sábado, noviembre 07, 2009

Que será, será?

El jueves regresaba a casa cansado pero al mismo tiempo contento. En la ciudad se respiraba un ambiente de dias especiales, que los periódicos sensacionalistas plasmaban en grandes titulares. Seguia haciendo frio pero tras el miércoles volvia a ser un dia seco.
Llegaba a casa con mi cena, y de nuevo encontraba el piso vacio. Tan festivo como el ambiente en la calle era de raro el de mi piso. La S masculina me habia explicado el dia anterior que su relacion con la S femenina no iba bien del todo. La S femenina se le veia muy relajada y activa por otro lado, como pasando una segunda juventud. Ella y Uli iban esa noche al pabellón mas odiado de mi barrio para ver junto con otros miles de personas el megaevento patrocinado por todas las firmes amigas de los jovenes en la onda, justo al lado de casa. Yo lo vi por la tele solo porque David Hasselhof lo presentaba, porque actuaba Foo Fighters, y porque queria ver la iluminación de la puerta de Bradenburgo para el miniconcierto en exclusiva de O2.
Con el tiempo pasando volvian a querer apresarme en mi cuarto los dolores de cabeza y el cansancio. Pero ya estaba por aquel momento hasta los huevos de los dos, de pensar que en Alicante no habia salido y que el paso del tiempo podría lograr finalmente esclavizarme bajo el yugo de la rutina. Salí a la calle y el frio y el viento lograron despertarme un poco. Esperé a Jose con la bici en su portal y nos encaminamos a los bares de Neukölln. Nada mas cruzar la esquina nos encontramos a una de nuestras historias de noche que se convirtió en historia de cama para J, quien le saludó efusivamente antes de que entrasemos en un bar a tomar la primera cerveza.
A J y a mi se nos unio Paul, y nos tomamos un par de birras mas antes de abandonar el lugar.
Algo nos llevó a terminar a la pensión de nuestros tragos de miércoles, que estaba con poco ambiente esta vez. El cansancio volvia a tomarme presa, y nosotros nos decidimos tomar la ultima y abandonar el local. Antes de ello se sentó a mi lado una rubia espectacular y pasamos un rato hablando. Como siempre todo terminó allí junto a la escalera, después de que mi bloqueo mental dejase de hacer efecto en mi y la chica se hubiese ido. Y además yo seguia cansado.
Volvia a casa y leia en el email que la chica rusa que me habia escrito un par de dias atras era real y queria ser mi amiga por correspondencia, en un encantador aleman aun peor que el mio.
Con algún CD meláncolico sonando me puse a dormir, el primero de mi piso en llegar la noche del jueves.
Al dia siguiente me costó levantarme, pero sorprendentemente no el sentarme frente al ordenador y trabajar en la oficina. Cumplí rigurosamente mis ocho horas, solo interrumpidas para ir al comedor con mi companyero Dung. Regresé a casa con el dia ya tornado en noche.
Mi cuerpo agradeció en sobremanera el alcanzar la postura horizontal. En la tele veia como habia sido la edad media musulmana en Espanya, y dormitaba dulcemente. Las dos veces que me levanté, a por la cena y al banyo, me cayó un yunque a la cabeza. Estaba terriblemente cansado. Uli que estaba de visita por casa me trajo un vaso de Sekt, que bebi mientras ella hacia tiempo antes de salir con Susanne. Terminó la televisión pero no podia levantarme. Llamé a José y le confirmé que le fallaba por una noche. Y me puse a dormir no sin antes pensar que finalmente voy a tener que ir al médico.
Al despertar el sabado, habian pasado doce horas desde que cerrrase los ojos. Sin embargo al levantar, ni los dolores de cabeza, ni las presiones ni los pitidos en los oidos habian desaparecido. Desayune con Uli que estaba por casa, y ella tambien me presionó a visitar pronto un medico. Despues me puso los dientes largos con la fiesta en la que habian estado la noche anterior y a la que no puede ir. Terminé como siempre hablando de mi, pero me di cuenta de que al fin ya no me duele hacerlo. Y de paso me enteré de que dos de mis companyeros de piso ya no son pareja.
Luego quería haber escrito o leido algo, pero dormité un rato mas. Cuando desperté una pareja de amigos de Stefan llegada de Barcelona se presentó por casa y salí a recibirlos. Después de un te y pastas tunecinas se fueron, y volví a mis teclas para comprobar con pavor que mi portatil habia dejado de latir. Paralizado de error me puse a ver una peli francesa mientras pensaba que hacer en caso de muerte de mi portatil. Por suerte al terminar la pelicula, logré reavivar el portatil, pero concienciado, decidí pagar y comprar todo lo que necesitase antes de que la luz de mi pantalla volviese a apagarse. Entretanto me llamaron Tunc y Bego. Tras las cibercompras sentí hambre, y bajé a por un plato arabe al Oasis mientras el Pamesa destrozaba al Fuenlabrada.
Terminó el partido y yo cenaba viendo los ultimos capítulos de la teoría del Big Bang. José me citaba para ir a ver al Atleti a un bar y al instante recibia un mensaje de Fiona invitandome a un concierto suyo en algun lugar de Kreuzberg. Decidí escribir unos posts antes de prepararme y salir, y cuando me di cuenta eran las 11 y 20, el partido terminaba y el concierto comenzaba, y yo seguia aun escribiendo. En la habitación de al lado la pareja parecia reunida de nuevo, y mis dolores de cabeza seguian bailando entre mi muela y mi sien. Pero no podia quedarme en casa otro sábado mas y me encaminaba a la ducha.

escuchando-> Tokio ya no nos quiere
leyendo-> Ring Them Bells, Surjan Stevens

Muchas gotas de agua fria

Regresé a Berlin el dia uno, justo para empezar Noviembre y la epoca fria del anyo. En Alicante habia dejado de nuevo a mis amigos que cada vez veo mas parados y me habia traido unos cuantos kilos de mas y la piel levemente enrojecida. El domingo nada mas llegar me encontraba aun en estado semicatatonico, no sabiendo aun si seguía leyendo en el aeropuerto de Bergamo, sobrevolando el mediterraneo o los Alpes. Un Kebab con extra de queso y doble de carne me confirmó que habia vuelto a la capital de lo que un dia fue Prusia.
Desde el lunes quedó claro que las vacaciones me habian sentado muy bien: concentrado en el trabajo, apenas mirando un par de veces el periódico y las noticias, y sobre todo sin pensar en el incidentes veraniegos mientras trabajaba. También desde el lunes quedaba claro que mis dias de cansancio inexplicable aun no habian pasado, y volvia del curro directamente a casa sin fuerzas para otra cosa que cenar y dormir. Disfrutaba de las viandas traidas de Espanya y me preguntaba que ocurría en casa: o no habia nadie o si lo hacian al llegar se cerraban las puertas. Stefan habia volado a New York el domingo, y yo tenia la sensación que toda la gente a mi alrededor se habia vuelto de repente silenciosa, recluida y reservada.
A pesar de seguir cansado, reuní fuerzas y ganas para preparar mis cosas de deporte el martes. Trabajé igualmente con fuerzas mientras en la calle no dejaba de llover. Cuando salí de la oficina al final habia amainado, y llegué al basket seco y con ganas de jugar. 2 horas después y con leves agujetas seguía haciendo frio y volvia a lloviznar. Regresaba a casa con ganas tan solo de acostarme después de haberme tomado la cena, pero cometí el error de comenzar a ver un capitulo mas de mis otonyales ficciones heroicas, y me ponia a dormir otra vez muy tarde.
Noviembre avanzaba y la lluvia quería tornarse nieve, pero al suelo aun celoso del calor que le queda no dejaba cuajar a la nieve. En la uni me reunia una y otra vez con estudiantes, profesores y otros colaboradores. Mi companyero de Vietnam se asombraba por primera vez por ver copos caer del cielo y yo seguia sin perder mucho tiempo en leer el correo en horas de trabajo, aunque esta vez tuviese razones. De una de las muchas redes sociales a las que por error me inscribi me llego un mensaje con aspecto verídico de una chica Rusa que me queria conocer. Volvía a casa mas tarde de lo que queria, pues tenia recibos por pagar antes de la cena.
La cena del miercoles se concretó con horario alemán: a las 19h me encontraba con el resto de comensales. Pipit, Tunc y yo nos juntamos con Renate, la encantadora senyora que nos ensenyó alemán mejor de lo que nadie podria haber hecho hace casi ya cinco anyos. Se escribe rápido, y casi tan rapido han pasado, aunque el numero de posts subidos no siempre de fe de ello.
Cenados y a unas prudentes 10 de la noche regresamos a casa. Debido a que cenamos en mi barrio, yo no tardé en conectarme al ordenador, volver a sentirme de nuevo extranyamente cansado y rehusar juntarme con Jose el primer miércoles despues de mi vuelta. No rehusaba sin embargo de mis viejas costumbres, y no me fui a dormir hasta que conseguí terminar de ver la cuarta temporada de heroes.
El jueves logré levantarme a una hora igualmente heroica para mi, reunirme después con una persona a la que habia evitado durante dos meses, y dejar claro mi trabajo para los dos siguientes. No habia salido el dia anterior, pero me sentia satisfecho de poder al fin, poder continuar trabajando continuadamente, sin esclavitud de mis recuerdos.

escuchando-> Batlles, Rainbow
leyendo-> a los cuatro padres de la iglesia

Preparando otro viaje

Después de escribir mi ultimo post, pasados mis dos dias de cama y mi enfado con el mundo, tenia que comenzar a preparar mi enésimo viaje del anyo, esta vez en busca de la familia. Quería ver a mi hermano en Bélgica y a mis padres en Alicante. Este verano, debido a mi indisposición emocional no habia tenido lugar mi habitual viaje veraniego a casa, a los orígenes, y tenia la visita aplazada.
Una conexión a internet poco fiable y problemas con mi tarjeta de credito hicieron que se hicises imposible reservar los billetes el martes, pese a que se me hizo la hora de acostarme en el intento. El miércoles en la uni, y pasadas la reunión semanal y el seminario que sobreviví con una desgana inhabitual en mi, ultimé al fin los ultimos detalles, hablé con mi banco y compré los billetes. En las ultimas horas de trabajo, justo antes de comer, aun tuve tiempo de trabajar un poco. De vuelta a casa subido al S-Bahn me despedía de Dirk telefonicamente en una conversacion que me acompanyó hasta el supermercado, mientras mi colega de los tiempos de Neubrandenburg me contaba todos los detalles de su viaje a Nepal. Después ya en casa hablaba con Fiona planeando un hipotético encuentro en su pais natal. Ponia una lavadora y arreglaba el la habitación y todas las cosas para marcharme.
En realidad partia el viernes, pero el jueves estaba hipotecado a despedirme de algunos amigos. Cómo esta semana tampoco habiamos quedado el miércoles, estando yo aun convaleciente, tuvo lugar el jueves mi reunión habitual con J. Esta vez vino tambien Philip, uno de sus dos colegas alemanes, y en lugar de reunirnos en el Hotel nos reunimos en Alex. Dimos un par de vueltas absurdas por el centro del este, buscando las luces del festival de iluminación que cada anyo ponen por estas fechas por Berlin. Defraudados por la iluminación de Alex y la de la catedral, de la que esperabamos mas, fuimos hacia los patios de Hocker a cenar. En el lugar de las minipizzas que miran a la calle de las profesionales de la noche me tome unos minispaguettis.
Despues tomamos un par de cervezas contando historietas en uno de los pocos lugares que me gustan para tomar birras en esta cena, en un pequenyo refugio entre el Starbucks y el bar de Tapas con la bandera espanyola en la puerta. Tuvieron que dejarme dinero porque se me acabo el mio y no logaba encontrar la tarjeta de credito.
Llegaba casa antes de la medianoche y seguia cansandome de una forma inaudita. Comenzaba a sospechar que mi enfermedad no habia pasado del todo, pero debia partir al dia siguiente. Decidi acostarme y prepararlo todo al dia siguiente.
El todo se me hizo demasiado: preparar la mochila no me llevó mucho tiempo, pero la infructuosa búsqueda de mi tarjeta de credito me incitó a ordenar la habitacion, lo que me llevó un par de horas. Después quise limpiar en cuarto de banyo, ya que oh horror, desde aquella semana alguien habia instaurado un plan de limpieza para nuestro piso. Pero no me di tiempo, y sali corriendo del piso con las gafas puestas y el sulo del banyo húmedo, con 45 minutos para llegar a la puerta de embarque.
escuchando-> Uncle Tupelo, New Madrid
leyendo-> sobre San Agustín