viernes, diciembre 25, 2009

WG Party: encuentros con holandeses

El primer fin de semana de diciembre del 2009 volvimos a celebrar una fiesta en casa. Hacia mas de un año y nueve meses, desde la fiesta de mi 28 cumpleaños que no celebrábamos ninguna y a mi me hacia ilusión volver a ver nuestro piso lleno de amigos y gente desconocida, bailando, bebiendo y descontrolándose juntos.
Como escribi 2 o 3 entradas atrás todos los compañeros del piso eramos corresponsables de preparar la música para la fiesta, y desde el jueves por la noche hasta el viernes de madrugada centre mis esfuerzos mentales en buscar musica apropiada para la fiesta. Tener la mente ocupada en algo tan banal fue bueno y malo a la vez: bueno porque dejé de pensar en episodios pasados una y otra vez, pero malo porque durante las 8 horas de trabajo del viernes mi mene estaba mas preocupada en buscar horas y horas de música que en llevar a buen puerto mis simulaciones. Las distracciones en el trabajo volvian a ser agradables.
De vuelta en casa reunión preparativa de la fiesta con el resto de compañeros: Steffan me dejaba su portatil para preparar mi sesión musical y entusiasmado le mostraba las virtudes y posibilidades del Spotify, con el que pensaba preparar mi sesión. Entretanto decidia pasar el viernes noche en casa y reservar energias para la fiesa del dia siguiente. Habia encendido un par de velas en la habitación para pasar una agradable noche buscando música que deje olvidadas mientras conversaba con Stefan y provocó que Susanne me arrastrase tirando de la oreja a mi habitación recriminando con razón mi despiste. Y lo entendí.
Cené un Kebab o un Schwarma, o algun otro tipo de rollo de comida oriental una vez decidida la musica a escuchar y antes de ponerme a dormir buscaba un par de peliculas. Una mezcla entre capricho de viernes noche y destino, me trajo apetito de filmes de Wong Kar Quai. Quizas porque Susanne tenia por casa el DVD de My Blueberry Nights. Steffan, fan del oriental, casi me prohibió ver la pelicula y me ofreció dos alternativas de la epoca de Hong Kong. Terminé viendo dos filmes, el de Hollywood que me habian prohibido y el unico de los orientales que el reproductor de discos compactos quiso leer. En parte tuve que dar la razón a los que me prohibieron ver el primero de los filmes: aunque le encontré partes salvables llegué a detestar el campo de fuerza de ñoñeria que Norah Jones puede crear cuando actua junto a Jude Law comiendo tarta de arádanos y susurrando sobre su propia música. La segunda, de asesinos y freaks en Hong Kong fue mucho mas entretenida aunque el sueño y la música pop oriental la descalifiquen en mi lista de peliiculas para no olvidar.
Llego el sábado y la fiesta. Durante el dia limpiamos la casa, preparamos definitivamente la música, fuimos a comprar y rediseñamos el interior de las habitaciones. A las 21h empezo a llegar la gente y a las 12 muchos de los presentes ya estabamos borrachos. Se bailó y much todo lo que el equipo de sonido nos lo permitió, se comieron tartas deliciosas y llegaron chicas guapas y desconocidas, amigos, vecinos y un grupo multitudinario de griegos y mejicanos a las 3 de la mañana. La fiesta recordaba a los tiempos salvajes de cuando llegué a Berlin como recordaban un par de amigas melancólicas, y mi sesión de música electrónica, electro y rock latino fue un exito,
que consiguio que la gente me reclamase casi por encima de otro tipo que trataba de monopolizar el puesto tras los platos. Bailaba Michael Jackson rodeado de mujeres en mi casa, casi se podia pensar que nada podia ir mejor. Aunque al final el que terminase juntando sus morros en mi habitación fuese un holandes errante con una amiga de una amiga mia, y la supergriega que vino a ultima hora charlase rodeada de alemanes modernos mientras organizaba con Jose una sesión alternativa en mi habitación. Entonces en un momento, una tonteria con una amiga ocurrió, y me di cuenta una vez mas de que no habia olvidado las cosas como pensaba. Sali al balcón con un amigo que tambien habia estado a punto de irse a dormir sin ganas con su exnovia, y con una birra en la mano y en el balcon a cero grados nos autoterapizamos contra el pagafantismo.
Volvi a la cocina y me despedi de mi amiga, le dije que no queria que viniese con nosotros y me disculpe del resto de mi compañeros de piso por abandonar la fiesta antes del final. Con J y el comando español viajamos a Neukölln maldiciendo al holandes catalanista errante y encaminandonos a terminar la noche al bar que no cierra desde hace 20 años.
Terminamos la noche entre el hampa alcohólico de Berlin, entre sexagenarios noctámbulos y hablando con una artista holandesa que queria mi sombrero y ofrecia droga, y terminó contandonos porque su madre no la presta dinero y su triunfador hermano y su beatyful wife no quieren verla mas. Me despedi de J a la luz del dia, con los primeros coches recorriendo la Kottbuser Damm.
Dormi la resaca y desperté. Desayune con el resto de compañeros de piso y nos congratulamos de la gran fiesta de la noche anterior. Despues de ordenar y limpiar el piso, me ofrecieron a ir a un brunch postfiesta, pero mi resaca necesitaba curación interna. Después de preparar mi habitación hice la mochila y fue a la sauna de la chimenea. Allí me encontré a Josu, al que creia perdido, acompañado de una rubia alta, delgada, guapa y que hablaba castellano.
Ellos se perdieron y volvieron a su casa. Yo terminé la sesión de calores, pero la borrachera del dia anterior no paso del todo. Eso si, volvi con el suficiente cansancio a casa para dormir sin problemas.

escuchando-> Caravan Palace, Jolie Coquine
leyendo-> 2 relatos de Heinrich Böll

martes, diciembre 15, 2009

Noches largas, dias cortos

Contaba al final de mi ultima entrada que en el último dia de noviembre volvia a cerrar la puerta tras de mi y me encerraba de nuevo en el salón oscuro de mis paranoias. Quería dejar de hacerlo, si queria, pero la obsesión fue mas fuerte que yo y acabé llamándola. Y cuando terminé de hablar con ella me sentí tan aliviado como triste, triste por haber sido derrotado otra vez por mis vicios. Era ya tarde, pero desde aquel dia me dije que no iba a dejarme vencer por las corrientes de mis mareas mentales, no iba a dejarles impedir hacer todo lo que siempre he querido hacer. Vi el reloj y vi que la conversación telefónica me habia robado una hora del dia. Salí corriendo a la calle para poder disfrutar de las últimas horas de la temporada saunífera en Treptow.
Llegué y al pagar me informaron de que era noche de Herrensauna. La sauna de los senyores no está reservado para los senyores dominadores de los que hablaba Nietzsche, sino para los senyores dominadores y dominados de tendencias homosexuales. Lo pensé un momento y me rei. Habia caminado mucho para volver a casa, y realmente necesitaba una sesión balsámica para mi mente. Miré el reloj y decidí dejar a un lado mis prejuicios junto con el resto de la ropa, y entre para disfrutar de la media hora que quedaba de pública de género mixto. A partir de las 22h las mujeres fueron despareciendo y siendo sustituidas por tipos barbudos y/o musculosos y/o tatuados. Pese a mis prejuicios fue una de las sesiones mas relajadas que recuerdo. Los gays hablaban bajo y generalmente solo con sus acompanyantes, no con la sauna completa. Además mantuve los ojos cerrados casi todo el tiempo, y nadé mas que nunca al estar la piscina practicamente todo el tiempo vacia. Tan relajado fue que superé el tiempo estipulado en la tarifa basica, y tuve que pagar mas de la cuenta. Por estar en una sesión gay!!! No lo podia creer. El dinero extra que pagué estaba destinado a la cena, asi que me acosté sin cenar. Descojonado eso si, pero sin cenar. Además, en las tres horas en la sauna con los ojos cerrados o nadando habia hecho un repaso exhaustivo a mi vida desde los 15 anyos hasta la actualidad. Y, a pesar de las notables carencias sexuales y emocionales que me agobian, me gustaba. Casi mucho. Asi que me acosté descojonado por mi elección de dia de sauna y contento.
Dormi poco y me levanté en diciembre. Los dias ahora son muy cortos y oscuros, muy oscuros. Las 5 o 6 horas de luz del dia las pase en el trabajo, rindiendo bien con el cuerpo aun bajo los efectos balsámicos de las hierbas de la sauna. Salí del trabajo antes de lo habitual y pase mas de una hora siguiendo los contornos de Alexanderplatz buscando para Stefan un regalo y una botella de vino. Llegué a casa tarde y aun cocinaban.
Esta vez el cordero tardó casi 7 horas en hacerse, pero el resultado fue tan excelente que todos los olvidamos. Los que vivimos en nuestro piso y todos los invitados, que anyadieron al festín lechal al estilo arabe ensaladas, mas vinos y postre. Cuando dejamos de alimentarnos ya habia pasado el dia del aniversario de Stefan, estabamos saciados de hambre y gula, y con el sabor dulce en la boca de una especie de bunyuelos alemanes rellenos de mermelada y cubiertos de helado. Me retiré a la cama sabiendo que en menos de 5 horas tendria que despertar a un nuevo dia. El miercoles no trajo nada para recordar, tan solo cansancio. Permaneci en el trabajo las horas marcadas sin muchas ganas de trabajar y volvi a casa a vaguear y dormir.
El jueves pude finalmente descansar y dormir. En el trabajo al estar descansado tuve tiempo para cumplir mis tareas profesionales y tambien todas las privadas que necesitan de conexión a internet. Me sentia de nuevo con ganas de hacer cosas, y recorri la cartelera de arriba a abajo, pero no encontré nada que me animase a ir al cine. Paré de nuevo eso si por segundo vez en la semana en Alexanderplatz, y compré finalmente un nuevo reproductor de ficheros mp3 portatil.
Volvi a casa escuchándolo y Stefan me informo de que el sábado se me requería para poner música. Fui a mi habitación, telefoneé a David que tambien preparaba una fiesta en Heidelberg y casi en aquel momento comenzó el fin de semana. Hice una lista con todas las canciones que queria que sonasen en la fiesta. Pero no la terminé y me acosté cansado y con ganas de seguir buscando música.

escuchando-> Francisco Nixon, banderas rojas
leyendo-> los comienzos del pensamiento monástico

viernes, diciembre 11, 2009

Haciendo equilibrios

El miercoles poco despues de escribir el post pasado me reunía con Fran, que venia de visita por Berlin, a ver a su chica ucraniana. Antes de que viniesen había estado dándole un rato a la batería, realmente seguía estando activo. Trajeron un bote de Pringles, tortilla de patatas y unas birras, y vimos el Barca-Dinamo de Kiev con imagen holandesa y sonido ucraniano. Me mantuve en pie pese al cansancio y pasamos un buen rato hasta que me dejaron de nuevo. Logré acostarme y dormir no muy tarde. Siete horas después estaba de nuevo en pie.
Por un lado queria volver a acudir a las clases de refrigeración a las 8:30 y por otro comprobar que mi billetera estaba en mi despacho. Encontré la cartera y llegué a la clase, aunque resultó ser de un tema que dominaba bastante y no fue poco mas que un recordatorio de cosas aprendidas. Después segui simulando un poco en la oficina, hasta que se hicieron las dos y fui a comer con mi amigo greco-mejicano, que trajo a su hermano consigo. Nos actualizamos las vidas mientras comiamos desde lo alto del edificio de matemáticas viendo caer la lluvia sobre Berlin que seguia gris,gris. Todo iba bien hasta que me dijo quien venia este fin de semana a Berlin, y volvi a recordar todo lo que trato de apartar de mi mente y se quedó un rato allí. Lo aparte sin demasiado esfuerzo, me pregunto si podré seguir haciendolo habitualmente.
Me pregunto si mi obesisva tristeza es un vicio o una enfermedad, o si quizás sea un vicio al que tiende mi naturaleza enfermiza. Pensaba que lo habia dejado atrás, pero esta semana seguia alli con fuerza, llamándome a gritos para volver a caer en pensamientos autocompasivos, ojos llorosos y ganas de escuchar canciones melancólicas.
La semana anterior ya me habia ocurrido. Pensaba que todo iba bien, que lo habia superado. Vino a mi casa el objeto de mi obsesión y pensaba que ya no me hacia volver a conjugar los verbos que no quiero. Asi que despues de quedar con otros amigos, quede con ella. Y no solo con ella, claro, sino tambien con mas amigos. Pero el resto de amigos estaban apáticos y frios como el clima. Estábamos en el antro bajos las vias del SBahn donde la música techno es buena y todo el mundo toma drogas. Yo me sumergí en la masa extasiada y sudorosa, y casi todos mis amigos se fueron yendo. Todos menos la chica de la que pensaba haber dejado de ser dependiente. Y un tipo que hablaba con ella toda la noche. Me lo tomé como un reto y casi lo supere. Les dejaba hablar y me ponia a bailar. Me convencia a mi mismo de que no me interesaba lo que hablaban, pero una y otra vez me giraba a mirarles. Incluso contaba el tiempo que podia estar sin mirar.
Conocí a un tipo de Valencia que me ofreció speed y me encontre a otro chaval de la uni con el que siempre hablo alemán y en su borrachera me hablaba en inglés. Yo en mi borrachera emocional no queria darme cuenta de que seguia siendo dependiente.
Al amanecer volvi al coche hablando con mi amiga. Volvimos a hablar del tema y de otros temas suyos y mios. Nos despedimos como amigos, y al llegar a casa volvia a estar preso de mis fantasias, suenyos y preguntas sin respuestas. Me costó mucho de nuevo dormir.
Al dia siguiente arrastraba el cansancio de un viernes de fiesta descontrolado y un sabado de bailes y descontrol emocional. De nuevo presa de la resaca sentimental. Y cada vez sintiéndome peor. Sobreviví el dia entre leganyas y busqueda de causas a mi estado. Jose aparecio para entretenerme un rato buscandole una maleta y para llevarme a ver el Madrid-Barsa. No lo pudimos ver y acabamos en mi casa escuchandolo por la radio mientras yo cenaba. El Barsa ganó y yo conseguí dormir en el dia que volvia a perder el equilibrio emocional. Al dia siguiente se me junto el comienzo de la semana con mi caida del hilo de equilibrista, y cai estrepitosamente a la red mientras reian los payasos. Ese dia, ese lunes de la semana pasada, alcancé despues de comer la cima de mi autodesestabilización. Con una escusa burda llamé a mi amiga para tranqulizarme, iluso de mi, y para mostrarme mi desesperación. Me calmé y entonces me di cuenta de que el tiempo no me habia ayudado a superar las cosas como pensaba. Luego sin embargo, al terminar el dia, me sentí mucho mejor, volví a recuperar el equilibrio, de una de las formas mas extranyas con las que se puede hacer.

escuchando-> The Sounds
leyendo->artículos sobre la ecuación característica de las máquinas de absorción

miércoles, diciembre 09, 2009

Cuando solo la música me mantenía en pie

No es por capricho o desdén que no haya escrito nada acerca del mes que paso desde que regresara por tercera vez de Espanya este anyo. Pocos días después de escribir en mi ultima entrada que me sentía mal cai enfermo. Me asusté, me mandaron reposo y me recuperé y volví a sentirme bien. Mi portatil sin embargo cayo enfermo conmigo y aun no se ha recuperado, con lo que no tenía lugar desde donde escribir aparte del ordenador de la oficina, desde donde ahora escribo cansado de nuevo de horas frente a la maldita pantalla.
Pasadas un par de semanas tras recuperar de nuevo mi salud, y un par de borracheras y otros eventos que describiré mas tarde, me plantaba antesdeayer casi de nuevo sin darme en cuenta en la segunda semana del mes final de este anyo.
Sabia que iba a ser un dia duro, pues ultimamente las resacas me duran dos dias, o quizás unas 30 horas, no se pues realmente regresé a casa el domingo a las 9 de la manyana habiendo bebido la ultima cerveza poco antes. Sea como fuere el cansancio acumulado y la falta de suenyo hicieron pinya con mi resaca sentimental para acorralarme como a un ninyo asustado en el patio de escuela del lunes por la manyana. El dia era muy oscuro, yo queria dormir y no ir al trabajo, pero no me quedaba otra opción que subir al tren y pasar 8 horas tratando de trabajar y enfrentarme a mis tormentas interiores. De alguna manera el tiempo pasó y sali del despacho, en la calle habia una llovizna incómoda pero en mi cabeza seguia tronando.
No logro superar el bache y tras el enésimo intento de pasar página me encontraba el lunes leyendo una y otra vez el mismo parrafo triste y cansino, buscando la enésima interpretación a una historia que esta mas manida que la guerra civil en el cine espanyol. Pero por mas que intente no pensar en ello cada nuevo callejón de pensamiento que tomo me lleva a la misma plaza de recuerdos sombríos.
En esa plaza estaba y al mismo tiempo en la plaza del puente aereo en Tempelhof, buscando con una mezcla de desesperación y rabia un cajero para sacar dinero y poder comprarme una entrada para EL concierto del mes. Them Crooked Vultures tocaban en el Columbiahalle y encontrar una entrada era la unica salida que encontraba a un lunes fatídico. Y no se cómo pero funciona. Despues de 40 minutos caminando encontré un cajero, despues de preguntar a 20 uno de los reventas me vendió la entrada al precio original y después de dejar cortar mi entrada y ser cacheado por los gorilas de seguridad dejé fuera toda la rabia que llevaba conmigo y entre a disfrutar del concierto. Y lo hice, juro que lo hice. Por momentos, mientras tres tipos cuya obra adoro tiraban del hilo de mi cabeza que se agitaba sin parar me dio igual el pasado y el futuro. Incluso el presente fuera del escenario. En ese momento podría haber estado rodeado de mis fantasmas que me hubiese dado igual.
Salió del recinto como el que ha sido confesado y se siente liberado de una carga. Mi capacidad auditiva habia sido reducidad a la mitad por lineas de bajo, bombos platillos y guitarras rasgadas, pero me sentia mas ligero, descargado de un peso que no entiendo bien porque me empenyo en llevar.
Me juntaba al rato con J que celebraba su cumpleanyos con unos amigos tambien con poco animo. Quizás a el tambien le durase la resaca mas de lo normal. O quizás fuese el cumplir anyos, no se. Pero creo que al final se animó, el, yo y todos los que bebiamos cervezas y cantábamos el cumpleanyos feliz en aquel bar de Neukölln.
Regresé a casa con el bus nocturno, y cuando dormi debian ser las dos de la manyana. La noche estaba cubierta de niebla, pero yo volvia a casa entre ebrio y contento como me gusta siempre volver a hacer.
Desperté y debian ser las 10. Ayer era martes y seguia siendo gris. Todo el equilibrio mental y el karma que respiraba la noche anterior se habia desvanecido, se habia ido con la corriente, como en las canciones del tio Josh. Otra vez sin ganas volvia al trabajo. Lo curioso es que los resultados del trabajo iban saliendo, y no tenia en el despacho ninguna preocupación principal. Quizás por eso mi mente se seguia desviando una y otra vez hacia direcciones prohibidas. Una invitación a una fiesta romana y continuas conversaciones virtuales lograban que el rumbo no se desviase completamente. Pero seguia sin ser el normal. Volviendo a casa solo mas guitarras electricas, saltos de bajo y siseos de bateristas virtuosos me mantenian.
En casa estaba cansado pero no lograba dormir. Trate de poner una lavadora y apagué la luz. La encendí un par de horas mas tarde y el programa de lavado habia acabado, pero la ropa seguia húmeda. Avancé el programa y esperé un rato mientras veia la caja tonta. Una vez, un programa de viajes sobre Holanda. Segunda vez, un excelente concierto de Jazz del 69 un musico de color que se apellida Hosley y una sonrisa.
La tercera vez ya con ganas de apagar la luz y viendo un documental sobre la cumbre en Copenhague. Mi companyera de piso me pregunto sobre la lavadora y le contesté con desgana y mal humor. Ella tampoco parecia estar muy contenta, pero preferiria no haber hablado con ella ayer. Al final pasaron las dos de la manyana y saqué la ropa aun humeda de la lavadora y la colgue en mi cuarto medio chorreando. Me puse a dormir.
Esta manyana he despertado cansado, pero activo, como me ocurria hace unos anyos los dias de examen despues de acostarme tarde dando cabezadas sobre los apuntes. He llegado a la uni y la manyana era mas oscura que nunca, casi noche. Casi como a las cuatro de la tarde en estos dias.
Enigmáticamente hoy me he encontrado activo. He tenido la reunión habitual del miercoles, he escrito un par de páginas que tenia pendiente de hacer y me he reunido con al menos cuatro o cinco personas que tenian cosas que preguntarme. Y he sonreido. Y he estado amable. Y los pensamientos obsesivos y recurrentes, aunque ausentes, están ahora en una esquina, como restos de polvo recogidos con una escoba esperando a ser echados de una vez por todas de mi cabeza. Quizás debiera limpiar mas a menudo, pero no se por que no puedo. Quizás sea el momento de comenzar a limpiar cada dia, y no solo cada vez que la mierda me llegue de nuevo hasta el cuello.



escuchando-> Them Crooked Vultures
leyendo-> Historia de la Filosofia, llegada la época carolingia