viernes, marzo 23, 2007

Torres que no terminan

Es 23 de marzo y según mi control reciente, la ultima entrada, aun sin publicar, data del 8. La ultima publicada, relata lo sucedido el finde del 18 y 19 de febrero. Demasiado perdido en la memoria entre tanto en una cabeza que no deja de dolerme. Pero contemos primero la acontecido esta semana.
El lunes por la manyana tenia una cita, y, aunque llegué a ella 15 minutos tarde, el otro participante lo hizo mas tarde aún. Mientras le esperaba, apareció finalmente Annet, a la que hacia una semana que no veia, y aproveché para mostrarle mis avances y pedirle algo de material con lo que continuar. Indirectamente me lo proporcionó por medio de la persona con la que estaba citado, David Pequenyo, a la que aclaré un par de conciertos sobre torres húmedas.
Mi boca tambien hacia agua, asi que fui a comer. Lo hice con Dani, tan desaparecido como Annet la última semana y liado en su busqueda de trabajo. Lo dejé cuando trataba de llamar a Argentina, desde donde llegas las ultimas noticias para el. Yo acudia a mi cita con el escultor dental que me esta arreglando la boca para que me hiciese la que parece la ultima pieza del grupo. El dia, cambiante invitaba a pasear, asi que volvi en el bus turistico para casa, cruzando toda la ciudad desde el zoo hasta Alex como un turista mas. En casa seguía con el turismo virtual al que me he enganchado ahora por medio del foro de urbanismo y rascacielos, y me rasqué las bolas un poco mas hasta que se hizo hora de cenar, ver la tele y dormir. El dolor de cabeza se debilitaba pero no moría.
El martes me pulieron el empaste a las 10, aunque deberian haberlo hecho a las 9:45. Me tome un par de donuts y jugué un rato al juego aleman de la burocracia antes de volver a la oficina. Me sentía poco motivado y perdi la manyana viendo dibujos animados, mas torres y mapas con el google earth. Cuando volví a la mensa a comer aún no habia hecho nada. Por la tarde tuve que compensarlo y poner las primeras piedras de mi trabajo semanal (de la que se supone seria la ultima semana simulando en el ordenador). En la otra punta de la ciudad me esperaba lo que desde hacia tanto tiempo esperaba: mis 3 horas de sudor y agua sobre el Spree. Llegué justo al final, pues en casa tuve que esperar una llamada de un alemán desconocido que nunca llegó a realizarse. En las casas de madera sobre el Spree sin embargo, y aunque esta vez habia mas gentes hablando en voz alta de lo que yo espero de una velada ideal, consegui evaporar con el sudor parte de mis tensiones. Y llegar a casa casi flotando, sin sudor pese al viaje en bicicleta.
Y el miercoles, en consonancia, seguia relajado y consegui trabajar durante parte de la manyana (con el permiso del urbanismo, el baloncesto y la busqueda de curro). Arreglé mas burocracia con la administracion de la universidad y di casi por concluidas las graficas que queria realizar para el dia. Cuando llegue a casa tenia las ganas justas para hacer lo que hice: encender la tele y la play, recalentar la comida preparada por el padre de Uli que esta habia traido de Sajonia y ponerme a ver en la tele un retrato veraniego de berlin y las berlinesas. Y entender, un poco mas a las mujeres de la ciudad en la que vivo. Y en parte también, a los mujeres con las que vivo. Y quizás entender un poco más a aquellas con las que el azar podria llevarme a vivir. Pedro, el primo, me llamó pero no acudí a su encuentro. La semana gris era blanca el sabado por la noche, y preferi ver los copos caer desde mi ventana. Antes de caer dormido yo también.
Ayer tambien tomaban el protagonismo las torres en mi vida: al laboratorio llegaba por fin el objeto de todos mis estudios e hipótesis de los últimos meses. Antes de verla, tenia una reunion. Yo y otros dos profes, y dos representantes comerciales de un fabricante de.... torres. Pero de las secas. La charla no lo fue, y el dia menos, para caminar de un edificio a otro terminamos empapados, Las nubes ya no nos daban copos sino gotas. Y en la mensa ya, terminada la jornada laboral comía solo un gulasch con arroz. El motivo de acabar la jornada tan pronto era la 2 veces retrasada revisión otorrinológica; pruebas de audición y equilibrio.
Nunca pensé en algo así: me sentí un sujeto de una pelicula de ciencia ficcion de los 70, en el cuarto aislado escuchando vibraciones, y luego tumbado sin ver nada, con unas camaras-antifaz que reflejaban los movimientos de mis ojos. Casi hora y media en total. Y como siempre que salgo de la consulta de la HNO, mas asustado que otra cosa. Buscar neurólogos por internet me acojonó aun un poco mas. La salvación estaba en la cera de enfrente de mi casa: la batería reveló una vez su función curativa, y una vez terminadas las clases mi animo se encontraba de nuevo dispuesto a todo. Salude al primo contrabajista sin cruzar de calle, lo dejé por un rato para cenar y dejarle cenar. Después me recogió de nuevo y junto con una coleguilla suya nos tomamos la ultima birra del dia en un nuevo local descubierto para mi en el barrio.
Llega el día de hoy, y aunque con necesidad de trabajar, lo hago sin la prisa del agobio. Llego a las 11, bien dormido y leyendo en el metro. La semana no deja de ser gris, pero parece que al final recibo toda la informacion que necesito para terminar finalmente con el proyecto. Con las gestiones burocráticas sin embargo, no termino, y amenazan con solaparse con mi busqueda de trabajo, para la que aparecen noticias buenas. Al mediodia, como siempre pescado. Y después de comer, alguién parece haber toqueteado mi ordenador. Y no puedo concluir el trabajo del dia. Aunque recibo los datos que pueden ser, esta vez si, definitivos. Ahora solo tengo que arreglar el ordenador. Y hacer las simulaciones definitivas, y entonces si, comenzar a escribir el informe. Pero ya son las 8 y 20, y estoy en casa. Me espera la cena, y escucho rock al volumen que lo hago cuando estoy de buen humor. Me espera la cena y la noche.
escuchando-> Nine Inch Nails "with Theth"
leyendo-> Tercer libro del Tambor de Hojalata

Finde fiestas

Editado: Sábado, 22 de abril del 2007.
Relatado: Del jueves 8 al lunes 11 de marzo.
Aquel jueves, me encontraba susceptible anímicamente. Mi discurso anímico victimista me estaba jodiendo la visita de mi amigo Amir, que siempre es un sinónimo de fiesta y buen rollo.
Parecía que después de las clases de batería la función anímica volvía a ser creciente.
Hasta que comenzamos a cenar, y volvieron Steffan y Uli. Y entonces, por algun impulso de mi subconsciente, puse sobre la mesa todos los temas que me incomodaban. Y la gente se lo tomó a broma. Y entonces me enfadé mas. Y ellos, riéndose de que me enfadase por algo así.
Ellos se fueron a dormir, y yo me quedé despierto con Amir y mi mosqueo. El pobre Amir se tuvo que tragar todos los pequenyos roces y malos rollos y piques en el piso, elevados por mi mosqueo a la enésima potencia. Eran ya las dos, pero aun así, y sin ganas, salí por acompanyar a mi invitado. Aunque durante todo el trayecto tuviese que aguantar que me sirviese con el como hombro llorandole todos mis desencuentros con Alemania.
Gracias a todo no tardamos todo lo que podríamos haber hecho en llegar al Cookies, y antes de las 3 entraba por primera vez en este pijo-club berlinés. Con la novedad las luces y la música se diluyó mi mosqueo como el hielo en nuestras copas. El sitio era muy bonito, y la gente que lo visitaba también. Casi demasiado, diria ya, encontrándome mas gente de pasarela de la que me esperaba. Sin embargo el ambiente me pareció divertido, porque junto con el cool se juntaba el pijo de toda la vida y algún otro nocturno incombustible. Y como dije antes, muchas chicas guapas. Hicimos un examen completo a todas las salas, de las que habria que destacar el karaoke romántico-ochentero y al final nos arrojamos a los brazos de la danza. Amir se quedo con ella y yo me agarré mas debilmente de lo normal, aun con la cabeza medio resbalada por los pensamientos diurnos y sin la necesaria cantidad de anestesia alcohólica para dejarme llevar del todo. La música tampoco acompanyaba en exceso. Con todo conseguimos acabar la fiesta cuando ya vuelven a funcionar los metros y hacer un par de amigos. Nos invitaron a beber al dia siguiente a un hotel de lujo. Pero antes, volvimos a casa a dormir.
Cuando desperté, Amir ya no estaba, se había vuelto a ir a visitar a alguien. Yo debería haber despertado y trabajado en casa desde antes del mediodia, pero cuando finalmente lo hice, la poca luz que nos habia acompanyado del día ya se iba. Con todo, logré ponerme en pie y reencontrarme con Amir que volvia algo cansado. Asi que nos quedamos en la habitación, pensando que hacer, escuchando música con el portatil. Luego, por cortesía de la familia Sayer todavia de visita por nuestro piso comimos un cocido de verduras muy bueno, y, de postre, una especie de bunyuelos alemanes. De nuevo volvimos a la habitacion a escuchar música. Entonces cuando estábamos ya medio dormidos, la senyorita Schneider llamó a Amir y nos dijo que salía de fiesta con su amiga la rubia grandota. Y entonces, el la convenció de que viniesen a recogernos.
Pasaron por la calle, y cuando bajamos, las dos teutonas y el amigo fotografo gay ya iban borrachos. Asi que las feminas ya estaban algo insoportables, pero bueno, la noche comenzaba y no nos la iban a chafar. Conduciendo llegamos al centro, y menos mal que aparcamos, porque comenzaban a destrozar un tema de Portishead cantandola a trio y a cappella con voces quebradas por tercera vez. Afuera llovia, y antes de entrar al club, fuimos a tomar algo mas. Amir y yo hablabamos, y las otras, cada vez mas insoportables. Menos mal que no estuvimos muchos. El amigo gay era en esos momentos, el mas simpático del trio. Y entramos entonces al nuevo club de moda en Berlin. La situación inmejorable, dentro del edificio de correos de primero de siglo por el que todas mis visitas me preguntan cuando vienen a comer. Dentro ya, el local era bastante agradable, no demasiada gente y un pijerio aguantable. De nuevo, mucha chica mona. Y el pincha, un espanyol pequenyita pinchando un revival pop ochentero. De lo mas divertido que recordaba en mis ultimos meses. Entonces, nos olvidamos de la gente con la que ibamos y nos pusimos a bailar, beber birras y pasarlo bien. Todo iba de puta madre. Amir seguia ligando queriendo y sin querer, casi como un ejercicio de poder, y las otras se perdian.
Acabamos porque tambien lo hacia el local, sentados en el centro de la sala en la que aun quedaban restos de la comida(en el local tambien te sirven, debe ser algo de lo mas ahora) y decidiendo seguir la fiesta en el local mas kitsch de Berlin, que la amiga rubia de la moda, nos queria mostrar. Aunque Amir y yo ya estuvimos alli anyo y pico atras.
Dejamos al fotógrafo en su casa y pretendimos continuar el camino. Pero entonces llegó el escándalo. Las hembras querían fumar, y Amir les dijo que no lo hicieran mientras el conducía. Riéndose borrachas, abrieron las ventanas y prendieron el cigarrillo. Amir se enfadó pero sin levantar la voz, aparcó el coche, se levantó y se dirigió a la parada del metro. Le seguí y hable brevemente con él. Volví y me ofrecí a llevarlas a sus casas, yo no había bebido tanto como hayas. Como respuesta, un montón de fakyus e insultos de la muy digna (aunque en estado lamentable) y gigantesca berlinesa platino, que se bajó con su vestido corto y sus tacones a pedir un taxi. Ulli no sabia donde meterse ni que hacer, y solo quería que todo parase, y alguien la llevase con su coche a casa. Evidentemente no habia a llevar a nadie así, me volví con Amir y así concluyó la segunda de nuestras noches por locales cools.
Volvimos a casa, y desayunamos con calma. Entonces, y solo entonces, fuimos a la cama con las primeras horas del dia. Cuando desperté me crucé con Uli, que no entendía lo que habia pasado y como se había llegado a todo esto. Amir, mosqueado no queria saber nada. El resto del día lo pasamos en casa, y luego convencí al amigo excéntrico de ir a ver un Madrid-Barsa. Como buen amigo, no puso pegas. Nos juntamos con Benito y toda la gente de Venezuela. Golazos de Messi, y un partido que acabó en empate. Por no irnos directamente, fuimos con el grupo un rato mas. Como no, a un lugar llamado Karakas. Alli dentro, aparte de flores en el techo (la decoración era realmente impresionante) esperaba un concierto de salsa. Todos amigos de los mios caribenyos. Tomamos un par de birras y comprobamos una vez mas la aficion de la femina alemana, joven o mayor por la salsa. Nosotros preferimos cosas más electricas, asi que nos despedimos de todos y fuimos para el White Trash.
Aqui pinchaba Steve, amiguete de Amir. Esto significa que entramos gratis y que aparte Amir logro aprovisionarme tambien de forma gratuita de algo de alcohol con cola. Y nos desquitamos de la salsa con una sesion cojonuda de rock and roll electrónico. O como quiera llamarse ese estilo. Pero acabamos sudados y contentos, bailando entre rockers y ninyas guapas. Ah, y con mi compaynero de Basket catalán, que apareció con unos amigos suyos.
Antes de que acabase la noche, Subimos a un taxi y en 10 minutos llegamos al Rio. Pinchaba el novio del amigo espanyol de los 80 de la noche anterior, o sea que otra vez entramos gratis. La musica aqui me gusto menos, y a esta hora quedaban menos modernos y otra gente cool de lo que suele habitual en aquellas estancias subterraneas. Eso si, el pincha novio del otro pincha compartia con el la actitud retro. Y antes de tirarme a dormir en un sofá, baile con mis ultimas fuerzas exitos dance de los noventa. Con el dia saliamos otra vez a la calle. Amir me propuso ir al Kit Kat club, pero mis fuerzas no me permitian mas esfuerzos físicos. Y volvimos a la Warschauertrasse cuando comenzaba a salir el sol.
Despertamos a medio dia, y nos encontramos con todo el clan sayer y con Uli que iban de excursion al mercadillo de Boxi. Un paseo matinal nunca viene mal, y aunque el dia no era aun calido, el sol brilaba timidamente. Dimos un par de vueltas, recuperando aire mientras hablaba con Uli y con Amir por separado, todavia enfadados el uno con el otro. Comimos los tres juntos, pero no hablaron de mucho mas que de las noches sin problemas y del sabor de los platos de pasta a 2,5 euros. Volvimos a casa, y descansamos un rato mas. Los tres dias de salir sin descanso nos pesaban tanto a Amir como a mi. Quizas algo mas a el, porque se habia pasado los dias recorriendo la ciudad mientras yo dormia.
Luego, llego Katja, otra amiga de Uli y nos propuesieron ir al teatro. Yo no podia decir que no, aun no habia ido a una cosa de estas desde que llegue a Berlin. Amir se quedo en casa dormido, y nosotros caminamos hasta la iglesia junto al cementerio de nuestro barrio. Me quede medio dormido, he de decirlo, aunque la obra era interesante. Tan interesante como incomprendible. No solo por el idioma, limitado en muchas veces a gritos. Mis amigos alemanes, tampoco entendieron gran cosa, y eso me tranquilizó.
Me bastó entender que los actores eran todos chavales en paro y que la obra estaba promovida de alguna forma por el equivalente al INEM aleman. Aunque no trascedió en mi vida, la obra me proporcionón un rato agradable. Y cualquier representación dramática en una pequenya iglesia de mas de 100 anyos de vida, luce mucho. Aunque no la entiendas y todo el publico beba cerveza.
Como narcotizada por ello volvi yo a casa. Cene algo y me puse a dormir casi de inmediato. A Amir y a Uli les deje discutiendo sobre el acontencimiento del viernes en las ultimas horas antes de que el extremenyo me dejase de nuevo.









escuchando-> Nene de Brazil
leyendo-> Sin tiempo para leer

jueves, marzo 08, 2007

De mujeres y envidias

Jueves 8 de marzo. Cuando me levanto, por la rendija entre la cortina y la ventana se cuela en la habitación un rayo de luz. En un colchón, cerca de la puerta, aún duerme Amir. Son las 1o de la manyana al final, pero me ducho para eliminar finalmente los sellos que quedaban en mis manos y sentir por una vez que el pelo no se me pega al cuerpo. Jueves 8 de marzo. Ahora en mi habitación suena la cabra mecánica mientras me cambio. En la cocina, mientras desayuno, suena Radio1 Berlin. Me despido de Amir calmadamente y tambien sin prisa me encamino a la universidad. No hace frio, y como por la rendija entre ventana y cortina, tambien se cuela algo de luz entre las nubes. Buen tiempo para ser jueves y 8 de marzo. Pero ya de camino me vuelven los pensamientos de la noche anterior: la envidia me invade, y de pronto me invento una fabula paranoica victimista, y siento de nuevo que todo el mundo me trata como el tonto del bote, que pago mas que nadie en el piso y que a nadie le importa lo que piense. Pero la voz electrónica me salva avisandome de que hemos llegado a Tiergarten. Al entrar a la ofincina y encender el ordenador se me apagan por suerte. Y al leer las noticas se me pasa la manyana con DeJuana Chaos y el urbanismo espanyol. Y voy a la mensa a comer sin haber tocado el proyecto.
Es 8 de marzo, pero la mensa está casi llena. Sin embargo, pasadas la una y media hay poca elección y mucho espanyol hablado en las mesas. Una de ellas la nuestra en la que Daniel teoriza. Y DanielAmir gana de nuevo sin esfuerzo el Misterextravagancia de la Mensa, un anyo despues.
Es 8 de Marzo, y eso significa el dia de la mujer. Ana tiene una rosa que le han regalado al comprar tabaco y que Amir se lleva para agasajar a las feminas de nuestro hogar. 3 horas me quedan de trabajo el 8 de marzo. Esta vez si las aprovecho, acabo con parte de lo propuesto en el plan del dia y salir con alguna duda más. El 8 de marzo del 2007 también es el dia en el que, despues de 3 anyo de funcionamiento, por fin se habla del PEESE entre estudiantes y profesores (o coordinador) a las 18:00. Pero debido a la organización antiejemplar del mismo, me entere el dia anterior de esta reunion. Asi que a las 18:50, corriendo y con todo en el aire, salgo corriendo de la uni hacia FHain. Y con Hannes, doy mi clase de bateria del 8 de marzo reducida a 30 minutos. Y vuelvo a casa en este dia de la mujer, 8 de marzo. Y escribo sobre lo acontecido en el dia. Llega Amir, y acabo como puedo. El 8 de marzo, a 8 minutos de las 9, aparecen por la WG los padres de Steffan.


escuchando-> The Arcade Fire
leyendo-> -------------------