sábado, enero 14, 2012

El comienzo de un anyo sin nieve (y con suenyo/s)

Por primera vez en mi vida comenzaba un nuevo anyo en Alemania, y mas concretamente en Berlin. Aunque las horas directamente precedentes y posteriores a la hora en la que cambiaba de anyo el calendario las pasé en mi casa, los minutos anteriores y posteriores los pasé en un puente sobre las vias del tren en mi barrio no muy lejos de mi balcón pero no solo rodeado de mis amigos sino también de cantidades ingentes de desconocidos, alcohol y petardos y otros artilugios voladores o explosivos. Volando tambien un par de dias atrás, el dia 29 habia llegado a la ciudad junto con unos cuantos de los mas cercanos entre mis amigos de Espanya. Con un par de ellos regresé a casa, mientras esperabamos a otro perdido entre la polvora, el alcohol y la muchedumbre escuchando música y bebiendo alcohol.
Luego en casa estuve hablando con una chica semidosconocida mas tiempo de lo habitual, mientras sus ojos me sonreian demasiado para mi, una chica de bonitos ojos y enorme sonrisa y que terminó yéndose sola a su casa sin mas contacto que el visual, algo que la extrapolación empirica de mis dias pasados podria facilmente predecir. De cualquier forma y de algún modo algo auguraba un anyo extranyo, dado que la noche anterior un acto similar me tenia como protagonista, que aunque con mas contacto físico que visual o conversacional llevó a idéntico resultado, y ninguna estadística sobre mis experiencias anteriores podria predecir una frecuencia similar. Quien sabe, debe ser cosa del cambio climático.
El domingo nos levantamos y como mentaba en la linea anterior, llovia todo el dia de forma leve y persistente. Mientras tanto recorrimos el centro de la ciudad de oeste a este, andando, en metro y en bus, cubiertos por una oscura cortina gris que daba la bienvenida al 2012.
Después de hacer las ultimas visitas a las cafeterias berlinesas y disfrutar de unas pizzas a poco precio y unas birras, mis amigos me dejaron solo en la habitación a las 3 de la madrugada. Desperté por suerte algo mas tarde, a las 10, y fui a la uni. Fue el primer dia del anyo de labor y de suenyo. El martes hubo más de lo mismo, mas trabajo y mas suenyo acumulado. El miercoles la primera rutina del anyo se cruzó por mi camino y despues de juntarnos unos cuantos amigos junto a una boca de metro. compramos Kebab en Mehringdamm, y vimos en casa de Tunc una pelicula sobre el tiempo y las relaciones humanas, con una fotografia exquisita y un ritmo lento para deleitarse con las miserias y faltas de sentido de la condición de nuestra especie. Dada la mia como individuo particular y miembro de ella, pasaba el dia nervioso y no presté demasiada atención al film. No bebi mas que CocaCola sin pausa, casi con fruición. Terminada la sesión de cine y de vuelta a casa, abordé tras semanas de consideraciones y posibles escenarios a la chica que me gusta, casi avasallándola verbalmente, materializando uno de los escenarios menos propicios de los que habia esbozado en mi mente y que condujo a un exito limitado o nulo en mi empresa, y me hizo regresar a casa convencido de que la habia cagado.
El jueves seguia nervioso tras el exceso de cafeina y la no respuesta o interés que yo venia buscando, y me fui a nadar a la piscina junto a la sauna sobre el rio a enfriar mi mente y aclarar las ideas, pero el recinto estaba llenisimo y no logre relajarme. El viernes seguia nervioso, y me deje llevar de nuevo hacia el calor, a las termas de Charlottenburg, donde conseguí calmarme un poco mas. De vuelta en casa, vi a Ricky Rubio jugar por la tele y las horas de oscuridad del viernes dejaron paso al dia siguiente, y yo pasé la mitad del sabado durmiendo. Luego, aunque tenia tres planes para salir aquella noche, terminé en el Anker Klause junto al canal y bailando a los Gypsi Kings despues de que Jose nos anunciase su boda para octubre. Terminamos en el hotel, y mis nervios acumulados me empujaron a luchar contra las leyes empiricas de mi conducta: no se como terminé rodeando con mis manos a una chica rubia y acariciando sus manos. Tras muchos bailes de manos entre la puerta y la escalera, y habernos enrocado un rato entre la multitud, se fué con su amigo de pelo gris y el gesto alterado, y me dejo un par de besos en la boca, muchas frases surrealistas y una tarjeta con su direccin de trabajo y número de teléfono.
El domingo fue tambien raro, y seguia gris y lluvioso, cómo un dia feo de Otonyo. Fui a pasear con Pedro y sus amigos, volví a casa y lei algo para la Uni, y luego fui al cine con un par de amigos a dejarnos contagiar un poco de emociones ajenas, pasadas y presente y sentir verguenza por la arrogancia histórica de nuestros antepasados connacionales y sus consecuencias.
La semana pasaba, el tiempo seguia suave y gris, y mi cabeza y corazon muy alterados.

escuchando=>Gypsi Kings, Volare
leyendo=> Terminando un relato de Kafka sobre un carbonero y un chico alemán