironicamente por series de médicos y de gente que se va a vivir a Espanya.
El miércoles, pensando positivo trato de seguir la semana con naturalidad. Presentaciones, terapia, bailes balcánicos. La gente del curso me pregunta donde he estado, y tengo que explicarlo por enesima vez, pero sera la ultima; es la ultima del curso, que disfruto algo mareado. Al menos me siento contento de no haberme desmayado y vuelvo a casa a cenar y hacer más terapia.
Si ates eran los jueves mi dia malo, parecen que las tornas se han invertido. Aunque comienzo cansado,logro despertarme y realizar mi terapia a las 7 de la manyana. Ir a la ultima clase de Kältetechnik, avanzar con el proyecto, escribir emails a los amigos... Por una vez hago todo lo que tenia pensado. La compra en el super, la mini-siesta de después. Y luego tocan las clases de bateria, a las que no pienso renunciar. Primero porque son muy caras. Y segundo, porque es una de las cosas que me relajan y me sirven para olvidarme del maldito zumbido del oido. No creo que medicamente sean muy recomendables. Pero, aaah, he perdido el papel. Y cuando vuelvo a casa me siento realmente muy animado y mucho mejor.
escuchando-> El Tinitus continuamente en mi oido izquierdo
leyendo-> Esta semana termino finalmente con el retrato de los "Mileuristas"

Fin de semana B (3a parte de una semana inquieta)

Stephan, el ex-novio de Dianna, hacía meses que no venía por casa. Yo no lo veía desde hace alrededor de un anyo, que fué cuando dejé de salir con mi ex-companyera de piso (ahora en Suiza). Una pena, porque como comentaba al comienzo, es uno de los alemanes mas charlatanes y extrovertidos que he conocido. Estuvo contando un poco lo que acontecía por su vida, pero al estar tan solo en casa yo y Susanne, la conversación no fué la misma que hubiese tenido lugar de estar todos los cohabitantes del piso presente. Después de una hora se fué a buscar a los que faltaban (Stephan y Uli) que planeaban su viaje a Chequia para la semana siguiente en un bar no muy lejano. Yo le acompanyaba a la calle y aprovechaba para comprarme una pizza para cenar. Mientras cenaba veía también un documental en la tele acerca del reciclaje en estge país (realmente interesante lo que llegan a hacer) y en las descansos no encontraba ninguna peli digna de ver. Tras preguntar a Seelim y rebuscar entre todos mis CDs y los de Steffan, encontré finalmente lo que buscaba: un DVD que contenía entre otros filmes "El Caso Bourne" y "Muere otro dia", la segunda de ellas de James Bond (con Brosnan haciendo de 007, que aunque escrito con B también no es el bueno de los bondes). Comenzaba así mi fin de semana B: Bourne, Bond y Buckler, como la cerveza, noches sin alcohol.
La letra B volvía a cruzarse en mi camino, como aquella miercóles de decisiones en octubre.


Tras una buena sesión de entretenimiento sin pretensiones (viajes por Europa en la primera de las pelis, por Cuba, Islandia, Londres y Corea en la segunda), peleas, explosiones, persecuciones y todo tipo de acciones poco creibles, acabé lo suficientemente cansado para ir a dormir, sobre todo por la segunda bastante mas floja que la de Bourne. Aunque también es lógico teniendo en cuenta que acabé casi a las 5 de la manyana el maratón.
Cuando despierto, al dia siguiente, sigo por desgracia medio mareado, pero al ser sabado puedo quedarme en la cama sin remordimiento. Después de un rato vagueando en ellecho levanto y son ya las 3 y media. Me da tiempo a mirar un par de recetas en internet y ver los precios de las entradas de la semana que viene (cuando vienen a Berlin 2 de las bandas que mas me apetece ver en los ultimos tiempos). Salgo hacia Alex a preguntar por el precio de las entradas y descubro algo nuevo: si las hubiese reservado por internet me hubiese ahorrado 2 euros.
Así que decido postponer la compra hasta el dia siguiente, y sin tiempo para pensar más vuelvo para la calle Varsovia, donde me esperaba una hora de prácticas con la Batería. Por un momento consigo olvidarme de los mareos y los dolores de cabeza sumergiéndome en el intento de seguir un par de ritmos. Vuelvo a casa mejor, pero enseguida me doy cuenta de que el alivio ha sido solo pasajero. Comienzo a ordenar facturas y pagos (ahora soy el encargado de pagos en el piso, elegido de forma casi voluntaria, ya que no entiendo como al resto no le da tiempo a encargarse de ello) y sin darme cuenta tengo que salir otra vez hacia el cumpleanyos de Jasmeen.
Cruzo todo Kreuzbeg medio mareado, solo y en el metro noto mas que nunca el pitido y las presiones, que se localizan ahora con claridad en el oido izquierdo. En el vagón no dejo de cruzarme con gente estrafalaria y situaciones surrealistas: una chica atractiva y aparentemente formal se levanta, entre sonámbula y drogada y comienza a mirar al resto de los viajantes o al infinito indistintamente, y a reir sola y de forma desquiciada. Todos nos miramos sorprendidos y sonreidos a la vez, cuando llega uno de los muchos solicitantes de ayuda económica que te encuentras en el metro (sobre todo en la línea U12) y comienza a rapear junto a la chica que ni siquiera parece oirle. Bajo en el zoo con la sensación de estar viviendo una pelicula de Lynch con efectos especiales sobre mi salud. Por suerte Omar no tarda mucho y tomamos otro zoo hasta la residencia de Jasmeen. Allí conozco algunas personas nuevas y trato de divertirme, con la premisa B de no beber alcohol. Lo consigo, pero se me hace extranyo ver como todos beben y se comportan de forma distinta a la habitual, y yo no. Sin embargo los litros de coca-cola y esprait consumidos me dan fuerzas para continuar la noche dejando incluso en el camino a otros con mas carburante en el depósito. En una noche que comienza a ser gelida y nevada, vamos al Zapata, de nuevo a una de las fiestas latinoamericanas (esta en concreto creo que es chilena) de la que ultimamente soy asiduo. Bailo los ratos en los que no ponen reaggeton o bailes tradicionales, y consigo aguantar hasta el final con los que mas duran, como el conejito de duracell.
El domingo vuelvo a despertat aproximadamente a la misma hora del sábado. Despues de buscar alguna cosa en internet, decido que también tengo que ir a buscar la entrada para el concierto del viernes siguiente. En la calle la nieve se ha transformado en lluvia, y las calles ayer blancas son ahora de un marronaceo pseudoliquido y sucio. Compro la entrada, unos pasteles y hago una compra semanal realmente importante en el Ullrich del zoo que está petado. A la vuelta, ojeando las peliculas de la Berlinale ya en juego desde el jueves pasado, sigo dandome cuenta de que mi cuerpo no funciona bien, y el zumbido se hace importante.
Por suerte en casa puedo comenzar a tomar los pasteles con leche como alivio. Coincido con Ulli y al rato viene Steffan. Con el cebo de los pasteles coincidimos, casi por primera vez casi desde que volví tras las navidades a la mesa 3 de los habitantes de la WG. Hablamos tranquilamente y reimos un rato. Comentamos las cuentas y sale un tema nuevo: Uli parece decidida a dejar la WG en mayo e irse a vivir con el novio. Triste por un lado dejar de vivir con una amiga con la que has estado casi 2 anyos, pero la perspectiva de un nuevo companyero/a me parece, aunque puede que sea solo por un par de meses, interesante. Antes de acostarme, todavia con dolores de cabeza sigo atontandome un poco con la caja de tubos fluorescentes.

escuchando-> Ska-P y Reaggeton (quien me llevo a la Mula)
leyendo-> precios en el supermercado

jueves, febrero 08, 2007

Amnesia, nueva esperanza (2 Parte de una semana inquieta)

El jueves era el dia que debería haberse comenzado a solucionar todo, o , al menos, eso pensaba yo. Dejado el par de días de margen para que me abandonasen los dolores, era el día en que tenía pensado ir al médico, que me quitase los puntos, y comentarle las molestias que estaba experimentando. Pensaba ir temprano, pero al final terminé despertando mas tarde de lo planeado, y a dudar a la hora del médico al que ir. Después de muchas consultas y vueltas, producto evidente de los nervios, decidí no ir a la consulta de la clínica más cercana, sino buscar simplemente a un médico generalista no muy alejado.
Una vez seleccionado la dirección me encamino hacia allí. El día no es demasiado frío, pero si ventoso y humedo, de lluvia molesta. Así que me mojo en la puerta del numero 49a, porque busco y rebusco la placa del doctor, pero no la encuentro. Así que pienso que la tendra arriba. Recorro todos los pisos de ese número, y vuelvo a mirar las placas de los adyacentes, pero nada.
Recuerdo entonces que hay otro también en mi calle: sin embargo tiene el titulo de la DDR, una placa muy antigua, y un anciano entra delante mia. Me imagino a un medico estudiante de la Alemania socialista, viejo, canoso, con acento extranyo y rigido y mirando mi seguro con perplejidad, y decido volver a casa y buscar otra dirección. En casa, entretanto pierdo un rato el tiempo con internet, y vuelvo a ver el listado de médicos generalistas que aparece en la guía de mi barrio. Me doy cuenta de que a 3 minutos de mi casa se agrupan dos médicos, uno de los cuales sirve a mis propósitos. Así que llamo y concerto una cita, pero para dentro de un par de horas. Así que entre tanto, y hastiado de tanto tiempo improductivo en casa, trato de continuar con la redacción del informe de prácticas en empresa (si, el mismo que deberia haber comenzado el verano pasado).
Voy a la consulta del medico, que aparte de estar al lado de mi casa da una impresión bastante buena. Así que me tranquilizo. Luego me atiende un tipo enjuto, delgado, en sus 40, que me realiza un cuestionario rutinario y me mira la herida. Le comento lo de mis molestias, pero no me da ninguna respuesta, asumiéndolo cómo normal, indicándome tan solo que vuelva a visitarle en caso de no desaparecer. Me voy bastante tranquilizado y con una revista que sustraigo inconscientemente de la sala de espera. En casa me ducho (me dice que ya puedo hacerlo) y aprovechando mis impulsos higiénicos también me afeito. Continuo con lo de las practicas, pero en seguida se hace la hora de ir a clases de bateria.
Son demasiado caras como para prescinidir de una. En mi estado enrarecido me cuesta entrar en ritmo y seguirlo, pero aprendo un par de cosas nuevas, alguna forma nueva de hacer ritmos y al final acaba la cosa bastante bien. Salgo muy contento, pillo hora para el sábado después de comer y vuelvo a casa maravillado otra vez de vivir en Berlín. De pronto y sin venir a cuento, me doy cuenta de lo que me gusta pasar mis dias por aqui. Y en los 50 metros que separan las salas de ensayo de mi casa, de la cantidad de chicas bonitas que te puedes encontrar. De las cosas que me quedan por hacer aún con ellas y con las otras caras de la urbe.
Vuelvo y motivado, ordeno la habitación, ceno mientras leo algo y finalmente trato de comenzar a escribir las lineas de esta semana de impactos y saltos a otra dimensión.
Al final me acuesto lleno de determinación y liberado de muchos temores, que son los que nos oprimen al fin y al cabo. Antes de meterme en el sobre echo una mirada sobre el paseo frente a mi casa, convertido en un precioso trozo de calle de postal cubierto de nieve, que refleja la luz de las farolas. Cierro la cortina y ya no queda mas luz.
El viernes por fin voy a la universidad, para tratar de continuar haciendo mi vida habitual. Mi cuerpo, en especial mi cabeza, no se encuentran aún como en la mayoría de las ocasiones, pero aún así y todo me siento frente al ordenador y paso los ratos de antes y después de comer entre mis companyeros habituales. A ellos se ha anyadido ahora Kevin, un chico canadiense pero de origen iraní y que se une también a nuestro grupo de comensales junto con Ali, una chica inglesa de Erasmus por aqui (y es raro encontrar gente de las islas en la TU). Consigo concluir la jornada laboral sin volver a caer o golpearme, pero al regresar a Friedrichshain, noto como me canso mucho más de lo que en mi es habitual. Así que al llegar a casa, enciendo el televisor y me tumbo en la cama mirándolo. Al rato estoy dormido, no se por cuanto tiempo, porque oigo voces de vez en cuando por el resto de la casa. Al final alguien llama a la puerta insistentemente: Es Stephan, el que fuera novio de Dianne y amigo de la casa, y que no habia vuelto por aquí hacia meses.

escuchando-> Nada, prefiero no escuchar
leyendo-> El tambor de hojalata ya es mi banda lectora habitual

miércoles, febrero 07, 2007

Caida, amnesia (1 Parte de una semana inquieta)

Cuando llegué a casa parecía que iba a acostarme enseguida y estar listo para levantarme para ir a mi sala del Oeste, pero como suele ser en mi habitual, me volvi a equivocar. Esta vez lo hice casi a conciencia, con la clara intención de pasar un lunes tranquilo en casa despuúes de haberme acostado la noche anterior entre las muertes creativas que el amigo Freddy perpetra en la calle Elm. Lo que nunca hubiese previsto, es que tan tranquilo lunes pudiese ser el comienzo de una tan disparatada semana.
El lunes, como decía, nada me preocupaba, solo descansar y recrearme en el recuerdo de los vahos de la sauna. Cómo tampoco es esta una ocupación que pueda cubrir todo el día, y después de un desayuno de aquellos que deberían cambiar su nombre en el idioma aleman (Frühstuck = comida temprana), continuaba el día como lo había acabado el día anterior: ojeando cortometrajes del maldito Notodofilmfest. Despúes de haberme comunicado con mis padres, con mis hermanos y otros amigos y familiares a través de internet, sentía un resquicio de culpa por no hacer nada en todo el día, así que escribí un par de asuntos pendientes y concerté esa cita con el dentista que debería haber ocurrido meses atrás. Iba a continuar siendo productivo, pero DavidBlazquez me presentó al rapero-artista conocido como JohnCobra, y entre descojonado y apenado por el descubrimiento perdí el resto de las horas que me separaban de la cena.
Cuando llegó esta apareció también Christian, el hermano de Steffan que volaba desde la canaria isla de la Palma con un ligue gay, un tostado muy agradable y muchas ganas de contarlo todo, asi que nos sentamos juntos en la mesa (no había nadie más por casa) nos tomamos unas birras y nos pusimos a recorrer mentalmente las islas afortunadas, sus gentes, paisajes y comidas. Mi maravillosa empanada gallega se la acabó el del medio de los Sayer, y en ese momento me di cuenta de que al día siguiente tenía dentista a las 9 de la cama, y acostarse sería lo mas sensato.
Sin embargo, hasta casi las 4 de la manyana continué viendo cortos del dichoso festival.
A las 9 sin embargo estaba cruzando la avenida elegantentemente arbolada en una de cuyas bifuraciones esta la consulta de mi dentista. Subi unos cuantos escalones titubeante, y después de realizar todo el papeleo previo con el seguro y demás al que se acostumbra en Alemania, esperaba en la sala de espera junto con otro tipo. Al poco llamaban a Herr Corrales y un tipo joven, simpático y de pocas palabras me antendia. En seguida pasó a la práctica de la inspección: encontré miles de averías en mi maquinaria masticular con sus instrumentos metálicos y me mando a hacer radiografías. Mas cosas encontradas por aqui. Al final, parecía que la muela que me venía provocando el dolor debía abandonar mi cuerpo. 2 o 3 más, según se criterio, debían seguirla para evitar infecciones, y al menos 3 o 4 dientes debían ser empastados para arreglar caries. Casi nada! pero era lo que revelaban los rayos x.
Ese día sin embargo terminamos con lo más inmediato: en menos de 5 minutos, y previa anestesia, tras un breve forcejeo que me ocasionó tan solo un leve dolor en la parte inferior del labio (donde apoyaba su herramienta quirúrgica) salió entre sangre la causante de mis dolores, medio carcomida y con un aro negro de real podredumbre. Todo parecía ir bien, mi boca seguía medio dormida y algo enrarecida con la gasa, pero bien, gracias. Caminaba hasta el despacho escuchando The Strokes. El dia crecía gris y frio.
En el despacho realmente no llegué a ponerme a trabajar: durante un par de horas, mientras me acomodaba la gasa que taponaba la sangre y que cada vez me molestaba más, me perdía en hilos de foros de ortodoncia y odontología, en consejos sobre postoperatorio y recomendaciones sobre extracciones de muelas. Y casi todos estos hilos coincidian en dejar la exodoncia o extracción como último recurso, comenzaba a marearme, pues ya habia perdido una muela y no había vuelta atras. Tampoco es que realmente me arrepintiese, pero si me planteaba que decir al doctor en mi siguiente visita. Mientras tanto el efecto de la anestesia comenzaba a pasarse, y la gasa me molestaba cada vez mas. Así que decidí bajar al cuarto de banyo a tirarla y ponerme una nueva. Lo último que recuerdo es tirar a la papelera la gasa ensangrentada y tratar de ponerme una nueva.

Y entonces llegan los siguientes recuerdos, todos confusos y girando, tal y como los vivi. Alguien me ayudo a levantarme, o lo hice yo por mi pie, no se. En alguna sala cercana me atendieron y me preguntaron que pasaba. Yo, ni sabia en que dia estaba ni recordaba como había llegado hasta allí. Reconocía, eso si, la universidad, los companyeros y no habia olvidado el chapurrear el alemán. En seguida (o eso creo yo) llegaron unos tipos de la ambulancia. Me vendaron, alguien me trajo mi bolsa y mi chaqueta, subimos a una ambulancia y enseguida partimos. Me hicieron mas preguntas que apenas recuerdo, apenas del seguro y algo mas. Otro chico espanyol erasmus que había por alli me acompanyaba. Y luego, estoy de pronto sentado en una camilla de hospital. Me inspeccionan un poco, y me dejan solo unos 15 minutos. En ese tiempo, logró, después de reflexionarlo, recordar todo lo que habia pasado hasta el momento de caerme. Vuelven a inspeccionarme, me anestesian otra vez, me cosen, y me pinchan la antitetánica. Un par de preguntas más y estoy en la calle, después de arreglar aparentemente todo lo referente al seguro. Me recomiendan que coma algo, y eso hago. Tomo una pizza en la cafeteria de la clínica, y luego trato de situarme, pues no se en que parte de Berlín me encuentro.

Al final lo hago, y en un par de buses me planto en la uni. Tranquilizo a la gente que se habia preocupado (el jefe del departamento, por ejemplo, un puto crack que incluso llamó a la clínica) se lo agradezco enormemente y me vuelvo a casa a descansar. Me noto cansado y con dolor de cabeza, y en casa me tiro en la cama. Me apoyo como puedo, y paso el resto de la tarde viendo la tele y mas malditos cortos del notodfilmfest. Tengo que adoptar posturas extranyas para no apoyar la cabeza, pero, pese a eso, mancho la almohada de sangre seca.
Al final, después de hablar con mis companyeros, y llamar a casa a avisar a mis padres, me acuesto. En casa como siempre coinciden mis momentos complicados con otras aguas revueltas levantinas, pero no tengo otro remedio que contarles lo pasado. Por precaución, deciden llamarme cada 2 horas, y así paso la noche, entre durmiendo y despertando.
El miércoles sigo en casa, tirado en la cama descansando y esperando que se me pasen los dolores. Sigo con la cabeza manchada, sudado, y dolorido. Ahora se anyaden dolores de cuello, consecuencia de las posturas raras a la hora de dormir, y comienzo a notar un molesto pitido en la cabeza. Lo atribuyo al golpe, y trato de pasar el dia de la mejor manera posible. No encuentro otra mejor que ver lo que emite la televisión y ver mas comentarios del notodofilm y la página de los críticos expertos paternalistas que hablan, entre otras cosas, sobre el. Al final del dia, cansado de haberlo pasado en su totalidad en casa, empiezo a estar agobiado. Pero necesito calma, trato de leer un rato sentado para no estar todo el dia en posición horizontal. Steffan tiene muchos huéspedes, pero por una vez los ignoro, como un clasico aleman. En Spanien, seria arisco, aqui lo interpretan como ocuparte de tus asuntos y nadie te mira mal. El ruso loco paso a saludar y a llamarme Fidel Castro. Al final, cansado de nuevo en exceso, me acuesto a esperar un nuevo dia.

escuchando-> The Strokes, Room on Fire
leyendo-> lineas y lineas de comentarios sobre el Notodofilmfest