domingo, diciembre 24, 2006

Efectos secundarios

Ahora me es casi imposible recordarlo. No se si me acosté tarde o temprano la noche anterior, pero al despertar me sentí incapaz de ir a clase. Cansado y pseudoenfermo, la universidad la veia lejos, muy lejos. Un martillo pilón me martilleaba la cabeza sobre una almohada como yunque de lorquianos gitanos . Entre las cuatro paredes de mi habitación pasé entre 2 mundos las horas mas claras del dia. También pasaba allí parte de las oscuras. Parecía que la resaca me atacase con retraso, a traición y sin piedad. Debieron combinarse estos efectos secundarios del alcohol con los producidos por algún tipo de virus sin identificar y para el que no encontraba cura: al golpeteo cerebral y dolor de craneo le acompanyaba una debilidad en verdad preocupante. Ni siquiera después de comer los restos de lo cocinado para Steffan día anterior me sentía mejor. Me sentía sin embargo aún ligado a la responsabilidad con los mios, asi que con un cuerpo y una mente de bajas energías subí al tranvía que me lleva al Sportforum. Como en un suenyo, dirigido por una especie de piloto automático interior y con una aportación mucho mas discreta de lo normal, colaboré a una nueva victoria de los Volvox. La tercera hasta el momentos y que nos permitía mantener la esperanza a flote. Esta vez el sudar no me proporcionó ninguna mejora física, y volví a casa tan cansado como salí de ella, y casi sin ganas de comer. Lo hice por no debilitar aun mas mi enclenque salud. Refugiado entre las sabanas trataba de devolver mi cuerpo a un estado activo.

El martes almorcé sin ganas otra ración de sopa enferma. Levanté en la cama despues de otro periodo demasiado largo de suenyo aun somnoliento, encalentonado y con cabeza dolorida, sintiéndome de nuevo incapaz de salir a la calle. Mi ánimo al menos pareció encontrar un agujero en la gruta donde alguien lo tenia secuestrado, a traves del cual la luz le ayudaria a abrirse una via de escape. La pequenya puerta por la que se deslizó mi ánimo estando en casa, y allí traté, después de gestionar algunos asuntos apartados eternamente como el seguro u otros correos, de seguir pedaleando hacia mi Tourmalet mental. Escribí, leí, redacte e hice por fin ese trabajo de oficina reservado a los viernes. Después de comerme algo en casa y victima aun de un caso clinico desconocido, sali a la calle, a enviar cartas y comprar alimentos. La tranquila salida de media hora se estiró como Boomer hasta que volví casi dos horas después a casa. Me sentía ya bastante mejor, pero aun necesitaba del calor del hogar para recargar las ultimas cargas de mis baterias y reordenar mi programación mental, ya que no es cosa de salir a la calla con las pilas llenas y las ideas revueltas. Por desgracia esto me obligo a renunciar a la cena de Navidad de mi departamento en la universidad, a la que no iba despues de semanas tratando de animar a mis companyeros a hacerlo. Vi una pelicula en el ordenador, nueva pero que queria ser antigua, espanyola pero que queria ser americana sin dejar de ser canyi. Me gusto reencontrarme con las historietas de mi padre y las voces de mi pais, aunque no me ayudo a mucho mas que a dormirme mas tranquilo.

El miercoles fui finalmente a la oficina. Estaba vacía, y no solo ésta, sino casi todo el edificio donde la gente reordenaba los restos de comida del dia anterior, mientras se contaban anecdotas. Comencé a tratar de recuperar el atraso acumulado dias antes, pero en esas llegó Juanvi a contarme lo pasado la noche anterior, y se nos hizo la hora de comer. Luego el se tuvo que ir, no sin contarme antes que Leo tambien habia caido enfermo y tampoco habia estado en la cena. En la comida si que estuvimos juntos, y juntos tambien con algun otro tomamos café. Trabajé un rato mas ya completamente solo en el despacho, que abandone acompanyado de uno de mis jefes. Caminamos juntos hasta la estación, conversando sobre el tiempo, los barrios y todas esas conversaciones anecdoticas que mantienes en gente con la que no tienes nada en común, mas algun que otro comentario relacionado con el trabajo. Luego me esperaba mi necestiada última clase de bailes balcánicos, en la que me di cuenta de que realmente de que las fuerzas pese a haberme llevado hasta allí no debían de estar del todo conmigo. Despedido de los codanzantes volvi a casa, desde donde se suponia que partiria a ver un concierto de rock. Al final este plan se canceló por falta de ganas de la persona con la que lo iba a llevar a cabo, aunque no me entere alli de este cambio de planes, sino en el piso de otros amigos de la WG que comían pasteles y fresas y a los que me uni a limpiar los restos. Hinchado a un pastel semejante a la pantera rosa y a zumos de frutas, volvia a casa con las dos chicas que junto de mi cuarto habitan bromeando hasta que una vio los platos sucios y quiso que ellos pasasaen por platos rotos. O que los pagásemos los demas, pero como no teniamos ganas nos acostamos y dejamos que asi acabase todo. El jueves volvi a ir a la universidad, parecia que esta vez mas recuperado, y hacia con Juanvi planes para comenzar el viernes con el findesemana. Aparte de esto, y de perder el tiempo en internet y reservarme finalmente mis viajes de vuelta, no logro encontrar entre las polvorientas esquinas de mi mente ningún recuerdo mas de aquel dia gris. Al llegar a casa veria alguna pelicula o algun programa en televisión, o tal vez planificase alguna otra acción en internet.


escuchando-> El tam-tam de mi dolor de cabeza
leyendo-> Aburridos artículos científicos

jueves, diciembre 21, 2006

El calor que sana, y el frio que hace pensar mejor

Los ultimos dias de noviembre, tras la la vuelta de Dresde, pasaron llevados por el optimismo. El lunes por la manyana deambuló por Friedrichshain, mas concretamente en las humedas salas de la noisiy academy donde aporreaba la bateria para comenzar un lunes lleno de sol. Comida en la mensa, breve visita al despacho y viaje al este de nuevo, dejando atras el muro esta vez acompanyado de Omar y Akif. En el partido de la semana, los arbitros se ceban con nosotros, sin dejarnos jugar, y algunos, los mas temperamentales o los que menos aguantamos, acabamos discutiendo con un arbitro bastante chulesco que acabó cansado de nuestras justificadas`protestas, reaccionando regalándonos un par de prorrogas con las que terminamos de despedimos finalmente de una posible victoria. Despues del partido seguiamos aun enfadados y cabreados, y algunas voces achacaban el mal arbitraje a la escasez de alemanes en nuestros quintetos. Dejé sin mucha demora la discusion para pedirme un Falafel ya de vuelta a las cercanias de mi casa. Cena y camino del martes. Este lo pasé en gran parte en la universidad, leyendo trabajos y haciendo simulaciones sin nada digno de reseñar. Estaba deseando que llegase la noche para volver al este y sentirme menos cansado, menos agobiado por el trabajo y mis otros pensamientos. En un cruce de semaforos me encontre con Steffan, compramos juntos y deje apuntes y problemas en mi habitacion. Cogi un par de toallas y fui a la sauna del rio, desde la que se ve Berlin. El calor y la musica electrónica de fondo se llevaban mi sudor y mis preocupaciones.Como un fregado del suelo en caliente, con carbones aromatizados, leyendo, relajandome y disfrutando sobre el rio, la sauna me limpio el cuerpo y la mente.
La empresa me limpio 12 euros, pero les hubiese dado 30 si me hubiensen garantizado al entrar el estado con el que sali. En la calle pasada ya la barrera de los 5 grados maximos, nos acercabamos ahora a la del cero. Todo se veia mas claro, lleno aun mi cuerpo del calor de la sauna que creaba a mi alrededor una aureola de vapor. En casa mientras me reia de la superficialidad de mis preocupaciones pasadas, aprendia del tipo que queria secar el mediterraneo en su proyecto Atlantropico.
Sanado el martes, el miercoles todo fue bien. Las horas frente al ordenador casi perdidas, pero disfrutadas con la gente del despacho. La comida que tampoco supo mal, y antes del rato de baile una seleccion de peliculas encargadas a grabar a juanvi*. Llego a casa y salgo sin cenar a quedar con los PEESE a despedir a un mexicano. John se iba, pero antes se tomaba las ultimas chelas con carnales y otros conocidos. Animado por algunos amigos y cerciorado del tiempo que hacia que no salia entre semana, me quede a tomar algunas mas despues de las oficiales hasta el momento de que saliese su avion. Y mientras hablabamos de maradona, de zidane y de por que siempre gana Alemania, espanya siempre pierde pronto y los holandeses siempre juegan bien, tomando las ultimas cervezas en el turco cuyo duenyo conocia a hugo sanchez, se nos hizo otra vez mas tan tarde como para obligarme a no ir a clase al dia siguiente.
Supongo que despertaria casi al medio dia entre una levisima pero persistente resaca. Stefan y Susanne andaban por alli, asi que perdi algo mas de tiempo con ellos, despues comia y trataba finalmente de trabajar. Obvia decir que fui a las clases de bateria sin haber hecho practicamente nada y con la cabeza aun embotada. Fue mi ultima clase del anyo y tarde en desembotarme tanto como poder descubrir algo de placer al golpear. Lo que si encontre despues, ya en casa y con calma fue alguna aclaracion a los muchos agujeros del queso gruyere de nuestra economia domestica. El viernes tuve que ir a la universidad, sintiendome culpable de no haberlo hecho el jueves. Sorprendentemente era casi el unico en el despacho, lo que me permitio un estado de concentracion hasta entonces casi desconocido. Despues me encontre con Daniel en su nuevo despacho de la facultad de psicologia. Comimos en la cafeteria del mismo edificio donde me invito, me mostro las instalaciones y todos sus potenciales femeninos y al final hasta me preparó un te. Me despedi y di una vuelta por el centro-oeste, buscando algun objeto que regalar a Stefan. No encontre nada y regrese a casa, para juntarme con el cumpleanyero, y de nuevo montado en la bici empalmada acompanyarle hasta un ALDI donde nunca antes habia estado para comprar alcohol a precio minimo de mercado. Stefan, aparte de regalarnos a todos una fiesta de puta madre, me invito tambien a un falafel de la plaza-descampado de Warschauerstrasse. Y ya comidos, esperamos a que comenzase el goteo de gente. Ya antes de esto habia comenzado mi primera cerveza y algun que otro licor. Luego se unieron los cocteles de Seelim aun casi sin gente, viendo fotos de Laos, que continuaban pasandose cuando comence con el vodka con zumo de naranja. Cuando se acabo el vodka con zumo de naranja, la cocina ya estaba llena de gente y también en la habitacion de Stefan te encontrabas mucha mas gente de la normal. Yo deambulaba entre ambos lugares, en los que todos hablaban, cuando comenzé con el Jack Daniels. Conoci a un tipo que estuvo en Uruguay, y a otro que había estado no solo en uno sino en muchos lugares de centroamerica y que pese a tener cara de socio honorario del bayern munchen hablaba espanyol con el mismo acento con el que se quejan ahora y gritan muchos damnificados por airmadrid. La musica seleccionada por Stefan no terminaba de gustar a la gente, y nadie bailaba. Para entretenerme en una fiesta tan alemana primero le cambiaba los dialogos a Eyes Wide Shut (que se proyectaria al menos 8 veces de forma consecutiva durante la fiestaen mi habitación) , y luego asumia el rol de Ursula, Christina. Claudia o Chris. Todas estas actividades no hacian sino evidenciar ya un efecto importante del alcohol en mi sangre. Cuando al final la gente intentó ponerse bailar, ya estaba en la rampa baja de mi borrachera, lo que se mezclo con mis tradicionales quitasuenyos sentimentales deformados por el cristal de la botella. Me negue a bailar con ellos y segurles el rollo, y solo aguante el resto de la noche tratando de hacer de disck jockey ayudado por el tipo de largos bigotes que cantaba el azzurro en aquella otra fiesta hace ya mas de un anyo, para mantenerme en pie ( es preocupante la obsesion de mi subconsciente etilizado por elegir canciones). Acto seguido, aunque aun con invitados por la casa me eche a dormir un rato en el sofa del jefe del dia. Despues seguia con cara de pocos amigos aunque con rostro impávido hasta que todos decidieron irse a acostar.
Obvia decir que el despertar fue infernal. Trate de suavizarlo, he de decirlo, buscando esas canciones escritas para el dia de la resaca. Pero solo encontraba canciones que hablaban de nostalgias, de amores perdidos y fiestas acabadas, de cristales rotos y dias negros. Abri cuanto pude la ventana para dejar entrar la luz en la habitacion, durante el escaso par de horas que aun pude verla antes de que el sol se volviese a ir de la ciudad. Trate de dormir y redespertar el resto del dia, en intentos desesperados de acelerar el tiempo y suavizar los efectos remanentes de la noche anterior. Antes de salir de nuevo al mundo social desayune y me duche. Hice un par de llamadas y salia de algun modo renovado de casa con esperanzas de recuperar algo del animo perdido.
Solo tenia que viajar 3 minutos el la linea U1, pero este tiempo me basto para encontrarme con una chica alicantina a la que creia de vuelta en la mediterranea ciudad, pero que permanecia aun en el barrio del puente de las torres de ladrillos rojos. Luego me juntaba con los companyeros de noche. Otra vez todos hispanohablantes y cervezobebientes, aunque esta vez de 3 o 4 distintas nacionalidades conformasen la baraja de gambiteros. Banyamos el Kebab en cervezas, que me bastaron para activar los efectos de lo bebido la noche anterior, y devastar un poco mas mis maltratados campos de neuronas. Volvimos al barco, del Spree, a escasos metros de donde me sauneaba 3 dias antes cuando mi animo era mucho mejor. Esta vez habia poca gente y demasiada salsa. Conoci a un par de personas muy interesantes, pero mi interes por desaparecer se iba con la musica. JP pensaba lo mismo, y volviamos a las vias donde nos habiamos encontrado antes juntos. Despues nuestros destinos se separaban. Llegaba a casa cansado y con ganas de dormir.
Extranyamente al despertar el domingo aun estaba de buen humor. y el cansancio parecia ser mas fisico que mental. Sali a nadar rapidamente, y al mirar el reloj me di cuenta de que mi prisa me habia llevado a salir una hora antes de lo previsto, y que aun no podria entrar a la piscina. Asi que mientras las canciones popies de Tachenko me llevaban otra vez a un estado de nostalgia peligroso, decidia pasear por el Jardin de las Fieras antes de sumergirme y nadar. El dia era frio, pero el sol brillaba y parecia el dia perfecto para pasear entre las vias y los animales del Zoo. No solo lo pensaba yo, sino la mucha gente a la que me crucé con ojos brillantes. Los arboles aunque casi desnudos ya, daban una belleza hinvernal al parque que convertia al pasear por éste en una nostalgica manyana de domingo en algo hermoso, digno de grabar. Algo que la gente pagaría por ver, pero se pensaria antes de vivir. A mi me sirvio para qe la manecilla del reloj se moviese hasta el punto senyalado, cuando comenzaba mi tiempo para nadar en la piscina.
En la piscina, y al lado de los que hacen gimnasia, nadaban como casi siempre unos pocos jovenes, que casi comienzo a reconocer semana a semana. Sin llegar a tener los efectos del vapor y el calor encerrados en madera escandinava, los largos a crol o a braza siguen siendo mi medicina dominical. Volvía a casa, y en contra de lo pensado, todavia no habia comenzado con la ingesta de comida india, la segunda parte de las celebraciones por el cumpleanyos de Stefan. Mientras guardaba mis cosas, comenzaba a llegar la gente, casi toda ella presente tambien el viernes anterior. Excepto un pequenyo brote de mis enterrados problemas, la tarde y la noche fueron de risas, charlas y postres dulces. Es dificil verme de mal humor cuando hoy buena comida. Y menos aun cuando hay mucha, y la disfruto rodeado de amigos. Parecia que la resaca acabo despues del banyo.

*compañero valenciano de despacho (y sin embargo amigo)
escuchando-> Los restos del ninyo gusano
leyendo-> Caen las paginas del tambor como golpes sobre su superficie

jueves, diciembre 07, 2006

Bombardeando el nido de Curro

Me caia de suenyo, apenas habian pasado 6 horas, y ya estaba abandonando Berlin. Con hambre, leganyas y las gafas puestas me encontraba con Benny, mi futuro conductor. Resulto ser un entranyable Berlines del Este, amante de los viajes, de otras culturas, de su mujer y de sus partidas de Skat los viernes por la tarde en Dresde. Para ellas salia todas las manyanas desde la estacion Zoo de Berlin, ciudad a la que volvia al dia siguiente para reencontrarse con su mujer, que habria limpiado ya la casa para esa hora y tendria lista su comida. Volviendo al Zoo, alli nos esperaba a mi y a dos chicos mas con su Mercedes SLK. Pese al suenyo no dormi, pues el chofer tenia ganas de hablar y me resultaba tremendamente dificil negarme. Entre cabezadas y charlas llegamos a la que llamaban Florencia del Elba. Alli no me costo encontrar el centro de congresos, y en seguida entre, furtivamente ya que no tenia acreditacion. Pase todas las jornadas con Cagatay, el capitan de los Volvox, que esta vez lucia elegante traje y corbata (y acreditacion, como casi todos). Las charlas estuvieron muy bien pero lo que en ellas se hablo no es objeto de interes de estas cronicas. Cuando sali ya era de noche, y cruce el centro de la ciudad hasta la parada del tranvia que Paco me habia indicado. Con el tranvia cruce una ciudad que se hace mas cubica y socialista en las afueras, hasta encontrarme con mi colega en el Instituto Max Planck de Biologia Celular. Llegue en el momento adecuado, el del reparto de birras. Gratis para investigadores y estudiantes, obtuve alguna de recuerdo. Casi sin tiempo mas que de ver la gigante escalera con forma de doble helice que domina el edificio, subi al mismo tranvia pero en sentido inverso. Paco estaba casi tan cansado como yo, pero aun asi fue una alegria muy grande verle. Casi como nuestra hambre, que nos obligo a salir a por una pizza. Pedimos una de pollo con curry, una de esas muestras de fusion culinaria que tanto encuentras por aqui. Volvimos a casa a descansar antes de salir a la fiesta de arquitectura para la que mi anfitrion ya tenia entrada. Despues de ver una capitulo de una serie sobre medicos con el portatil, decidimos dormir algo mas antes de salir. Cuando despertamos, eran las 3 de la madrugada, y seguiamos igual de cansados. Mi visita al Dresde nocturno queda aun pendiente.
Porque el diurno si que lo vi a la manyana siguiente, Neustadt por la manyana y Altstad antes de caer el Sol. Entre medias visitamos un Brunch maravilloso que casi me causa una indigestion de placer. El local esta en el medio de la Neustadt, el barrio donde pernocte aquella noche y que parece una version compactada y reducida de los Barrios jovenes del Este de Berlin, y que me gusto mucho.
Por la tarde volvi a recorrer la ruta turistica que ya habia hecho casi 2 anyos atras con el curso de aleman, comprobando como tratan los sajones de devolver el brillo y esplendor a la capital de su Region. Por el centro era salir de las masas de turistas viendo el Arsenal, La Opera de Sempere o la Frauenkirche para caer en los nuevos templos de hormigon dedicados al consumo. Saturado cruzaba el puente que me ofrecia una deslumbrante vista de la Altstadt iluminada a recojer a Paco de su morada, que aun durmio algo mas despues de la cena. Antes de despedirnos nos tomamos un te y amablemente nos ganamos una vez cada uno al ajedrez. La fugaz visita bombardeo acababa casi sin tiempo de comentarla, y ya me esperaba mi transporte de vuelta. Como suelen hacer con los inmigrantes en las tierras del Sur de Europa, nos metimos todos en una furgoneta blanca de suspension bastante necesitada de una reparacion durante dos horas. En este tiempo trate de dormir y descansar, y pense un par de cosas que poder hacer cuando tenga que volver, a finales de este anyo, a subir a un vehiculo parecido pero durante muchas mas horas.
Al final alcanzamos nuestro destino y el del volante nos descargo en Ostbahnhof. Despues de la siesta del dia anterior necesitaba salir, y gaste todas las llamadas de telefono necesarias hasta encontrar un plan. Venezuela volvia a ser el pais, y volvia la cerveza barata y las discusiones sobre futbol, beisbol y politica. Cuando ya el alcohol nos pidio que buscasemos un lugar social, solo habia un nombre que todos conociamos. El KF. Con la botella de Absenta vacia aterrizamos en una nueva edicion de la Russendisko. Las escasas imagenes y sensaciones que mi memoria recuerda, me hacen pensar que lo pase bien, tomando de nuevo el centro de la pista hasta acabar mi combustible. Y como en las grandes jornadas, volver penduleando a casa a bordo del metro.
Pese a la absenta y las cervezas logre despertar el domingo temprano y tranportarme hasta las piscinas del Oeste. Nade y nade, respire, me duche y volvi a casa. Aunque habia cambiado de medio de aire a agua, de temperatura, de sistema de referencia y de velocidad, el alcohol pilotaba aun mis acciones, reia y cantaba. Solo en casa de Johannes, que amablemente nos invito a todos los habitantes de la WG a cenar, y despues de un par de platos de paella madrilenya version alemana y un flan, comence a darme cuenta de que estaba cansado, y de que quizas hubiese bebido algo mas de la cuenta el dia anterior.
No me costo mucho conciliarme con el suenyo.


escuchando-> Musica Rusa resonaba en las paredes del Kaffe
leyendo-> Perdiendome en el mapa de Dresde

miércoles, diciembre 06, 2006

Pensando iberico

Aquel lunes fue algo insulso, desde que llegue a ella, como siempre a una prudente hora, no paso nada en la oficina digno de recordar. Hable con Annete y al final me decidi a viajar a Dresden. En la oficina solo estabamos tan soloShiva y yo, asi que cuando el hambre apretó me dirigí solo hasta la mensa. Me encontre allí con Lukas, el otro chico que hace el Diploma con Annete, y tuvimos una comida con una conversación muy tranquila y alemana, sin altibajos en la discusion, y volvia de nuevo a la oficina un dia humedo y frio. No hubo tampoco nada que destacar hasta que volvi a casa, otra vez con tiempo justo de prepararme para otra jornada de baloncesto. En el vagon del SBahn me cruzaba con una cara de esas magneticas, que recuerdas y no puedes olvidar, y que luego identifique: pertenece a un ttipo que juega al baloncesto en la misma liga que yo, y que me volvi a encontrar cuando subia al M13 para dirigirme al campo de juego, cansado como inmerso aun en una resaca muy larga. No se si fue que recorde con esa disposición mis tiempos cuando jugaba enresacado, pero jugue como drogado, sin pensar, sin nervios, sin tensión y casi sin fallo. Ademas todos jugamos igual de bien, y ganamos un partido con contudencia, y jugando mejor que nunca. No habia un solo aleman en el equipo, sino tan solo 3 turcos y 3 espanyoles (o un catalan, un gallego y un vascoalicantino). La adrenalina y el sudor desprendido alivianto un poco mi estado postfindesemana, pero me dejo cansado y volatil, como una hoja caliente que cae volando hasta el suelo desde una copiadora. Al llegar a casa previo paso por la pizzeria solo tuve fuerzas para ver Monster, la mejor peli que en la tele pude encontrar. La fuerza que desprendia la protagonista en la pantalla parecian habermela robado a mi, que me dormia poco despues.
El martes pase todo el dia en la universidad, desde una hora relativamente temprana hasta bien entrada la tarde. Me encontraba con un nuevo programa, que utilizaba un nuevo modelo, y me apartaba de nuevo del camino que seguia para meterme por otro, hasta que cansado me dolia la cabeza. La cena en casa de Eduardo me esperaba, pero antes necesitaba algo de aire, asi que caminaba saliendo de mi oficina por el centro de una Ciudad que me es hiperextranyo; lleno de gente comprando y saliendo de comercios, con trafico muchos coches, borrachos, olores, sabores y yonkis, bien podria estar en cualquier otra ciudad de Europa. Otro Berlin, pero no el de mi mundo propio. Como llegaba muy pronto a la cena y pese a llevar un pack de 6 botellas di un par de vueltas por los alrededores de la Casa de Eduardo antes de llamar a la puerta: distinta de la Kudamm y la Tauentzinerstrasse, esa esquina tranquila entre grandes oficinas y caseronas burguesas era otro Berlin mas, una faceta escondida de la ciudad que descubria ahora 2 anyos despues. Tampoco interesante. Cuando miro el reloj me doy cuenta de que ya esta bien de turismo metropolitano.
No llego por suerte tan tarde, sino juntamente con Josu el filosofo. Ceno de miedo, como no lo hacia en centurias. Nos juntamos todos los becarios y me doy cuenta de la importancia del lenguaje para el desarrollo del intelecto. O al menos, para demostrar su existencia, o la falta de esta, y disfruto como en los tiempos del BUP soltando paridas y tonterias varias mientras me hicho a jamon, pinchos y tortilla catalana. Aunque los temas sean serios, entre musicos, filosofos y linguistas, siempre se cuelan anecdotas interesantes como la del tipo al que encontraron un Herpes en el cerebro que le impedia entender cualquier tipo de via oral o escrita, y que crecio y aprendio a comunicarse gracias a la musica, y que es ahora un genio de la interpretacion del Obot. Veridico y cercano. La noche vuela pero no mis cervezas que vuelven conmigo subidas en el U2, que nos devuelve a muchos de los asistentes a la cena a nuestra esquina de Berlin.
Convencido, despues de practicar mi idioma de que no soy tan tonto, parezco el miercoles mas capacitado para enfrentarme a los retos que me presenta la tesis. Me levanto eso si, de nuevo tarde, pero trabajo en casa hasta que el Tito me llama por telefono y quedamos para comer en la Mensa. Me encuentro con muchos mas PEESES, que parecen tan contentos como yo. En la oficina desplazo a Shiva de mi sitio, que pone patas arriba la oficina buscando unas llaves o un armario, y consigo completar algunas graficas antes de irme a la biblioteca, a la que volvia despues de casi un mes sin pisarla. En las profundidades del edificio gris, entre estanterias que se displazan sielencionsas con el girar de grandes ruedas-manivelas, encontre el articulo del anyo 1956 que buscaba y que hoy sigo sin haber leido. Salgo tarde de nuevo a mi cita con los balcanes. Alli nuestro colega introduce alguna danza nueva, con un movimiento con de piernas en forma de tijeras, muy rapido y dificil de ejecutar. Vuelvo a casa contento, rodeado de feminidad, pero me vuelvo a encontrar cansado y me acuesto al poco tiempo de llegar.
El jueves salto de la cama, de nuevo tarde. No hay dia que consiga llegar a la clase a las 8:30. Esta vez son solo 15 minutos, pero para mi desgracia, cuando llego al aula la encuentro vacia. Parece que el profe se ha ido a Dresde al congreso y ha suspendido la clase. Entre bostezos desayuno en la cafeteria solitario, aunque algunos PEESE conocido me rescatan de mis musaranyas. Voy al cuartito y pierdo el tiempo hasta la hora de comer, cuando voy a la Mensa otra vez con la expedicion ya conocida. Despues vuelvo a la Biblioteca y me fotocopio lo que hasta hoy es mi ultimo documento impreso utilizado para la Tesis. Copias del Atlas del Calor, una especie de Biblia del Ingeniero Termico, que desisto de llevar en prestamo por la salud de mi espalda. Me retuerzo la mente de nuevo tratando de entender la nueva teoria, entre bostezos de suenyo y dolores de cabeza. A las 18 horas concluye mi semana de trabajo, y voy a casa para tratar de dormir un poco antes de la clase de Bateria y de encontrar una Mitfahrgelegenheit (Posibilidad de viaje en coche compartido). Logro lo primero, pero para lo segundo aun tengo que esperar hasta después de la clase. En esta noto mis mejores con el ritmo que ya casi domino y aprendo un par de fill-ins. Y en casa vuelvo para la reunion-encuentro sobre la economia domestica. Antes comienzo a preparar una Quiche, para endulzar los animos antes de hablar de dinero, y encuentro una forma de viajar a Dresden. La discusion acaba casi a la una, con todos muy cansados y nadie completamente contento. A todos nos toca pagar mas de lo que pensabamos. Y recibo una carta del seguro del Mini, tambien por alli me quieren sacar dinero.





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